En los últimos años se ha creado una nueva tendencia en el cine, la de buscar actores maduros con una larga trayectoria que de pronto puedan jugar a ser héroes de acción. Ahí tienen el caso de Liam Neeson, quien parece que ya se quedó en el papel del hombre maduro y peligroso desde su participación en Búsqueda Implacable.
Ahora le tocó el turno a Sean Penn, con una larga trayectoria, dos Premios Óscar y 54 años de edad, que bajo la dirección del francés Pierre Morel (el director de… adivinen… Búsqueda Implacable) participa en Gunman: En La Mira, en una cinta que presume un gran elenco (Javier Bardem e Idris Elba, entre los actores), un thriller con elementos de acción y activismo social basada en la novela The Prone Gunman, escrita por Jean Patrick Manchette.
Sean Penn interpreta a Jim Terrier, un mercenario que comete un atentado muy preciso que le arrastra a abandonar el Congo y a la mujer que ama. Años después deberá investigar por qué ahora a él y a su equipo buscan matarlos, algo que le permitirá reencontrarse con su pasado, con su chica y, de paso, afrontar las consecuencias físicas y mentales de sus acciones.
Con todas las buenas intenciones que pudiera tener la cinta, entre ellas tres excelentes actores y una historia que daba para mucho, Gunman queda muy corto en el intento de hacer una cinta que busque, siquiera, llegar al nivel de estas cintas donde las intrigas políticas y la acción se intentan combinar. El director hace que la intención se vaya perdiendo en lujo de detalles, algunos que ayudarán a entender mejor la historia, pero que pudieron haber sido mejor resumidas, al grado de que la historia, por lo menos en la primera parte de la cinta, raya en el aburrimiento.
Y de esa primera parte, donde solo dos escenas se ven interesantes, intensas, violentas, viene un constante drama en la búsqueda de pistas, los reencuentros y algunos detalles que por un momento se olvidan, y en otro momento aparecen de manera inconsistente para reforzar una trama en la que el director no aprovecha al hombre que le dio en la mano el Óscar a González Iñárritu (y quien de paso, le exigió que consiguiera una green card, pero eso se lo perdonamos).
Pero no le vamos a perdonar a Penn que en esta cinta se vea tan plano. Sí, puede presumir que, para efectos de la cinta, hizo bastante ejercicio (incluso surfea unas olas), pero su nivel actoral deja mucho que desear y puedo afirmar que es una de las peores cintas de su carrera, haciendo un personaje que, más que lograr ganarse al público, genera lástima e incredulidad (no se si sea por intentar hacer un Brian Mills o por también intentar ser un Commando de 50 años con fuertes migrañas).
Además, está muy mal aprovechado el elenco. Un Javier Bardem que no decepciona en los pocos minutos que tiene y quien, en una escena importante, se roba lo poco que le tocó de película, y un Idris Elba quien tuvo menos tiempo en pantalla que en Avengers: La Era de Ultrón, y aún así es el segundo crédito más importante de la película. Incluso ambos tienen menos tiempo en pantalla que Jasmine Trinca, quien logra una consistente, pero poco trascendente actuación, como el interés amoroso de Penn y Mark Rylance, quien termina cayendo en un personaje acartonado y poco creíble.
La cinta gana algo de interés cuando por fin la acción ocurre. Es cruda, sangrienta y en momentos hasta creativa. De hecho, la confrontación final, ocurrida en una plaza de toros en Barcelona (donde se supone ya no permiten las corridas de toros desde el 2011 y los eventos habrían ocurrido el año pasado), es uno de los enfrentamientos que tiene momentos muy creativos y algunas escenas en las que el director francés sabe combinar bien el arte de la tauromaquia con el conflicto que ocurre cerca, una escena que odiará PETA con todo sentimiento (*). Aún así, es uno de los mejores momentos de la película para mi.
Fuera de esa escena, no hay nada nuevo e interesante que ver. Sin duda la cinta valdrá para que uno la vea en la televisión por cable en los próximos años, pero realmente no vale la vuelta al cine. Penn hizo mejores cintas de acción cuando joven, y creo que debería mejor volver a explotar la actuación dramática, lugar de donde no debió salir. Véanla bajo su propio riesgo.
Calificación: 6
(*) Nota del redactor: No me había fijado en los créditos, pero de acuerdo a IMDB, en los créditos se hace mención que filmaron la escena tomando en cuenta que están prohibidas las corridas de toros en Cataluña desde hace tiempo.
