La gente siempre ha pensado en las conspiraciones y el control gubernamental. La idea de que alguien más controla tu entorno o tu vida misma, resulta atractiva para gran parte de la población. Ya sea por excusarse en un argumento, es más fácil deslindarse de las consecuencias de tus propias decisiones. Por otra parte, el control del Estado sobre sus ciudadanos recae en temas más políticos y sociales. La libertad de expresión y libre albedrío son derechos que rayan en la delgada línea del libertinaje.

Regresando a temas menos profundos, te presentamos la reseña de Beholder, juego desarrollado por Warm Lamp Games y publicado por Alawar Entertainment, ambas compañías rusas. Su propuesta es algo por demás polémica pero interesante que tocan estos puntos que mencionamos al inicio.

Tal vez polémica suene exagerado para algunos, pero pocas veces un juego me había puesto en dilemas morales tan grandes, cuestionándome mi propia formación como ser humano. Beholder es un juego del género point and click donde tomas el rol de un casero (amo de llaves) de un conjunto de departamentos. Como todo trabajador de tal puesto debes asegurarte que los apartamentos estén en buenas condiciones, reparar aparatos, vigilar el lugar y mantener la seguridad. Estos últimos dos puntos son importantes por lo siguiente: te encuentras en un futuro donde el estado controla cada aspecto de la vida de sus ciudadanos, creando leyes cada vez más estrictas. En Beholder, la privacidad está muerta.

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Tendrás que hacerla de detective para reunir todas las pistas posibles para encerrar a alguien

Comenzarás el juego instalándote en tu nuevo hogar y recibiendo las instrucciones de tu nuevo jefe. Tu familia te acompaña y comenzarán a conocer el lugar. En este pequeño tutorial aprenderás a ver el detalle de las misiones, abrir el inventario, recolectar objetos e instalar cámaras de seguridad. Una vez que termina esta pequeña introducción, obtendrás tu primera misión. Investigar el departamento número 2.

Por medio del mouse le indicarás al personaje en qué punto localizarse, con el click derecho podrás mover la cámara al igual que con las flechas del teclado, y con el scroll podrás acercar o alejar la vista del complejo habitacional. El juego cuenta con un reloj indicando la hora del día, y los inquilinos para los cuales trabajas se comportan dependiendo de la hora del día. Si son las 7 de la mañana se encontrarán desayunando y preparándose para ir a sus trabajos, reuniones, escuelas, etc. En la noche regresarán los que se encuentren trabajando. Dicha mecánica te permite indagar en sus habitaciones, ya que, si las personas se encuentran dentro, se enfadarán y te correrán de su departamento. Como vigilante del lugar, tienes acceso a todos los departamentos disponibles, sin embargo, para saber si el lugar esta solo o con gente podrás o espiar por la cerradura, o tocar la puerta.

El Estado por su parte, espera tus reportes para poner a la gente tras las rejas si es que se encuentran haciendo algo «ilícito«. Te facilitarán las razones para encerrar a alguien ya que conforme transcurren los días se impondrán nuevas leyes, incrementando así las razones por las que uno podría ser inculpado.

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Platicar con todos los inquilinos te ayuda a conocer más de sus vidas

De esta manera, tus misiones consistirán en espiar a las personas para observar si viven conforme a la ley. El juego es dinámico ya que las habitaciones por si solas no te dan visión alguna de su interior, como ya se explicó, tendrás que espiar, o internarte cuando la gente esté fuera de los departamentos. Si lo deseas puedes colocar cámaras de vigilancia lo que te dará visión parcial de una zona dentro de los departamentos.

Beholder, al ser un juego del género point and click, te obliga a estar atento de los detalles. De igual forma, las pláticas que llegues a tener con los habitantes del lugar y con tu familia te darán pistas de donde investigar, además de que las misiones te dan pistas de qué hacer o qué buscar.

Lo verdaderamente interesante de Beholder son las situaciones en las que el juego te pone. ¿Hasta qué punto estarías cumpliendo con tu trabajo y no estarías rompiendo la privacidad de los lugareños?, ¿qué moral tendrías al delatar ciertos actos?, ¿y sí cumplir con tu deber implica delatar a las personas que amas?

El juego es peculiar en varios aspectos, pero es hasta después de las primeras 3 misiones es donde comienzas a conocer el trasfondo de sus mecánicas y de lo que los desarrolladores querían hacerte sentir. Denunciar a un drogadicto es fácil, o querer encerrar a alguien que amenaza a tu familia, pero como todo Estado fallido, conforme pasa el tiempo verás leyes y más leyes absurdas que te complicarán tu criterio sobre qué, y qué no informar. Al final del juego no notarás en que momento cruzaste el límite entre cumplir con tu deber, y cuidar tus propios intereses.

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El tamaño del complejo habitacional es lo suficientemente grande para mantenerte entretenido con lo que sucede ahí.

En el apartado gráfico, tenemos un estilo neo-noir, que recuerda a juegos como Limbo, y que a decir verdad le viene de maravilla. La música y la ambientación es tensa, y aunque cumple con el punto de ponernos incómodos, tengo que aceptar que un poco de variedad le vendría bien.

Cada una de tus decisiones afectarán tu siguiente misión, por lo que la rejugabilidad del juego es buena al tener varios caminos a seguir, aunque no te tomará más de 7 horas terminarlo. Es agradable ver que bifurcaciones se van creando, pero dudo que el sistema de juego pueda entretenerte más de 1 vez.

Beholder es un gran experimento social, te sorprenderías al ver tus propios actos al igual que si pones a jugar a tu hermano, o tus propios padres y ves las decisiones que van tomando. Pone muchos temas éticos y de moral sobre la mesa, lo que lo hace una propuesta fresca e innovadora.

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