La ventaja de tener una mayor apertura a nivel comercial en las producciones de anime, es que a nuestro mercado llegan nuevas propuestas e historias que muy posiblemente, no habrían funcionado de la mejor manera antes. De igual manera, plataformas como Crunchyroll también ayudan a que conozcamos nuevas historias como la que nos cita en esta ocasión: The Quintessential Quintuplets es una grata sorpresa con una historia de comedia y romance pero con tonos no tan comunes en este tipo de proyectos.

Esta película sirve como puente a la conclusión de la historia de Futaro Uesugi, quien fuese el tutor de cinco rebeldes quintillizas Ichika, Miku, Nino, Yotsuba e Itsuki; cada una con un talento único. A la par de la difícil tarea de ayudar a que cada una de estas logren todos sus objetivos, Futaro también debe mantener su promesa de amor con una de las hermanas que conoció en su infancia, aunque la decisión final podría ser más difícil de lo que cualquiera se hubiese imaginado.

Es importante mencionar que esta película se disfruta más si se tiene un seguimiento de la historia a través del anime que se estrenó hace unos años. Afortunadamente la plataforma Crunchyroll, quien también da seguimiento al estreno de la cinta en nuestro país por primera vez, cuenta con la serie en su catálogo, y al ser una serie con dos temporadas de 12 episodios cada una, es una excelente recomendación a considerar y preparar todo antes de ver la película.

Y es que aunque en un principio pareciera que se daría pie a muchos segmentos de comedia escandalosa o temas subidos de tono por la peculiar situación de romance, ciertamente nos encontramos una historia encantadora con diferentes matices.

Cada personaje tiene una evolución y desarrollo que explora el entendimiento tanto de su entorno como a nivel personal; para empezar el mismo Futaro, un joven obsesionado con los estudios y la preparación, ofrece su tiempo y esfuerzo para brindar ayuda a quienes más lo necesitan, así como permitir que los demás tomen sus propios caminos y ser un apoyo cuando la situación le amerita.

El mismo caso sucede con las quintillizas, pues una vez que deciden romper sus propios prejuicios en la serie original, aquí vemos un total entendimiento de lo que ellas mismas juraron ser. Incluso vienen otras sorpresas como el origen de sus diferencias tan marcadas, pues en un inicio se aprecia como eran demasiado unidas gracias al repaso de su infancia.

Hay tiempo para explorar diferentes historias y momentos gracias a un manejo de versiones alternas de «¿Qué pasaría si elijo este camino?» respecto a la decisión que debe tomar el protagonista Usegui, y aunque se trate de un sin fin de posibilidades, son resultados que van sumando a la conclusión que puede llegar a ser satisfactoria para algunos y emotiva para otros.

Es ahí donde reside la gracia de esta serie de anime y película: poco a poco el conocer la personalidad de cada una de sus protagonistas, hace que tengan cierto encanto natural, un «No me puedo enojar con ellas aunque sean un desastre». Cada una concluye con algo totalmente diferente de cómo se conocieron en su primer episodio.

Quizás el único «pero» que recibiría es que por momentos se siente larga. Pese a que se encuentra todo bien condensado para ser el final de la historia se van añadiendo nuevos temas que abordar: cuando crees que todo va a terminar y concluir en algo bonito sigue añadiendo más y más.

Es muy probable que la productora haya decidido tomar este camino, con el fin de mantener una historia firme y directa, sin la necesidad de añadir temporadas o episodios de relleno cuando las viñetas del manga han concluido perfectamente. Bibury Animation Studios se encarga de toda la historia, y respeta el buen trabajo que hizo Tezuka Productions a lo largo de la serie.

Por supuesto, lo mejor de todo es que el final da el repaso al mensaje más importante: y es que siempre estaremos acompañados de una persona importante. Cada una de nuestras decisiones las tomamos esperando que sea lo mejor y permita brindar felicidad tanto a quienes nos rodean como a nosotros mismos, pero en cualquier camino a tomar, «nunca hay que arrepentirse de nada»