Una de las ofertas más interesantes de este fin de semana en las salas de cine nacionales ha sido el estreno de Kingsman: El Servicio Secreto, la cual nos tomó un tanto desprevenidos y realmente sin muchas esperanzas de ver algo destacado de la mano de Matthew Vaughn, director que nos entregó una buena adaptación de Kick-Ass, pero que a su vez dirigió una muy desabrida segunda parte, que honestamente no gustó a los fans. Así que era un tanto como tirar una moneda al aire.

Sin embargo, conociendo su trayectoria en la escritura de guiones adaptados, pensé que bien valía la pena pagar la entrada y ver qué podremos esperarnos de su próximo blockbuster Los Cuatro Fantásticos, una cinta que se estrenará el 31 de julio y cuyo tráiler ha suscitado acalorados comentarios entre cinéfilos y críticos de cine. Pasemos a la reseña…

El director Matthew Vaughn (Kick-Ass, X-Men: Primera Generación) ha adaptado el nuevo cómic del guionista escocés Mark Millar, Kingsman: El Servicio Secreto, que cuenta la historia de un adolescente que se mueve por los barrios bajos de Londres y cuya vida pronto da un giro de 180 grados gracias a la ayuda de un misterioso hombre. De delincuente pasa a aprendiz de espía, casi inexplicablemente, con la amplia posibilidad de convertirse en el siguiente Lancelot.

En Kingsman: El Servicio Secreto, vemos un reparto de lujo, entre los que se encuentran Colin Firth (El discurso del rey), Samuel L. Jackson (Tiempos violentos), Michael Caine (Las reglas de la vida, Hannah y sus hermanas) y Mark Strong (Kick-Ass, Sherlock Holmes). En esta película basada en el cómic de Mark Millar, quien también creó Kick-Ass, vemos a un joven llamado ‘Eggsy’ (Taron Egerton), bajo el cuidado de Harry Hart/Galahad (Colin Firth), un espía que trabaja para el servicio secreto de su Majestad. Con la ayuda de Arthur (Michael Caine) y Merlin (Mark Strong), pronto se encuentran cara a cara con el malvado Valentine Richmond (Samuel L. Jackson), un egocéntrico multimillonario con hematofobia.

Kingsman es casi una carta de amor a las películas de James Bond –pero no tanto como una parodia, como la serie de Austin Powers– sino más como un homenaje a la franquicia. Se trata prácticamente de un 007 meets Kick-Ass, y en este sentido, les encantará a los fans de ambas franquicias. A través de montañas rusas de acción, comedia y espionaje, se nos entregan un sinfín de guiños y referencias al mundo de las películas de espías. Seguramente notarán una gran semejanza en algunas escenas con Hombres de Negro y la serie del Superagente 86, parecido que no es ni remotamente gratuito, sino más bien, muy intencionado.

Si bien las actuaciones de todos los involucrados han sido adecuadas hasta cierto punto, no cabe duda que Firth se roba la pantalla en cada de sus apariciones. Las escenas de acción en las que participa destacan por ser excesivamente violentas al ser comparadas con otros filmes del género. En cuanto al joven Egerton, luce más bien patético durante la primera parte. Es prácticamente al final cuando luce como la estrella, el nuevo nacido Lancelot. De alguna forma se justifica si tomamos en cuenta sus antecedentes, pero siento que su crecimiento como personaje ha explotado repentina y no paulatinamente. Las escenas del entrenamiento más que beneficiar al filme en su totalidad, lo vuelven un poco lento y hasta aburrido en ocasiones.

Jackson no llega a convencer como el malo de la película. Tal vez el exacerbado excentricismo de su personaje habría requerido un poco más de violencia y temeridad. Aunque por supuesto, si tomamos en cuenta su fobia a la sangre, lo frena de hacer el trabajo sucio por su cuenta. Y es allí donde entra Gazelle (Sofia Boutella), el otro personaje que seguramente amarás al atestiguar su gran dominio atlético a pesar de usar unas prótesis un tanto peculiares.

Podríamos decir que, a pesar de que Kingsman: El Servicio Secreto está dividida en tres grandes fragmentos, tiene lo necesario para considerarse una buena película de acción. La trama es interesante, y aunque el final se descubre por medio de conjeturas, tiene una serie de giros bastante creativos y muy acertados. Sin duda, es la opción para este fin de semana. Le doy un 8.