“Tiempos obscuros requieren medidas obscuras.” La esperanza de encontrar una mejor cinta en una secuela siempre está en la mente de los seguidores de sagas como Divergente, pero en este caso, existen tantas inconsistencias en cómo se va desenvolviendo la trama que realmente las mejoras más evidentes quedan descartadas de inmediato. En este caso, Insurgente, cuenta con una menor cantidad de explicaciones innecesarias, más acción y un toque grandioso de actuación que no habíamos visto en la película anterior; pero seamos sinceros, la trilogía de novelas de Veronica Roth creada para rivalizar directamente con Los Juegos del Hambre nunca pierde el olor rancio de ser una más del montón.
En esta entrega, ya habiendo entendido con mucho esfuerzo la estructura social de esta ciudad de Chicago futurista, con los miembros de Erudición, Verdad, Abnegación, Cordialidad y Osadía, llegan, solo para confundir aún más las cosas, las personas que encajan en todas o o varias de las facciones, conocidos como Divergentes, y las personas que no encajan en ninguna, los llamados Sin Facción (no, en verdad, es así de ingenioso). Afortunadamente, con este sistema ya explicado en Divergente, la secuela no gasta demasiado tiempo preocupándose por los detalles, así que Tris (Shailene Woodley) y Cuatro (Theo James) ya están directamente en la carrera por acabar con Jeanine (Kate Winslet).
Pero ya me detendré, no quiero generar spoilers a los que no están entre los 32 millones de personas a nivel mundial que ya compraron las novelas.
Tomado solo como comparación estas dos cintas, Insurgente se ve claramente mejor sobre la primera entrega de la franquicia, sobre todo, gracias al incremento del presupuesto y alcance. Todas las escenas cuentan con diálogos sumamente sencillos y nunca duran demasiado tiempo, gracias a que la motivación es básica. En el aspecto de la acción, es claramente dominante, algo que debo reconocer es que las secuencias de combate cuerpo a cuerpo son geniales gracias a la ayuda de Robert Schewentke, cuya dirección se siente francamente magistral en comparación con las luchas vistas en Divergente.
Si hablamos de las actuaciones, el mayor crédito se lo lleva Woodley. Ella es sin duda uno de las mejores actrices jóvenes que trabajan en este momento, y parece sentirse mucho más cómoda aquí que en la primera película. Una escena en particular la hace brillar intensamente, la secuencia donde Tris intenta no exponerse pública y emocionalmente a sí misma, es una maravilla, no pierdan de vista en ningún momento las facciones y lenguaje corporal de Woodley. Es una increíble hazaña de actuación. En una sola toma, ella te hace creer, aunque solo sea por un momento, que hay al menos una persona de verdad en esta historia.
Por desgracias, este par de destellos de dirección y actuación no logran ser suficiente para mostrar algo que valga la pena. Parece extraño que una película que celebra la divergencia se conforme con seguir una formula tan común y ser una sínica copia. No importó que hubiera un nuevo director, un nuevo séquito de guionistas, las actuaciones de Shailene Woodley y Miles Teller (Whiplash), o una secuencia un tanto extravagante de realidad virtual. Simplemente no sorprende y no logra hacer que te identifiques con alguno de los personajes. Es otra secuela fallida, que si bien no es un desastre y sería una buena opción para pasar un par de horas sin algo mejor que ver, no logrará satisfacer las expectativas esperadas.
Título original: INSURGENT
Director: Robert Schwentke
Duración: 1 hr. 59 min.
Fecha de estreno: 20 de marzo de 2015
