Hacer una historia que realmente suene original y que sirva para entretener al público en verano es todo un reto. Y que suene original no debe ser sinónimo de hacer cualquier tontería. Es entonces que, cuando un artículo del periódico cuenta la historia de un grupo de amigos que juegan Tag, un juego infantil que consiste en tocar a tu adversario y evitar ser tocado por los demás, uno podría esperar que pase a ser una simple anécdota y ya, ¿no es así?
De alguna manera la anécdota ocurrida en Spokane, Washington, logró trascender a su artículo en el periódico y en el debut directoral de Jeff Tonsic, tenemos la cinta ¡Te Atrapé! la cual cuenta con las actuaciones de Jeremy Renner, Jon Hamm, Ed Helms, Jake Johnson, Hannibal Burress, Annabelle Wallis, Isla Fisher y Leslie Bibb entre otros actores.
Una reportera del Wall Street Journal es testigo de ver a dos amigos jugando a «la traes» (la roña o como le quieran llamar) en la oficina de uno de ellos y queda intrigada por tener una historia en la que cuatro amigos intentarán romper el invicto de un hombre que no ha sido «atrapado» durante el juego desde hace treinta años y que están dispuestos a hacerlo en su boda pues, al parecer, no jugará más después del evento.
Uno puede imaginarse que vamos a tener una comedia de «pastelazo» con muchos términos adultos, y vaya que lo es, pero el gran problema de la película, es que el propósito de la historia es en sí un poco patético, es cuando nos damos cuenta que de pronto tenemos una premisa que el director no sabe aprovechar, que se resume en una línea «no es el problema que un adulto este jugando un juego de niños, sino que el adulto lo siga jugando pensando que es un niño», si, la historia tiene excelentes momentos de edición donde un personaje en particular, Jerry (igualito que el ratón escurridizo de las caricaturas), sabe esquivar a sus rivales, haciendo incluso referencia a las cintas de Sherlock Holmes que protagonizó Robert Downey Jr., aunque con menos elegancia y más rudeza en el uso del sonido de la cámara lenta, o cuando el guion nos muestra el ingenio de Jerry para enredar a sus amigos en diferentes trampas y ver como disfruta el ver que han fallado en su intento.
Sin embargo, el desarrollo de los personajes cae de pronto en clichés tan sonados, que uno termina empezando a sentir fastidio por ellos, en donde ves que quieres odiar a Jeremy Renner y su personaje de Jerry por mostrar el cliché del súper deportista fanfarrón, a Hamm por el de «cerebrito elegante», a Johnson por el de «inútil incorregible», a Burress como «el miedoso» y a Helms por seguir repitiendo exactamente el mismo papel que le dieron en ¿Qué Pasó Ayer? solo que con más dientes. Ya de ahí me divierte ver a Isla Fisher como la esposa que, lejos de apartarse del juego, se mete a este con tanta pasión que hasta no esperas todas las groserías que salen de su linda boquita.
Por si fuera poco, el guion casi mete a martillazos una situación romántica y un momento dramático, el cual simplemente queda fuera de lugar y que busca ser el mcguffin torcido de toda la película y es ahí donde uno realmente se cuestiona el por qué vio una película con un guion que se echa perder con el puro final. Es cierto, es posible que esto dá pie a otra gran escena de «la traes» con una edición muy divertida, pero el daño está hecho, la cinta termina perfilándose como lo peorcito que se le pudo ocurrir a un productor estrenar en el verano.
Tampoco puedes esperar mucho de los actores en esta cinta cuando la historia no puede ofrecer tanto, cada uno de ellos se coloca bien en sus personajes, y al final terminas odiando lo patético que es cada uno de ellos y su eterna obsesión por ganar en el Tag, si, hay dos o tres momentos en los que de pronto Helms o Renner se salen del personaje, pero no llega muy lejos para volver a caer en lo mismo. La química entre los actores no es mala, pero si patética, quizá hasta podríamos ver alguna nominación a los Razzies como Peor Grupo en pantalla por ello.
Es difícil apreciar el trabajo de producción de una cinta que así amerita que uno ya quiera salir de la sala, una fotografía decente y nada más, aunque en la banda sonora intenten conquistarte con música de Ozzy Osbourne o de los Beastie Boys, nada que realmente hayamos escuchado antes que nos mantenga sentados.
Es triste ver que la cartelera se llene de secuelas y secuelas, y cuando por fin sale una historia que pretende contar algo original, termina siendo más mediocre que cualquier secuela que este en cartelera, es como si la cinta original pretendiera jugar a pensar que tendrá secuelas pero las secuelas terminan siendo más originales que la cinta original.
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