Aquellos que no están tan metidos en los estudios científicos saben realmente poco de Stephen Hawking, uno de los físicos más importantes de los últimos años. El científico de origen británico ha estado constantemente investigando los posibles orígenes del universo y ha escrito varios libros al respecto. Podría sonar sencilla su labor cuando además Hawking padece una terrible enfermedad llamada esclerosis lateral amiotrófica, padecimiento que debilitó sus terminales nerviosas al grado de que no puede moverse por su cuenta y de que no puede hablar tras una traqueotomía que le corto las cuerdas vocales y que solamente se puede comunicar a través de un dispositivo conectado a su silla de ruedas.

Hawking, pese a ello, no dejó de trabajar y llevó sus conocimientos a un público mas extendido con La Brevísima Historia del Universo. Dicha apertura lo ha consolidado como una de las personas más reconocidas en el ámbito de la ciencia, apareciendo incluso en la televisión (y hasta la voz de su dispositivo se escucha en el álbum más reciente de Pink Floyd) Y a sus 72 años ha superado toda expectativa que la vida y la ciencia había apostado en él. Sin duda su vida merecía ser contada en una película, y La Teoría del Todo tiene esa dura responsabilidad.

La cinta, dirigida por James Marsh (ganador del Óscar a Mejor Documental por Man on Wire) y protagonizada por Eddie Redmayne (Mi Semana con Marilyn), Felicity Jones (El Sorprendente Hombre Araña), Emily Watson (La Ladrona de Libros) y Charlie Cox (Stardust) está basada en las memorias de Jane HawkingTravelling to Infinity: My life with Stephen, permitiéndonos ver la vida de Hawking al lado de Jane, una joven estudiante británica que conoce a Stephen cuando está estudiando un doctorado en Física en la Universidad de Cambridge. Pronto el amor florece, pero poco saben los dos que Stephen esta comenzando a sufrir los síntomas de la esclerosis y que sus vidas serán profundamente afectadas por ello. Pero Jane lo ama y decide seguirlo hasta el final… pero, ¿realmente habrá un final?

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Basada en hechos reales, sin duda Eddie Redmayne nos da un retrato físico casi exacto de Stephen Hawking (a la izquierda)

Desde este punto vemos la evolución de Stephen Hawking, quien pronto encontrará en el tiempo el tema de estudio, y el tiempo es el factor que se convierte no solo en su estudio sino en su mayor preocupación cuando la esclerosis hace acto de presencia y se siente presionado para avanzar en sus estudios. El tiempo juega un papel importante en la historia y el manejo del tiempo es usado de manera inteligente por el director que sabe mostrar los avances en la investigación de Hawking de una manera sencilla (como explicándolo de manera cursi a Jane o en medio de una conversación en una taberna) y mezclarlos con la vida familiar de Hawking que es el tema principal en la cinta, entre los problemas que implica vivir con los síntomas de la esclerosis (Stephen), ayudar a sobrellevar sus afecciones (Jane) y relacionarse con ambas personas (el caso de Jonathan y Elaine, dos personas que ayudarán a la familia Hawkins a salir adelante, pero no sin un costo en la vida emocional de ambos).

La historia se cuenta de manera sencilla y si bien hay momentos en que se toma sus pausas, vemos una trama que jamás pierde congruencia y que ofrece momentos que nos garantizarán algunas risas y otros que nos dejarán conmovidos, adornados de excelentes actuaciones, encabezado por un sorprendente Eddie Redmayne que nos ayuda a conocer a Hawking en los días anteriores a su afección, y cómo, poco a poco, lo vemos hacer una interpretación que termina mostrando, sin ninguna problema, una representación digna del científico. Su papel exigió bastante expresión corporal y lo realiza de manera magnífica, sobretodo en la segunda mitad de la cinta, donde salvo por dos o tres detalles podríamos jurar que el mismo Hawking estaba en la cinta.

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Hawking necesitará más ayuda que la que le da su esposa, pero, ¿a qué costo emocional?

Otra gran actuación es la de Felicity Jones como Jane, en donde vemos la evolución de su personaje, desde la inocencia juguetona que manifiesta al conocer a Hawking, la entereza para llevar su vida a cabo con él y las posteriores etapas donde Jones sabe expresar con toda frialdad lo necesario para mostrar todo el desgaste físico y emocional que debió haber pasado la esposa de Hawking en la vida real, sin caer en la sobreactuación. El resto del cuerpo actoral sabe cubrir bien sus responsabilidades, destacando la actuación de Charlie Cox como Jonathan, y la de David Thewlis como Dennis Sciama, el mentor de Hawking. No por nada merece el cuerpo actoral, sin discusión alguna, la nominación a Mejor Reparto del Gremio de Actores (SAG).

La cinta tiene otros detalles notorios, entre ellos la fotografía que sabe retratar bien los momentos emocionales de la cinta y esos momentos de epifanía que Hawking de pronto tiene durante algunos momentos. La banda sonora de Johann Johansson sabe manejar bien el ambiente musical en cada escena.

Está claro que hay dos grandes favoritas al Óscar del lado norteamericano, Boyhood: Recuerdos de Una Vida y Birdman, pero el lado británico tiene a un fuerte candidato en La Teoría del Todo que podría terminar dando la gran sorpresa a la hora de las premiaciones. Pronto tendremos esta cinta a nivel nacional y por nada del mundo deben perderse esta emocionante biopic.

Calificación: 9