Así como con su antecesor, Z: Steel Soldiers cuenta con el concepto de control territorial en lugar de la recolección de recursos de muchos otros RTS. Los territorios se muestran con bordes de color pastel. Al mover tus unidades a un nuevo territorio, deberás combatir con las enemigos y coger la bandera para obtener el control de la zona. Ganar un territorio aumentará tus ingresos, te proporcionará cualquier tipo de construcciones que ya se encuentran allí y ofrecerá nuevo espacio para erigir nuevos edificios. Cada territorio ofrece un multiplicador de ingreso diferente, por lo que algunos territorios serán estratégicamente más importantes debido a los créditos adicionales que producen. Por supuesto, el enemigo estará más que dispuesto a recuperar sus territorios.

Las escenas de dibujos animados son de un estilo deliberadamente anticuado. Explican que la Corporación MegaCom y el Imperio TransGlobal han firmado recientemente un acuerdo de paz y se ha establecido una zona desmilitarizada en Rigal, que en otra época fuera un foco de lucha. Resulta que Rigal es poco más que un vertedero de rechazados que se la pasan holgazaneando en catres y bebiendo six-packs de bebidas de alto octanage. Estos humanoides robóticos son enviados a la acción a pesar de la nueva política gubernamental, gracias a su entusiasta comandante Zed. En las 30 misiones para un solo jugador podrás completar diferentes objetivos que están relacionados con la evolución de la historia. El juego también incluye modos de escaramuza y multijugador con todas las funciones.

Aparte del control territorial, la mayor parte de la jugabilidad básica cae en la fórmula de estrategia en tiempo real de la vieja escuela: un centro de mando es su activo vital. Desde este centro, se generan robots de construcción que pueden crear nuevas estructuras, como fábricas y emplazamientos de armas, además de que te permitará sanar a las unidades de combate. Las fábricas producen sus unidades de combate, y estas fábricas cuentan con las opciones estándar, como puntos de reunión y colas de construcción. Tiempo atrás había mencionado que fue precisamente en este estilo de juego RTS en que que se basó el hoy muy popular MOBA.

Algunas de las unidades añaden interesantes posibilidades tácticas a la fórmula: el espía puede infectar computadoras enemigas con virus y el francotirador puede detectar y disparar desde rangos mucho más largos que la mayoría de las unidades. La estructura de «telepuerto» puede enviar unidades a cualquier lugar que pueda detectar el radar, o que al menos pueda ver una de tus unidades.

Aunque Z: Steel Soldiers no es particularmente complejo, un tutorial más avanzado habría sido útil para el jugador menos avezado. Se puede elegir entre tres niveles de dificultad, aunque incluso en el nivel fácil a veces te encontrarás contra la pared. La falta de una opción de velocidad del juego no mejora esta situación. Se puede poner en pausa al juego, pero no se puede dar órdenes durante la pausa. En conjunto, estas características de diseño a menudo se reducen a tener que hacer clic a la mayor brevedad posible para tratar de coordinar tus fuerzas, en lugar de emplear tácticas bien pensadas.

Lamentablemente, la campaña es tediosa independientemente del nivel en que la juegues. A menudo tendrás que conseguir una cierta unidad en una ubicación; sin embargo, no hay nombres seleccionados o resaltados con caracteres especiales, por lo que estas misiones pueden llegar a ser muy molestas. Tristemente la actuación de voz es bastante pobre, queriendo ser un tanto cómica en ocasiones sin llegar a causar hilaridad alguna.

Hasta ahora, mi crítica ha sido bastante balanceada. La calidad gráfica puede ser perdonada, ya que Z: Steel Soldiers, aun siendo una versión remasterizada, básicamente sigue siendo la misma de hace trece años (al menos a mí me ha dado esa sensación). La verdadera decepción entonces, como ahora, fue que cambiaron y eliminaron todo lo que logró el original, queriendo volverse más populares tomando en referencia a las características de otros RTS y despreciando aquello en lo que se volvieron excepcionales. Aún así, por su precio, es una buena opción para el jugador que pueda invertir tiempo en el gameplay. Incluye 18 logros de Steam, cromos coleccionables e insignias a desbloquear. Si hubiera que darle una calificación, le daría un siete.