Hablar de Yves Saint Laurent es hablar de uno de los más grandes diseñadores de modas del siglo XX. Junto con Christian Dior, a quien se le ha considerado desde siempre su principal inspirador, acapararon el mundo de las pasarelas de Europa y los Estados Unidos. Es poco lo que se puede revelar de este genio en una biopic, género que normalmente se queda muy corto al mostrar la vida de aquellos que -ya sea por fortuna o desventura- son objeto de una de estas obras. Sin embargo, Yves Saint Laurent parecía mostrar por medio de su tráiler una mirada cercana, muy poco manipulada o interpretada, y más bien sí, una extensiva investigación documental.

Esta película nos muestra la trayectoria de Yves (Pierre Niney), muy cercana a la visión de su inseparable amigo y pareja sentimental, Pierre Bergé (Guillaume Gallienne). Desde su unión a la firma Dior, pasando por el trauma que tuvo que sufrir durante el servicio militar (debido a sus preferencias sexuales), seguido del despido injustificado por parte de la firma Dior, y su triunfo en una batalla legal que le proveyó de los recursos necesarios para establecer su propia casa de alta costura, YSL. Podemos ser testigos de sus principales triunfos, pero también de su declive, propiciado por el alcoholismo y la adicción a las drogas, muy propia de los círculos con los que se relacionaba. Veremos la separación del que habría sido hasta entonces su gran amor, quien en todo momento se encarga de ser la voz del narrador, hasta que Yves no está más.

Creo hay dos formas de leer esta película. La primera, esperando ver algo muy bien documentado, y la segunda, como un espectador que espera ver algo interesante. Yo la he visto sin conocer mucho de este personaje, y es que el mundo de la moda no se encuentra precisamente dentro de mi esfera de investigación. No ha sido posible contrastarlo con algún documental o un estudio más profundo, y por lo tanto, no puedo dictaminar si lo presentado en pantalla es preciso.

Sin embargo, por las pocas páginas que he podido leer sobre la vida de Yves Saint Laurent, al finalizar la película me quedé con la agradable sensación de haber visto algo bien hecho. Vemos a un par de personajes centrales, Yves y Pierre, que se muestran claramente bien contrastados; se conocen sus caracteres, muy bien diferenciados desde el principio: Yves, mucho más emocional y atado a la creatividad, y Pierre, más racional y enfocado a los negocios. De alguna forma, lograron captar al menos la esencia de ambos. La reconstrucción de los escenarios, incluyendo las pasarelas y los ambientes de época, se ven muy bien realizados. Da la sensación de ubicarse precisamente en el contexto del París de los años 60, incluso cuando vamos más allá, al loco mundo de los 70, el vestuario nos ubica en esa época psicodélica. Desde ese punto de vista, la película está bien realizada y es todo un banquete visual.

La actuación se encuentra dentro de lo esperado, y hasta es plausible lo bien lograda que se ve la relación de esta pareja. Así que, por lo menos en mi opinión, bien vale la pena darle una oportunidad a Yves Saint Laurent. Posiblemente no sea la biopic más atractiva que se haya hecho hasta el momento, ya que los diseñadores de modas tendrán poco impacto en el público mexicano, pero… sólo para cambiar de aires, para probar algo nuevo, vale la pena verla en cine. A lo mejor, como yo, después de verla te encontrarás investigando un poco más sobre su vida.