Si te gustan los videojuegos, sabes que el E3 es como la navidad para nosotros los gamers. Es esa época del año donde las compañías más grandes e importantes de esta industria se juntan para revelar en lo que están trabajando y aquello que podremos disfrutar en un futuro.

Antes de escribir en ResetMX pensaba que sería imposible asistir a ese evento pues es “exclusivo” para desarrolladores, publishers, distribuidores, socios de negocios y prensa especializada. Pero conforme pasaba el tiempo, me di cuenta que era un objetivo factible. Después de todo, ResetMX ya había tenido asistencias previas al evento. Por fortuna este año pude realizar ese sueño, y es mucho muy diferente cómo se vive desde el otro lado de la pantalla.

Cuando planeaba mi viaje, decidí llegar antes para poder recoger la acreditación de prensa y no tener que hacer una fila en los días del evento, además necesitaba hacer un recorrido de reconocimiento, tomar tiempo del hotel al centro de convenciones, conocer la ruta, etc. Y había un objetivo bonus, que era tratar de entrar a la conferencia de Bethesda.

Día 1 – Domingo 14 de Junio

Mi vuelo llegó sin problemas a Los Angeles, a medio día, no tuve problemas para sacar el permiso  migratorio, recogí mi maleta y me dirigí a tomar el shuttle que había reservado semanas antes (no es nada sofisticado, es una furgoneta o van compartida, y no se va del aeropuerto hasta que se llene con gente que vaya al mismo rumbo). Después de esperar cerca de 20 minutos, por fin partimos hacia el centro de Los Angeles, y me di cuenta que la mayoría de la gente también asistía al E3. Fue fácil reconocer a los gamers, pues todos portábamos alguna playera alusiva a algún juego favorito.

A pesar de que mi hotel no estaba tan lejos del Centro de Convenciones, fui al último al que dejaron. Tampoco tuve problemas en el hotel, pues mi habitación estaba lista, así que rápidamente fui a aventar mis maletas  -literalmente-, no tardé mas de 5 minutos en sacar las cosas pesadas de la mochila, solo para traer cosas importantes -como los comprobantes de acreditación de prensa-, mi cámara de video y mis lentes de sol. Como mi compañero Travsam llegaría hasta la noche y aún no sabía lo que me deparaba para ese día, le dejé una llave en la recepción del hotel, por si acaso.

En ese momento me sentí tan bien de haber hecho mi tarea, pues ya sabía qué camión debía tomar y dónde bajarme, incluso sabía cuanto me iban a cobrar -$1.75 dólares y los choferes de allá, no dan cambio-, y por fin pude deshacerme de toda la morralla gringa que había guardado durante mis visitas a McAllen.

Como no quería pagar más de un viaje antes de comprar la tarjeta multi-pase para toda la semana, en esta ocasión me bajé como a 5 cuadras del Centro de Convenciones. Eran unas mega cuadras, pero a pesar del calor, venía a paso firme y con prisa, no sentía el cansancio. Cada paso que daba me acercaba más a mi sueño, solo veía como por fin llegaba a la Mecca de todo gamer.

El área para recoger la acreditación como medio era por la entrada Oeste, en un salón llamado Petree, así que me dirigí a esa entrada. Había un lobby y después de subir unas escaleras eléctricas, a mano derecha estaba el susodicho salón, con mis documentos en mano, en menos de 5 minutos ya tenía mi gafete que me daría acceso durante todo el evento.

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Uno de los objetivos estaba cumplido, solo me faltaba ir a una estación del metro a comprar el multi-pase para toda la semana y lo más difícil. Decidir si alcanzaba algo del evento del Nintendo en el Stapless Center o intentar correr a Bethesda, donde se suponía había gente formada desde las 11:00 AM. Ya eran casi las 4:00 PM, así que opté por la segunda opción. Después de todo, tenía que usar el metro para llegar al Dolby Theatre en Hollywood. Si no alcanzaba nada de Bethesda, aún me quedaba pasear por ahí y comprar alguna chuchería hollywoodense.

De nuevo, me sentí como Juan por mi casa, tomé la línea azul, ahí compre mi tarjeta que me permitía usar todos los camiones y metros de Los Angeles ilimitadamente por 7 días y una adicional para mi compañero de viaje, Travsam. Transbordé a la línea roja que lleva a Hollywood, solo que me confundí de estación y me bajé una antes. El iluso de mí intentaría caminar hasta la siguiente estación, lo bueno que Google Maps me mostró mi error, así que regresé a la estación para volver a tomar el metro. Desafortunadamente el siguiente tren tardó casi 30 minutos en pasar debido a unos servicios de mantenimiento que estaban haciendo. En ese momento sentí que mi error me costaría no poder entrar a la conferencia. Al menos estuve esperando sentado.

Por fin pasó el tren y tal cual, me bajé en la siguiente estación, su salida está justo al lado del Dolby Theatre, pero ni siquiera tuve que caminar eso, ahí mismo estaban las filas para entrar.

