Janis: Chica Azul, cuyo nombre original es Janis: Little Girl Blue es un documental biográfico de la vida de la estrella del rock, Janis Joplin.
Que nos cuenta Janis: Chica Azul, conocemos la vida de Janis desde el núcleo familiar. Su infancia y adolescencia son contadas de la mano de sus hermanos que aún viven. Logramos conocer cómo algo no cuadraba en el status quo de la vida de los 50 con esta chica.
Esa misma rareza y peculiaridad, la hizo siempre buscar ser distinta. La misma sociedad y lo que “era esperado” alienó a la joven Janis, y el ser siempre molestada por compañeros de clase y vecindario es probable que haya sido lo que arraigó con aún más fuerza el tener que ser distinta, el tener que hacer las cosas que no hacían los demás y lo que le dio una coraza fuerte entre sus sentimientos y el mundo exterior.
Cada etapa de la vida de Janis es contada con un gran lujo de detalle. Amy J. Berg, directora de este documental y varios más como: Deliver Us from Evil, An Open Secret, Prophet’s Prey, entre otros, en verdad se dio a la tarea de buscar y encontrar casi todo material habido de la existencia de Janis. La historia nos es contada con fotografías; familiares, profesionales, artísticas; vídeos caseros, de conciertos, de películas, de programas de televisión; hasta incluso cartas de Janis a varios de sus seres queridos.
Para hacer una crítica más completa de este filme, lo dividiré en dos partes; por un lado, la construcción, narrativa y producto visual, y por otro, el material, investigación y documentación del mismo.
Como les comento, el material recaudado y mostrado es prácticamente material de museo. Sin contar con la gran Janis Joplin, toda la investigación, los documentos compartidos, y las entrevistas a todos quienes la rodearon hacen que conozcamos muy a fondo a la intérprete. Hay entrevistas con sus familiares, sus compañeros de banda, comentaristas que la entrevistaron, hombres que la amaron y productores que la apoyaron desde que se enamoraron de su personalidad y su voz en sus inicios.
Y todavía lo que hace más personal este viaje biográfico es el hecho que se nos comparten cartas personales de Janis, leídas como si fuera por ella misma, en la voz de Cat Power, quien a su vez es una canta-autora americana, música y, en ocasiones, actriz.
Las entrevistas nos presentan a sus hermanos, Laura y Michael Joplin, amigos de la infancia como J. Dave Moriaty y Jack Smith, a músicos como, Powell St. John, Bob Weir, Dave Getz, entre muchos más, incluso conocemos brevemente a Jae Whitaker, una chica afroamericana, música amateur que se involucró sentimentalmente con Janis.
Vuelvo a repetir, el material es una joya en sí misma.
Pero en mi opinión, la construcción, narrativa y producto visual es otro ritmo musical por completo distinto. La historia es contada tan a detalle y cronológicamente tan específica que en ocasiones se siente muy lenta y pesada. El documental dura 1 hora 43 minutos, pero pareciera que toma más tiempo.
Aunque cuenta cada paso con tan a detalle, siento que es más para los fans de Joplin y no para acercar a aquellos que conocemos poco de su trayectoria. Es un viaje muy personal y se agradece, pero no conocemos de sus álbumes o sus canciones, sino sus interpretaciones y amoríos. Que fueron muchos, en verdad, muchos.
En la vida de Janis se repiten muchos sucesos, y esto también pareciera que el documental se está repitiendo varias veces, pero es que no quedan tan claramente marcadas las fechas de la narrativa, que solo vemos como entra y sale de drogas al menos tres veces en su vida, ama, pero no ama a chicos y chicas, y como todo indica a conocer su depresión, pero que nunca lo estuvo porque siempre fue muy feliz. Sé que los verdaderos fans se saben de memoria los datos de su vida, peo el tener cero presencia de ellos, no ayudó a dejar por sentado, o aclarar, dónde nos encontrábamos temporalmente de lo que se estaba contando.
