Esta semana les tenemos una película que puedo considerar un tanto cambiante e incluso podemos pensar que, por la actuación estelar de Anne Hathaway y la orientación del filme, es una secuela espiritual de otra cinta de Hathaway, El Diablo Viste a la Moda. Y las coincidencias son bastantes en esta cinta llamada Pasante de Moda, pero no se dejen llevar.

Primero tenemos un cambio en los roles, pues Hathaway pasa de ser la nueva empleada a la líder de una página web que vende ropa llamada A la Medida que tiene mucho éxito y que pronto se ve obligada a tener como asistente a un interno veterano que es interpretado por Robert De Niro. Ahora el veterano pasa a ser el novato y viceversa.

Nancy Meyers, directora que conocimos por la versión moderna de Juego de Gemelas y que logró la fama hace algunos años poniendo a Mel Gibson a leer los pensamientos de las mujeres en Lo que las Mujeres Quieren, dirige esta cinta donde, además de Hathaway y De Niro, tenemos también a Rene Russo, Adam DeVine e incluso un pequeño cameo de Natt Wolff.

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Un veterano con buen humor más dos jóvenes inquietos puede determinar que el ambiente de trabajo sea divertido.

De Niro interpreta a Ben Whitaker, un hombre retirado y viudo, que siente un vacío en su vida y decide probar un nuevo reto, trabajando como interno en A la Medida. Ahí pronto se enfrentará a un mundo diferente al que tuvo en su juventud, lo cual le permitirá meter las mejores cosas que ha aprendido de su vida en las nuevas generaciones y, de paso, enderezar el camino de la empresa, sus empleados y su jefa, Jules.

La cinta literalmente se parte en dos, y esa manera de partirse en dos es como cuando observas el Titanic, finalmente una parte jala y termina por hundir a la otra.

La primera parte se centra mucho sobre Ben, y pronto simpatizamos con la actuación de Robert de Niro quien, pese a que ya esta lejos de aquellos gloriosos años donde Scorcese y Ford Coppola supieron sacar lo mejor de su actuación, logra hacer una actuación que se mantiene en un buen nivel, aunque le cuesta trabajo alcanzar lo que vimos en Los Juegos del Destino. De hecho, su personaje tenía para más, es demasiado simpático y bonanchón, al punto que un poquito del lado oscuro le habría dado más proyección a su personaje.

De hecho, la primera parte es divertida, y hay una química impresionante entre De Niro y los demás actores, incluso a Anne Hathaway, que le cuesta muchísimo trabajo mostrar el mar de nervios que debía representar su personaje. Esta parte es la que se alza, sin ningún problema, en el gusto de todos.

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Hace 40 años era un taxista psicótico y ahora tengo que cuidar a Gatúbela borracha.

Pero Meyer pierde el control en la segunda parte de la cinta, donde toma por completo la atención en los problemas del personaje de Anne Hathaway, al grado que dejas de sonreír e inevitablemente buscas un pañuelo -para, caballerosamente, dárselo a tu pareja que estará llorando a mares-, pues la cinta se torna emotiva, con mucho drama e incluso se olvidan de la comedia que dominó la primera parte.

El problema es que Meyer intenta resolver con sentimentalismos, una historia que debía reflejar la poderosa personalidad femenina que tiene el personaje de Hathaway, de pronto la comparación con Miranda, la editora de modas de El Diablo Viste a la Moda que interpretó Meryl Streep es inevitable. De hecho, ambas son mujeres son frágiles, pero si algo es cierto es que, mientras Miranda solo mostró su fragilidad en el momento adecuado pero se mantiene firme, el personaje de Hathaway cae en los «problemas de papi» y no se recupera de ello.

Incluso, el evento que moviliza la trama de la cinta tiene un planteamiento muy obvio en la primera parte, algo que se entiende cuando trabajas en empresas tipo start up (compañías pequeñas que de pronto crecen a gran velocidad), pero la forma en que Meyer resuelve dicho evento hace que termine tirando la toalla penosamente, para mal de la trama y de la credibilidad de los personajes, sin siquiera mostrar algo que pudiera darle mas realismo a esa situación que enfrenta la historia. Esta es la mitad que hunde al resto del filme.

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Tu jefa se mueve por las instalaciones del trabajo en bicicleta, tu argumento es inválido.

No califico como mala la película, pero pudo haber sido una cinta mejor con una trama que hubiera puesto los pies en la tierra, de una cinta que llevaba un buen ritmo y que tenía para más, pero que el libreto terminó echando por tierra.

Del resto del cuerpo actoral no se presume mucho, lo poquito que luce Adam DeVine es divertido, igual que Rene Russo, quien hace un papel pícaro y divertido. El trabajo fotográfico es bastante convencional y lo mejor viene en la adaptación de los sets que muestran una oficina donde uno se divertiría trabajando, al grado de que puedas a ver a la líder moviéndose de un lado a otro en bicicleta.

Pese a todo, es una buena cinta para pasar el rato y más si vas en pareja o en familia -sobretodo si llevas a gente de la tercera edad, les agradará-. Una opción que va a pasar inadvertida, pese al buen elenco que tiene por las comparaciones que ya he mencionado, mas si salva un domingo en la tarde.

Extrañamente para el estilo de película, esta siendo ofrecida subtitulada y doblada al español. Dicho doblaje funciona muy bien, especialmente con la poderosa voz que le ponen a Robert de Niro que hace aún más apreciable a su personaje.

Calificación: 7