La década de los sesenta fue testigo de uno de los momentos que revolucionaron por completo la cultura popular del mundo, una banda formada por cuatro muchachos de Liverpool tomaba por sorpresa a los mercados del Reino Unido y los Estados Unidos con sus canciones, su imagen y su carisma. La banda The Beatles, sin duda alguna, se convirtió en ese gran momento que cambiaría la música para siempre.
Tras su desintegración, mucho se ha querido saber de los secretos de la banda conformada por John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr, de ahí que han salido documentales tanto para el cine (Imagine, 1988), como para la televisión (The Beatles Anthology, 1995 y All Things Must Pass, 2013) que nos han permitido conocer a The Beatles con más detalle antes, durante y, en el caso de John y George, después de su paso por el Cuarteto de Liverpool.
Eight Days A Week, es un documental de Ron Howard (El Código Da Vinci) que relata los años en que The Beatles se convirtió en el espectáculo más grande sobre la Tierra, donde podemos observar tanto testimonios de los cuatro miembros de la banda (entre una entrevista a John Lennon en la década de los setenta y otra a George Harrison a finales de los noventa, asi como testimonios actuales de Paul McCartney y Ringo Starr) como de los elementos técnicos más cercanos a ellos como fueron Brian Epstein, Mal Evans y George Martin.
Pero no solo tenemos la oportunidad de ver la historia de ese lado del escenario, también tenemos entrevistas a otras personalidades, algunas que acompañaron a The Beatles en su segundo tour por Estados Unidos como el locutor de radio Larry Kane, el cantante británico Elvis Costello, el compositor Howard Godall y las actrices Sigourney Weaver y Whoppi Goldberg, dándonos también la impresión que tuvieron aquellas personas que no solo atestiguaron el fenómeno de la Beatlemania, sino también de aquellas mujeres que estuvieron en esa multitud que se tornaba histérica y gritona en sus conciertos.
Y, como es de suponerse, vemos reflejado en esta cinta el progreso de la banda, desde los conciertos que daba en Inglaterra con el lanzamiento del álbum Please, Please Me hasta la salida del album Sgt. Pepper´s Lonely Hearts Club Band, pasando por los extenuantes tours que la banda tuvo y las presiones que conllevan, de hecho, algo que agrada de la forma en que se guía este documental es esa forma en que Howard acomoda las cosas para hacernos notar el declive que la banda comenzó a tener en cuanto a la calidad musical conforme los tours se tornaban más pesados y complicados para ver como soltaron la presión al abandonar los conciertos tras la tempestuosa gira de 1966 y darnos uno de los mejores álbumes de la historia.
En cuanto a la cantidad de información que van a encontrar en este documental, si bien, no es tan detallado como lo que tuvimos en la serie Anthology, Howard enfoca bien sus energías en satisfacer todas nuestras dudas respecto a los años que estuvo la banda en giras, en poner videos de los conciertos a diestra y siniestra y disfrutar cada una de las canciones que fueron éxito en su momento, así, tenemos un desfile musical que toma los éxitos más conocidos de la banda, la mayoría de ellos interpretados en vivo.
Por si fuera poco, este documental contiene una de las mejores escenas post-créditos que jamás haya uno concebido, de hecho, viene anunciado justo en la primera escena de la película. Es la versión remasterizada del concierto de The Beatles en el Shea Stadium de Nueva York en 1965, cuando la banda hizo uno de los conciertos con más audiencia en su momento y que, pese a los problemas técnicos que tuvo en su momento, se resaltan la mejora en la restauración del sonido que nos permite disfrutar el concierto, quizá aún mejor de cómo lo disfrutaron los fans de la banda en ese histórico día de agosto. Definitivamente es lo más cercano que se puede tener a disfrutar un concierto de la banda en vivo.
Quizá el punto débil de este documental radica en el hecho de ver algo que a los fans de la banda británica se les había contado antes, si, la sombra de la serie Anthology hace que el documental pudiera ser un tanto innecesario verlo. Pero está claro que, para las nuevas audiencias, especialmente para la generación millenial, el documental les ayudará a entender la influencia que tuvo The Beatles en la creación de un espectáculo que literalmente alocó a las adolescentes de la época y que serviría de influencia para la creación, años después, de las «boy bands» que, a decir verdad, solo heredaron algunos elementos del gran espectáculo que fue The Beatles en su momento.
El trabajo con el sonido es impecable y podemos notar ese contraste en el sonido generado por la banda contra los gritos de la audiencia y la banda sonora no podía ser mejor, si eres fan de The Beatles tendrás todo lo que necesitas escuchar de ellos (claro, algunas canciones abreviadas para poder avanzar en la historia) y no requiere que se agregue algo adicional a este documental. Además, debemos de considerar la forma en que hace las transiciones de imágenes la producción buscando asegurar esa narrativa ágil con la que mantiene al público atento a la trama y algunos efectos visuales para darle vida a las fotografías como el humo del cigarro de alguno de los miembros de la banda moviéndose en alguna de sus fotos.
Esta película es indispensable para los fans de The Beatles, hayan visto o no la serie Anthology, tengan o no todos los videos de sus giras y conciertos o incluso hayan dominado el juego Rock Band: The Beatles de principio a fin. Para los que no son tan fanáticos, es una gran experiencia disfrutar una historia bien contada sobre la banda y disfrutar, de pilón, uno de sus mejores conciertos. Estará muy poco en la cadena Cinépolis, pero no dudo que saldrá pronto en Blu-ray.
Y como comenté al final de la función, este documental va que vuela para ser nominado al Óscar, si no fuera así, no entiendo qué historia podría ser más interesante que contar este año.
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