Visualmente es un ir y venir de blanco y negro, a colores, y vídeos de resoluciones con baja resolución. Pero ese no es problema alguno, sabemos que se nos está presentando material tan real y verídico que lo podemos palpar. Sin embargo, en las escenas de Janis en el escenario, no sé si por visión de Amy Berg o su equipo de producción, existe una fascinación y exageración por close ups extremos. Y la gran desventaja de los mismos es que son realizados de manera digital sobre filmes de baja calidad, y no sabes si son los pixeles de proporciones inmensas, o el constante movimiento de la gran melena de Janis, pero sientes un enorme mareo al puro estilo montaña rusa.
Hubo problemas graves con los subtítulos, muchos encimaban, tapaban y bloqueaban nombres de los entrevistados y textos presentados. Que, aunque se, no es labor de la hechura del documental, si entorpecen en gran medida para quienes se nos presenta con ellos. Además, no soy muy fan del castellano.
Un documental que se siente un tanto antiguo en su edición. Con un material supremo, pero que en su producto final pudiera fácilmente competir con un especial de MTV o VH1.
Y un par de decisiones sumamente extrañas: su muerte solo se cuenta con un texto, sé que quizá se plantea celebrar más su vida, pero no oímos nada de sus seres queridos al respecto, ni como la vivió el mundo, y no por morbo necesariamente, pero recordemos que Janis es de las celebridades del Club de los 27, y es algo que intriga y al menos nos hubiera ayudado a ver el impacto que tuvo su ausencia.
Quédense al final, durante los créditos presentan testimonios y entrevistas que fueron de los mejor, que tampoco entiendo porque se les dio tan poca relevancia, son las personas que actualmente han sido influenciadas por Janis, sin mucho spoiler vemos a Alecia Moore (a.k.a. P!nk), Juliette Lewis, Melissa Etheridge, y una entrevista que es fascinante, y que para nada es material para “after credits”.
Un documental medio bitter-sweet, quizá al igual que el mismo blues que tanto amó e influenció la vida estridente de una de las mejores artistas femeninas del rock.
De aquí en delante, todo es escrito por Juan Carlos Barbosa @Travsam:
Coincido con Benigno en que el documental pudo haber sido mucho mejor al tratar de explorar un poco más sobre la influencia que la Brujita Blanca del Blues imprimió en la música popular en la década de los setenta y la siguiente década. Es triste ver que esas influencias no se puedan apreciar en el cine, por el detalle de que las ponen en los créditos, algo que seguramente los fans disfrutarán más tranquilamente en su hogar.
Para alguien que le gusta el rock clásico, explorar este documental significa entender la razón por la que Janis Joplin se metió de lleno a cantar el blues y otros ritmos similares, algunos sin éxito como el bluegrass y otros que le permitieron hacerse de un nombre con canciones como Cry Baby, Piece of My Heart y Me and Bobby McGee.
La narrativa se torna interesante cuando conocemos como creció con la banda Big Brother and the Holding Company y esa fama casi la pierde con la Kozmic Blues Band, por dejar que la banda fuera hecha por una disquera y se notara la falta de corazón, que la hizo caer fuertemente en su adicción a la heroína, droga que la acosó hasta el día de su muerte, ya en 1970.
Musicalmente la banda sonora nos permite conocer todos esos pasos y de paso, nos sugiere visitar sus dos influencias principales: Aretha Franklin y Otis Redding, de quienes se oyen sus canciones en la película, y de la primera, Janis hace un cover muy memorable.
Esta banda sonora, que pueden escuchar en Spotify, tiene algunas rarezas de inicios de su carrera, así como las canciones más destacadas de sus tres bandas y de sus participaciones en vivo en Woodstock y un concierto en Canadá de donde sale la cancion Little Girl Blue, la cual inspira el título de la película, pues es una canción que cuenta a detalle la vida de la cantante.
Lamentablemente, para el que no conoce mucho del rock clásico, sentirá demasiadas similitudes con el documental Amy, pero es inevitable. Amy Winehouse coincidió en muchos detalles en su vida con Joplin, su influencia en el blues (que le permitió tomar un rumbo distinto con esa grave pero poderosa voz), su vida llena de escándalos y su muerte prematura por las drogas y que la metieron al infame «Club de los 27». Puede ser que para el cinéfilo millenial, este documental parezca más oportunista que efectivo.
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