Hace poco más de cuatro años, un quince de abril, se dió un suceso infame en la historia de los Estados Unidos. Dos hermanos de origen ruso y de religión islámica, Dzhokhar  y Tamerlan Tsarnaev, pusieron bombas que explotaron durante la Maratón de Boston, causando 3 muertos y 284 heridos, varios de ellos con sus piernas amputadas.

Con esta premisa y con la dramática búsqueda de los dos hombres que causaron el atentado, tenemos la cinta Día del Atentado bajo la dirección de Peter Berg (Hancock) y con un elenco encabezado por Mark Wahlberg, John Goodman, Michelle Monaghan, Kevin Bacon y J.K. Simmons.

Wahlberg interpreta a Tommy Saunders, un oficial de la policía que es testigo principal de los eventos principales antes, durante y después del atentado de Boston, quien toma parte importante en la investigación que hace en conjunto la Policía de Boston y el FBI para encontrar a los autores del atentado y llevarlos a la justicia. En paralelo vemos el relato de diferentes personas alrededor del evento, como algunas víctimas del atentado, a un testigo clave en la investigación o al guardia del Instituto Tecnológico de Massachussets que enfrentó a los dos terroristas.

Mark Wahlberg interpreta a un personaje ficticio que funciona como el hilo conductor en esta cinta.

Con un relato muy detallado, Peter Berg intenta explorar todos los aspectos de sus personajes: la pareja que se detiene a ver a los corredores acercarse a la meta, al padre que lleva a su hijo al evento, al par de hermanos que deciden perpetrar el atentado, al policía que de pronto emprenderá un camino que lo llevará a ver lo que es el infierno en la Tierra y regresar con esperanzas de poder encontrar a los terroristas.

La forma en que Berg intenta contarnos la historia es precisamente el hecho de retratar sin temor al repudio de la censura de las consecuencias directas del atentado, donde combina las tomas reales del atentado (los vídeos de la televisión, los registros de las cámaras de las calles y algunas tomas de teléfono celular) con imágenes creadas para la cinta donde la dramatización puede llevarnos a observar todos los pormenores del evento, desde la sensación positiva de ver gente corriendo en uno de los eventos más retadores del atletismo hasta el horror del atentado, entre sangre, desesperación y algunas piernas destrozadas.

Esto, para pasar a una segunda parte digna de un episodio largo de una serie de programa de policías, donde, con todo y etiquetas, indicando hora y lugar del evento, podemos observar los principales hechos que ocurren entre el atentado y la captura de los terroristas y cómo algunos de los personajes secundarios van siendo intercambiados, conforme su importancia termina para dar más peso a otros personajes clave.

Kevin Bacon interpreta al agente de la FBI a cargo de la investigación.

Claro, al ser una cinta basada en hechos reales y con un final que ya todos vimos en las noticias, solo debemos preocuparnos en la ejecución de la trama, que de pronto intenta imprimir esperanza en los personajes que continúan en la investigación y darnos a todos la sensación de satisfacción cuando todo queda resuelto.

Aunque ahí también tenemos esa sensación de propaganda que la cinta intenta colocarnos, de hacernos sentirnos realmente mal por las víctimas, de no sentir mucha compasión por los dos terroristas y, claro, de saber que, pese a la fuerza del atentado, de la infamia provocada, Boston no cedió ante el miedo y el horror de dichos eventos.

Hay momentos que la ejecución de las escenas de acción de esta cinta tienden a ser un poco más violentas de lo que pudieron ser en la vida real incluyendo la cuestión de ver la resistencia de algunos personajes que son heridos o muertos durante dichos enfrentamientos. Fuera de algunos de esos detalles, el relato de la trama parece contar perfectamente todo lo ocurrido en esos días aciagos en Boston.

J.K. Simmons sorprende con un papel pequeño pero lleno de acción.

Las actuaciones son un tanto convencionales con un Mark Wahlberg que, distante de algo que le pudiera dar el Oscar, no tiene tantas complicaciones al hacer a uno de los personajes ficticios de la trama (quizá basado en uno de los policías clave en la investigación) y esto le permite interpretar a un policía rebelde y que no parece ser muy respetuoso, pero que es firme en su intención de llegar hasta al fondo de la investigación, a sabiendas del impacto del evento, es un buen vehículo conductor de la trama, pero hay momentos en que el sentimentalismo que irradia, estropea un poco el relato.

También resalta mucho la frialdad con la que Kevin Bacon interpreta al encargado del FBI, quien se mantiene firme en la ejecución de su personaje soportando la presión de todos los que estuvieron alrededor de él, como el Comisionado Ed Davis (John Goodman, luciendo más delgado de lo habitual), el Alcalde Thomas Meninno (Vincent Curatola) o el Gobernador Deval Patrick (Michael Beach). 

Una actuación breve pero impresionante es la que da J.K. Simmons como el oficial Pugliese de Watertown, quien tuvo la osadía de arriesgar su vida enfrentando a los hermanos Tsanaerv.

El estudiante Dun Meng al lado del actor que lo interpretó (con el jersey de Basket), Meng hace un pequeño cameo en la cinta.

Resalta ver en papeles pequeños a Michele Monaghan, interpretando a la esposa de Wahlberg en la cinta o incluso a una irreconocible Melissa Benoist interpretando a la esposa de uno de los terroristas sosteniendo una escena bastante firme con la veterana Khandi Alexander, casi al final de la película.

Si bien el trabajo fotográfico es bueno, sin tirar a ser algo notorio, lo que debe resaltar más es el trabajo de edición donde vemos como logran mezclar bien las escenas filmadas para la cinta con las evidencias en vídeo que dejaron los eventos de este atentado, y, gracias a la magia del cine, darnos cuenta que estamos de pronto en el evento real y no en la cinta tal cual.

También debemos subrayar la banda sonora tan envolvente que Trent Reznor y Atticus Ross (La Red Social) desarrollaron para esta película, y logra no solo meter esos tonos de misterio o de drama que requieren las escenas, de algún modo logra también dar una sensación de manipulación en aquellos momentos donde si andamos pidiendo el pañuelito para llorar de tristeza o alegría.

Originalmente estrenada para contender por los Premios Oscar, Día del Atentado carece de los elementos que pudieron haberle permitido ponerse al nivel de una cinta como Hasta el Último Hombre para contender por dichos premios. Y realmente su opción de ponerlo en estos días en México parece más una razón para distraer al cinéfilo promedio del estreno fuerte de la semana pasada y prepararlo para el estreno fuerte del próximo viernes, que de adoctrinarlo a sentir orgullo por el heroísmo del país vecino.

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