La Leyenda de Zelda es una de las historias que más ha marcado a los más asiduos a los videojuegos. También es uno de los temas más controversiales cuando se trata de elegir el mejor juego de la serie. Sin embargo, sólo uno de ellos se convirtió en un juego de culto y tuvieron que pasar casi quince años para que se convirtiera en el Zelda favorito de muchos y dejar de ser la sombra de Ocarina of Time.

The Legend of Zelda: Majora’s Mask 3D llega con más años de diferencia que su antecesor (Ocarina of Time 3D) y no así como en el año 2000 que fue desarrollado con prisas, aunque eso no significó que Eiji Aonuma debutara como director de la franquicia con un trabajo soberbio.

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En esta ocasión repite Grezzo en el codesarrollo para una remasterización de Zelda en el Nintendo 3DS y mantienen el nivel gráfico y técnico de acuerdo a lo que habíamos visto en su precuela. Sin embargo, es ligeramente superior gracias al mundo de Termina que imaginaron Aonuma y su equipo en su momento, y podemos observar más detalles respecto a la entrega anterior. De hecho, si lo comparamos con la versión original del Nintendo 64, el trabajo es aún mayor que lo visto en Ocarina of Time.

Los lugares ya no se ven vacíos y oscuros, por ejemplo, los templos en el juego original lucían tremendamente pobres, ni siquiera parecían templos, y ahora en este remake los muros ganaron muchos detalles y una mejor paleta de colores que favorece aún más el tono “oscuro” de esta entrega. Pero tengo que resaltar que la paleta de colores, si bien no es la misma que el original, respeta el nuevo arte conceptual del juego y ese aire “oscuro” que lo ha caracterizado y que lo mantuvo como juego de culto por años.

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Detrás de cada máscara hay una gran historia

Entrando más en detalle sobre la historia y las mecánicas del juego, Link se encuentra cabalgando por el bosque hasta que es derribado de su fiel yegua Epona por las hadas que acompañan a Skull Kid. Este travieso duende lleva puesto una extraña máscara que le da grandes y maléficos poderes, le roba la Ocarina del Tiempo a Link para posteriormente convertilo en un Deku y tener tres días para salvar la enigmática, y llena de historias, tierra de Termina de la colisión con la Luna.

El tiempo no está a nuestro favor, pero gracias a la Canción del Tiempo podremos regresar al principio de estos tres días constantemente. Lo mejor de esto es que aunque sean los mismos tres días, Termina está lleno de historias gracias a sus habitantes que nos darán verdaderas misiones extras.

Si bien el tiempo es fundamental, lo verdaderamente importante y las estrellas de este Zelda son las máscaras. No sólo se limitan a las transformaciones de Link en Deku, Goron y Zora, o a algunos efectos como correr más rápido y pasar desapercibido ante el mundo como si fueras invisible. Detrás de cada máscara hay una gran historia que contar: las proezas heroicas de un valiente guerrero, el reencuentro de un padre con su hija o el eterno amor de una pareja de novios. Las máscaras finalmente lograron ser lo que no pudieron en Ocarina of Time.

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El sonido en general se mantiene igual que en su versión original, no hay cambios más allá de la melodía en los créditos. Esto no es precisamente malo, pero hubiera ayudado a ser un remake más completo.

Hubo algunos cambios que le sentó bien al juego como el poder guardar la partida más fácilmente o el poder cortar algunas secuencias y varios detalles así. Pero los más destacables fueron los combates contra los jefes de cada templo. Ganaron mecánicas que los hacen menos fáciles y en algunos casos más espectaculares en sus batallas como es el caso del cuarto templo que sencillamente es épico.

The Legend of Zelda: Majora’s Mask 3D podrá no ser el Zelda favorito de todos, pero ha logrado romper el muro de “juego de culto” y no hay duda alguna de por qué es uno de los mejores Zelda.

Calificación: 8.5