101 Ways to Die es un juego puzle con un toque de humor negro por la temática que maneja: matar sujetos de prueba. Esta propuesta luce similar a títulos como Lemmings, pero en la práctica las personas de Four Lemon Door le imprimen su sello característico.

La simple historia es que eres un ayudante del profesor Spattunfuder, un científico que se encarga de la realización de armas para distintos fines y tu deber es probarlas y llenar un “recetario” de todas las muertes posibles. 101 Ways to Die se centra en una serie de escenarios de laboratorio, donde tu objetivo será el uso de tu imaginación para eliminar a los sujetos de prueba. El juego te alienta a que pienses más de una manera de matar a estas personas. Los individuos tendrán una ruta predefinida de dónde dirigirse, de la entrada a la salida.

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Se te presenta las diversas ideas de cómo eliminar a las personas, sin embargo, existe más de una forma de eliminarlos. Es más, en tu amplio catálogo de muertes posibles (por picos, explosión, caída de rocas, etc.) podrás obtener la cantidad de 101 muertes únicas para disfrutar.

Antes del inicio de cada partida, se te otorgarán distintas herramientas para sembrar el caos, en un inicio varias de estas son sencillas, como un trampolín o un piso resbaladizo, pero conforme progreses se te darán más aditamentos y las combinaciones pueden ser más complejas. Es ideal que ocupes tus herramientas para que interactúen con los peligros que ya están definidos en el escenario, así guiarás a los personajes a su muerte a través de los más de 50 niveles que ofrece el juego.

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Para lograr una victoria perfecta, tu deber es matar con estilo y ganar puntos con ello, no se te otorgará los mismos puntos si simplemente chocan con picos, a que actives al caminar un switch que active un arpón y mate al personaje más adelante. Entre mayor tu puntuación, se te otorgará estrellas, teniendo tres de ellas te ayudará a desbloquear nuevos niveles para seguir avanzando. El límete es solo tu creatividad.

Los desbloqueos de los niveles no son tan rígidos como en otros títulos, la cuota de estrellas es flexible y te da la cantidad idónea de experiencia para volver a jugar los niveles y aplicar mejores trampas y mejorar tu puntuación.

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El problema más fuerte de 101 Ways to Die es su primicia. El matar sujetos de prueba te logrará esbozar una sonrisa en los primeros niveles, pero conforme progreses perderás el goce y diversión de ver los asesinatos, además que el repetir escenarios continuamente hará que la travesía se vuelva monótona y aburrida. La curva de aprendizaje es lenta, pasarán muchos niveles para que pongas toda tu sapiencia en uso, y cuando llega ese momento, ya te estarás aburriendo de lo repetitivo del juego.

Si bien la física del juego no es mala, presenta ciertos errores: se traban algunos botones, las cosas no salen como tú piensas o extrañamente los personajes se llegan a atorar en algunas herramientas que coloques.

La dificultad no es tan elevada, pero para los gamer casuales o los que no estén acostumbrados a los puzles, se les dificultará este título.

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La Reseña se basó en un código de Xbox One otorgada por las personas de Four Lemon Door.