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Me acerqué y pregunté. La fila de la derecha era para la gente que estaba confirmada, la de la izquierda era para la gente que no tenía confirmación, y esperaba que hubiera oportunidad. Me les uní, para mi sorpresa no había más de 100 personas, pero podía ver que ellos llevaban bastante rato ahí, algunos con marcas del sol, otros con restos de pizza y botellas de agua. En la fila me acerqué a un letrero que decía que las personas que no alcanzaran a entrar, los llevarían a otro lugar para ver la conferencia en pantalla gigante y les darían un regalo especial. Ya tenía mi premio de consolación, eso me dio ánimos, pues solo veía que la fila de gente con invitación se movía muy rápido. Después de esperar tan solo 45 minutos, por fin abrieron la fila para nosotros, y en menos de 10 minutos estaba del otro lado. Nos pusieron un sello luego de solicitar una ID y nos entregaron un boleto. Justo en la entrada había una alfombra roja, como la de los Óscar, con una pared para tomarse la selfie con el fondo de #Bethesda, luego de hacerlo -todos lo hacían-, seguí caminando al arco de seguridad para entrar al teatro.

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Ahí nos revisaban que no trajéramos nada peligroso. Era curioso ver que todas las botellas de agua las iban dejando a un lado, pero lo más triste es que vi botellas de Nuka Cola hechas por los fans que no les permitieron meter.

Al entrar al teatro, nos recibía gente de Bethesda y del staff dándonos la bienvenida, invitándonos a ocupar nuestro asiento y a tomar palomitas de maíz, refrescos y agua de cortesía. Yo no les puse mucha atención al principio, pues por todo el piso había parafernalia de los juegos de esta compañía, como un Pip Boy del tamaño de una persona, o réplicas de tamaño natural de las armas del nuevo juego de Doom, figuras de BattleCry gigantes, etc. (todas ellas las veríamos después en su booth en el E3). Obviamente, más gente como yo hacia lo mismo, tomando fotos, pero al final nos pidieron que fuéramos a nuestros lugares. Mi lugar era el Mezzanine 2, así que había que subir dos niveles más. En cada nivel había más fuentes de soda y literalmente la gente de ahí te daba palomitas y refrescos mientras pasabas -lo cual agradecí bastante, pues no había probado alimento desde las 7:00 AM que desayuné en Monterrey-.

Por fin ocupé mi lugar, butacas muy pequeñas pero con una excelente vista. El teatro no es tan grande como se ve en televisión. Estoy seguro que desde cualquier lugar la vista es igual de perfecta. En el descansa brazos encontré una pulsera blanca de plástico con el hashtag #BE3. De nuevo, hice lo que todos, me la puse inmediatamente. Me sentí feliz de estar en mi primer conferencia. No les relataré los detalles de la misma, pues creo que todos ya la vimos, pero si les diré que era muy chido ver como las pulseras de todo el mundo brillaban coordinadamente durante toda la conferencia, creo que esperaban a más personas pues aún quedaron varias butacas vacías, personalmente esperaba mucho de Doom pues soy muy fan de la franquicia, y con el demo que presentaron me emocioné bastante esa noche. Me gustó mucho la forma en que hicieron los anuncios, y el demo de Fall Out 4 fue mucho más extenso y divertido de lo que mostraron en las otras conferencias. Era genial que todas mis emociones las veía también en los rostros de los demás asistentes. Definitivamente, un evento pensado no solo en los medios, sino en los jugadores.

Al finalizar todos desocupamos nuestros lugares muy contentos por lo que habíamos visto, pero creo que íbamos más emocionados al saber que nos darían regalitos. La cuestión es que te pedían la pulsera que brillaba a cambio de las figuras. Todos los que salimos del teatro esa noche, lo hacíamos con una sonrisa en el rostro. Habíamos sido testigos de la primer conferencia pre-E3 y fue de las mejores, pues arrancaron con todo, haciendo buenos anuncios y demostrando por qué merecían tener un espacio aparte.

Me dirigí de nuevo al metro, tomé la línea roja rumbo al centro, y saliendo esperé el camión que me llevaría a mi hotel. Mientras llegaba a mi destino, verifiqué mi teléfono, tenía mensajes de mi compañero Travsam, que ya había aterrizado. Andaba viendo lo de su transportación al hotel. Llegué antes que él, así que me apresuré a conseguir alimento. Justo al lado del hotel había un restaurante tipo BBQ, donde compré pollo asado y salchichas polacas. Cuando regresé, Travsam acababa de llegar, cenamos -la comida estaba deliciosa, un poco cara, pero deliciosa-, platicamos de cómo nos fue en el día y nos fuimos a dormir. Al día siguiente nos esperaban muchas conferencias y más aventuras. A pesar que no caminé mucho me sentía cansado. El cambio de horario también me estaba afectando.