Eli Roth lleva a la pantalla grande el deseo de cualquier adolescente, solo que sin adolescentes y con un giro bastante bizarre.

El lado oscuro del deseo es una película que cuenta con las actuaciones de un Keanu Reeves ya bastante alejado de las cintas que le dieron cierta notoriedad, y que es el gancho principal para llevar a una horda enorme de fanáticos al cine -o al menos así lo habrá pensado el señor Roth-, además de las atractivas actrices Ignacia Allamand, Ana de ArmasLorenza Izzo, como principales talentos de la cinta con el peor título en inglés de la temporada: Knock Knock. Si bien este tiene algo que ver con la parte final de la película, creo que pudo haber escogido algo que vendiera más que la simple onomatopeya del golpe en una puerta. Pero continuemos con la reseña…

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Bel (Ana de Armas) y Genesis (Lorenza Izzo) llegan completamente empapadas a la casa de Evan Webber (Keanu Reeves). Aparentemente están perdidas y necesitan a un alma caritativa.

Evan Webber (Keanu Reeves) es un padre de familia que ama a su esposa, a sus hijos -pequeños actores que lamentablemente no fueron acreditados- y a su perro, Monkey. Justo el Día del Padre ellos tienen que hacer un viaje de compromiso, pues Karen Alvarado (Ignacia Allamand), una reconocida escultora española, debe atender una invitación en compañía de sus hijos antes de una gran exposición en una importante galería de arte.

Durante esa lluviosa noche, ya solo en casa, Evan tiene la inesperada visita de dos chicas que parecen estar perdidas y que dicen haber tocado en otras casas pidiendo ayuda, sin obtener respuesta. Evan saca su espíritu caritativo y les permite pasar para secarse mientras llega un taxi, sin conocer sus verdaderas intenciones. Lo que inicia como un par de muchachitas locas seduciendo a un hombre maduro, pronto se degenera y se convierte en algo insano y hasta peligroso para nuestro protagonista.

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Tan pronto como se encuentran dentro, comienzan a seducir a Evan, quien -incómodo- no sabe cómo decirles que paren. Después de todo él es un buen padre y esposo ¿porqué habría de engañar a su mujer?

En esta cinta, Eli Roth nos sorprende al salirse completamente del estilo de películas que suele filmar. Sin duda, encontraremos bastante suspenso, y en lo personal pienso que ha sido favorable para la imagen de Keanu Reeves, a quien se encasilla en personajes que no suelen mostrar una gran variedad de emociones. Aquí vemos al actor alejado de esos patrones, interpretando de forma verosímil a un padre juguetón y amoroso, un esposo comprensivo y, en general, una persona madura y segura de sí misma, aunque con una debilidad: las jovencitas.

Aquí es donde entran Ana de Armas y Lorenza de Izzo, que nos obsequian dos hermosos pictorials, mostrándonos que pueden pasar de la inocencia a la seducción, de la seducción a la rebeldía, y de la rebeldía a la locura. Particularmente, el atractivo de Ana de Armas es incomparable, una actriz de origen cubano cuya participación más memorable ha sido -nuevamente, a título personal- en la serie El Internado, interpretando a Carolina Leal; y si no me equivoco, he sentido una chispa entre el protagonista y Ana. Pero eso, mis amigos, ya es cosa más de una revista de la farándula que de una reseña de una película.

En cuanto a los papeles de Ignacia Allamand y Aaron Burns, este último, representante legal de la escultora, son lo suficientemente escuetos como para decir que pueden pasar de largo sin aportar un grano de arena a la historia, pues si bien ella interpreta a la esposa, lo que al final cuenta es la repercusión de todo lo que ocurre en el medio al final de la película.

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Las cosas pronto se vuelven en su contra, y estas dulces chicas pasan a ser unas agresivas desquiciadas. Pero hermosas, muy hermosas.

El guión no es precisamente complejo. En realidad, es muy sencillo y predecible, aunque guarde alguna que otra sorpresa. En mi opinión, hizo falta un trabajo más profundo en la elaboración de los personajes, y creo que son las actuaciones lo que salva a El lado oscuro del deseo de convertirse en bodrio innombrable al estilo de cualquier película de Cinema Golden Choice, de esas que pasan después de medianoche. La selección musical, sin embargo, fue muy afortunada, así que tenemos una serie de claroscuros que no nos permiten apreciarla con homogeneidad. Y por supuesto, para ser una película de terror, sin duda esperábamos mucho más de Eli Roth.

Concluyendo, si te gustan las chicas que ves en pantalla y eres de los morbosos que van al cine para ver pictorials de famosas y casi famosas, go ahead, vas a disfrutar las pocas escenas en que vemos, a plenitud y veladamente, la belleza de estas actrices. Si eres seguidor de las cintas de Keanu, igualmente debes ir a verla, porque aquí vemos algo más de él que su rostro serio y enojado. Pero si lo que buscas es una cinta que te ponga al filo de la butaca, aquí no lo vas a encontrar. Es solo un thriller palomero con algunos destellos de genialidad, casi todo culpa de un guión incompleto y mal trabajado, sin profundidad en los caracteres, que en toda la película se muestran superficiales y predecibles. Yo la disfruté, sin llegar a ofrecerle las palmas. Simplemente pasé un buen rato en el cine. Le doy un siete.