Will Smith regresa a la pantalla grande con una historia de Glenn Ficarra y John Requa, mismos guionistas que dirigen Focus: Maestros de la Estafa, en la que interpreta a Nicky, un estafador profesional, al lado de otras personalidades como Margot Robbie, Adrian Martinez, Rodrigo Santoro y Gerald McRaney.

La cinta gira alrededor de una organización criminal, tan underground como glamorosa, y tan desconocida para Jess (Margot Robbie), como natural, para Nicky. Ambos, aunque dedicados a la misma tarea, viven en mundos completamente opuestos. Una es una aficionada que apenas puede disimular y no digamos ocultar su rastro, mientras que el otro es un verdadero fantasma. Y sin embargo, decide compartir sus conocimientos, no sin antes hacerla pasar por la prueba de fuego. Después de todo, ejercen un oficio con grandes peligros.

Dentro de este mismo filme vemos a Adrian Martinez, un actor de reparto con una amplia carrera en el mundo del cine, y que hace el papel de Farhad, uno de los amigos de Nicky, también dedicado a la misma labor. Sin verdaderos antagonistas, en esta historia perfilan algunos personajes que podrían convertirse en un problema para Nicky, como Liyuan (BD Wong) y Garriga (Rodrigo Santoro), así como Owens (Gerald McRaney), guardaespaldas del último. Finalmente, un estafador necesita a alguien a quien estafar ¿cierto?

Debo decir, sin embargo, que aunque la historia perfilaba para ser bastante plana, no lo es. No se trata del clásico libreto de policías y ladrones, del bueno contra el malo, sino de algo más complejo y que intenta atestiguar, con éxito, el mundo criminal en el que se mueven estos personajes. No estoy diciendo que sea un vivo retrato de lo que ocurriría en la realidad, sino que lo vemos como «un algo» factible, algo que podría ocurrir sin ningún problema, y que sepan ustedes si alguna vez ha pasado. Las dinámicas propuestas, la forma de actuar, la frialdad de los personajes, se sienten hasta cierto punto naturales, y cabe mencionar que me hicieron pasar un muy buen rato. La cinta es divertida y en ningún momento se torna confusa. Los cabos sueltos se atan perfectamente al final, y nos dejan con un grato sabor de boca.

Sin embargo, la personalidad seria de Nicky hace que Will Smith desluzca por completo, y en cambio, la belleza y buena actuación de Margot Robbie se roba la cámara, sólo para cederla en ciertas escenas a Farhad, el personaje cómico de la cinta. Adrian Martinez hace un trabajo formidable en este aspecto, regalándonos sendas carcajadas cuando intercambia comentarios con la co-protagonista. Aunque el final de la película está algo cantado, debido a las varias minas que planta el guionista durante la formación criminal de Jess, nos sorprende la forma y con qué personajes ocurre.

Concluyendo, es por ello que la cinta se salva de la mediocridad en la que han caído tantas y tantas películas del género, y vale la pena verla en compañía de la pareja o los amigos. Si hubiera que darle una calificación, le daría un 8. Por supuesto, no creo que vaya a obtener premio alguno, pero es una buena opción para los cinéfilos.