Desde el éxito que tuvo la cinta Los Juegos del Destino por allá del 2012, era necesario darle seguimiento a la carrera del director David O. Russell quien con El Luchador había logrado un éxito sorpresivo en las premiaciones, donde Christian Bale y Melissa Leo ganarían los premios de actuación, y después quedar cerca de ganar al Óscar a Mejor Película con Los Juegos del Destino, donde finalmente Jennifer Lawrence ganaría el Óscar y un lugar seguro en los siguientes proyectos de Russell.
Pero, ¿realmente será benéfico tener una actriz fetiche en Jennifer Lawrence? En la siguiente cinta, Escándalo Americano, Russell logró aterrizar otra serie de nominaciones, pero sin ganar alguna, aunque Christian Bale y Amy Adams dieron grandes actuaciones, yo no sentí a Lawrence con los suficientes méritos para ganar.
El tercer proyecto del dúo Russell-Lawrence, que incluye a otros actores de sus proyectos anteriores, Joy: El Nombre del Éxito, estuvo sonando como una posibilidad de una cinta que combatirá por los Óscares, ¿logrará la atención de la Academia?
Además de Lawrence, la cinta tiene de regreso a Robert de Niro, una breve actuación de Bradley Cooper, además del venezolano Edgar Ramírez, Virginia Madsen, Isabella Rossellini y Elisabeth Röhm, entre otros actores.
Joy es una cinta basada en la vida de Joy Mangano, una madre divorciada quien tiene la habilidad de inventar cosas, en medio de una familia disfuncional. Joy tiene la idea de crear un trapeador que no se necesita exprimir con las manos. El afán de desarrollar dicho producto y venderlo será el tema central de esta película.
Desde la escena inicial de la película, Sullivan tiene un mensaje para nosotros. Vamos a ver una telenovela, una telenovela de dos horas, que se va contrastando con la telenovela que ve la madre de Joy todos los días (y cuando digo todos los días, hablamos de estas telenovelas norteamericanas que no tienen fin y se han mantenido en la programación por muchos, muchos años) y la forma en que los personajes de esta cinta se plantean son dignos de una telenovela.
Entre esos personajes tendremos la mujer con sueños, ideas y deseos de comerse al mundo, con una familia disfuncional a quien tiene que mantener, el padre mujeriego, la madre aislada, la hermana solterona y criticona, el ex-marido mantenido, la amiga fiel, la hija que pone toda la fé en su madre y la mujer ricachona que ama al padre y que decide apostar por el atrevimiento de Joy.
Y la forma en que la historia también toma tintes telenovelescos, los conflictos que tiene Joy desde el inicio, cómo se cuentan sus sueños y aspiraciones, además de los fracasos anteriores como flashback, adicionados con los giros de tuerca que hacen que la vida de Mangiano sea una montaña rusa de emociones (con muchos estereotipos por cierto), quizá intentando Russell hacer la historia con un tono más emocional de lo que pudo ser en realidad, entre los éxitos, los fracasos y los desafíos que tuvo que pasar Joy, de una madre en bancarrota a la empresaria millonaria en que se convirtió con el paso de los años.
Pero Russell no termina de convencer en su afán de vendernos así la película. Es cierto que nos trata de vender la idea de que se puede lograr el mentado sueño americano y que lograrlo tiene una gran cantidad de retos, amigos y enemigos. Hay una escena clave donde Trudy (Rossellini) le hace cuatro preguntas a Joy y la cuarta pregunta, sin duda, se torna la clave de cómo se resolverá la cinta, algo que uno esperaría que Sullivan resolvería con fuegos artificiales… y termina siendo un poco anticlimático.
De esta cinta se puede hablar de todo, pero el tema principal de la cinta es Jennifer Lawrence. Por ella, se mantiene en pie, pero también por ella no termina cuajando. No es que veamos una baja en la forma de actuar de la actriz de Los Juegos del Hambre. El problema es que su personaje tiende a ser mucho mayor en edad que ella y en esta cinta está claro que Lawrence luce demasiado joven, en forma y actitud para ser Mangano, esa inmadurez se ve fuertemente reflejada en muchas de las escenas y la transformación que vemos en Joy es difícil de masticar.
Hay varias escenas donde Lawrence hace notar el nivel que necesitaría para competir por premios, como un desplante clave casi al final de la película o la regularidad con la que Joy intenta ser ecuánime ante los problemas que hay en su familia, pero no es suficiente. Lawrence no llega a ese nivel que vimos siquiera en Escándalo Americano donde, con pocos minutos, nos dejó con los ojos más que abiertos y, aquí tuvo dos horas en las que realmente no convence mucho de que la veamos compitiendo por el Óscar.
¿Ganará la desigualada categoría de Mejor Actriz en Comedia de Los Globos de Oro? * En lo particular diría, si le dan el premio sería una injusticia negarle a Melissa McCarthy o a Amy Schumer las geniales actuaciones que nos dieron en Una Espía Despistada o en Esta Chica es un Desastre. Y en serio, esta cinta intenta ser una comedia, pero no me generó muchas risas. Este año algo pasó con la Asociación de Periodistas Extranjeros que colocó esta cinta (y la de Misión Rescate) en las nominaciones.
(*) Nota del redactor: a la hora de hacer esta reseña todavía no ocurría la premiación de Los Globos de Oro.
Esta claro que Sullivan cayó en una producción autocomplaciente en la que el director puso elementos que ya sabía usar, como Robert de Niro, quien se mantiene en la línea de actuación que le hemos visto últimamente y un Bradley Cooper que llena un espacio que apenas y funciona en la cinta. Del resto del elenco, destaca un poco Diane Ladd, quien no solo interpreta a la abuela de Joy (el único personaje que trata de aportar algo positivo en toda la telenovela), sino también da un poco de la narrativa del filme.
Otra cosa que nos quedó a deber Sullivan fue la banda sonora, que no destacó como pasó en sus dos producciones anteriores. Hay un momento en el filme donde Lawrence y Ramírez cantan a dueto «Something Stupid«. La canción es buena, el dueto parece bueno, pero la voz de Lawrence no es la adecuada… como el personaje que interpreta. Además tendremos a Cream, los Bee Gees y los Rolling Stones en algunos momentos del filme.
Esta cinta dará de que hablar en las premiaciones, pero no tiene los suficientes elementos para contender por los premios más importantes. Sullivan deberá pensar bien su siguiente proyecto. Quizá ya pasó demasiado tiempo con sus actores fetiches de siempre y debería considerar intentar algo nuevo, con otros actores, antes de que esa constante repetición en sus elencos termine ahogándolo en la mediocridad.
De Jennifer, que debe buscar papeles más adecuados. Esta claro que se acabaron Los Juegos del Hambre y este año la veremos por última vez como Mystique en la franquicia de los X-Men. Ha llegado el momento en que Lawrence debe madurar a nivel profesional y tomar un rumbo en su carrera que le permita separarse de ese pedestal de ser la actriz consentida del medio, de ser la ídolo juvenil, pues Hollywood es cruel con quien gana un Óscar. Si no es constante, seguro la perderemos con el tiempo.
Calificación: 7
