Table Top Racing: World Tour, desarrollado por Playrise Digital, marca la continuación de la exitosa franquicia Table Top Racing, la cual generó mucha expectativa después de darse a conocer que Nick Burcombe, co-creador de la serie Wipeout, estaría involucrado en el proyecto. ¿Pero de verdad Table Top Racing: World Tour estará a la altura?

La primera impresión que me dio el título no fue buena, me hizo recordar un poco la desastrosa presentación de otro juego del género llamado Super Toy Cars,  además, de que lo primero que ves del juego es la pantalla de carga con un logo de un restaurante inglés de sushi. Y de inmediato uno comienza a preguntarse si el juego será bueno o será una tristísima muestra de marcas y logotipos como el caso de Yaris. Sin embargo, esta pregunta se desvaneció al comenzar a correr en un circuito entretenido, detallado y con un trazo interesante. Claro que las distintas marcas que de alguna u otra manera patrocinan al juego están presentes, y hay que agradecer que no afectan en lo absoluto al estilo de juego que maneja Table Top Racing: World Tour, además de que gracias a este tipo de patrocinios, el DLC y el juego mismo no hubieran sido posibles.

El juego es muy justo al inicio, ya que comenzarás tu carrera con las monedas suficientes para poder hacerte de uno de los vehículos básicos. Dentro del juego existen tres categorías, la denominada Cult Classics, que son los autos perfectos para iniciar a entender los diferentes modos de juego, está la llamada Street Racers que subirán la dificultad y por ultimo está la Supercars, que es el máximo nivel de dificultad todas ellas tienen 4 autos, dando un total de 12.

Entre autos de la misma categoría, verás que las diferencias son mínimas, valiéndote elegir aquel que te guste más. Pero cuando cambias de clase, el cambio es notable, una vez que hayas agarrado el modo a una clase en particular el salto a otra categoría te resultará desconcertante y una vez acostumbrado a ella no querrás experimentar de nueva cuenta la categoría inferior, ya que los autos parecerán ir a velocidad tortuga, por lo que te recomiendo ir desbloqueando todo en orden. Es el primer infortunio del juego, recordemos que lo bueno que hacía a Micro Machines era jugar con diferentes tipos de vehículos, ya sea una 4×4, un auto de fórmula 1, o un GT.

Table Top Racing: World Tour
El entorno de las carreritas es muy bueno

Una vez que ganes un par de carreras, tu balance de monedas estará en mejores condiciones que al inicio, por lo que seguramente querrás gastar un poco. Para ello puedes ir a tu garaje y mejorar tu auto. Cada uno de ellos tiene su propio apartado para mejora de motor, aceleración, armadura o manejo. También podrás modificar tus llantas con las llamadas “Wheel Weapons” las cuales te pueden proveer de mejoras en ataque, bonificaciones de monedas o bien darte habilidades especiales como saltos, derrapes y más. Ciertamente no es algo nuevo, pero una vez finalizada la carrera al ver tus puntos y monedas, obtenidas siempre te quedas con esa sensación de que el desarrollador pudo hacerlo mejor, lo cual desafortunadamente acompaña a todo el juego.

Las armas y los power ups los podrás encontrar esparcidos en la pista y los obtienes al manejar a través de una especie de globos azules. Cada globo tiene un ítem al azar, que puede ser un misil, aceite, turbo, bomba EMP o una especie de rayo de hielo, que congela a tu oponente por unos instantes y lo manda a los bordes del circuito sin control alguno. Los efectos de las armas son cortos y en ocasiones el daño ocasionado no va acorde al tiempo de animación. Existen un total de 8 power-ups y conforme progreses en el juego pueden ser mejorados al atravesar una segunda burbuja haciéndolos más poderosos.

La “variedad” de los circuitos se establece por una especie de dinámica donde el juego añade solo unas pequeñas variantes a ellos, pero esto no previene que el juego se sienta repetitivo. Sin embargo, no todo es malo, ya que los obstáculos que encuentras en cada pista hacen que las carreras sean consistentes y en muchas ocasiones encuentres la manera de esquivarlos, aunque tampoco es algo que te deba de frenar ya que el impactar de frente con ellos no tiene ninguna consecuencia.

Table Top Racing: World Tour
Los coches están bien detallados, una lástima que sean tan pocos

La música del juego es mediocre, si bien Super Toy Cars era rescatado por tener un soundtrack completamente indie, y consistentemente bueno, Table Top Racing: World Tour carece de tener alguna melodía memorable. La banda sonora es como un playlist de música dance que bien podría amenizar algún segmento malo de algún programa deportivo de las televisoras nacionales, ya que no es brillante y resulta bastante genérica.

En donde brilla mucho el juego es en las versiones estilizadas de los autos. Están muy bien hechos, con mucho detalle, además de que ese grado de trabajo también fue trasladado a las pistas, cada una presenta buenas texturas y es sorprendente ver el buen acabado realizado por Playrise Digital en este aspecto del juego, la piedrita en el arroz de este trabajo es la carencia de empeño que algunos ambientes del juego parecen mostrar, especialmente aquellos que tienen elementos animados de fondo.

Table Top Racing: World Tour es un claro ejemplo de inspiración en un título clásico de otra consola. Me refiero al mítico Micro Machines del Sega Mega Drive, y esto lo podemos ver reflejado en algunos de los divertidos paisajes y en el detalle de los autos, pero carece de ese ritmo frenético, además de que el número mínimo de vehículos y de ambientación no ayudan en nada. Por ahora solo hay un pack extra como DLC a un precio de $9, que añade unos cuantos carritos, cuatro pistas y algunos eventos especiales, pero no aportan nada nuevo al juego y no se sentiría diferencia alguna si hubiera sido incluido como parte del juego final.

Table Top Racing: World Tour es un juego que te divertirá por unos momentos, pero con combates ocasionales y una mínima o nula pelea por el primer lugar por parte de IA hacen que este juego se vuelva en una experiencia completamente olvidable, que solo nos da un poco de nostalgia y nos deja con la sensación de que el juego desaprovecha muchas buenas oportunidades.