Quentin Tarantino lleva ocho películas en su haber, desde Perros de Reserva hasta Django sin Cadenas. Tenemos grandes producciones donde hemos notado grandes actuaciones, excelentes historias y una hermosa forma de retratar la violencia y algunos temas polémicos como el racismo y la misoginia. La octava cinta de Tarantino, Los Ocho Mas Odiados, no se aleja por completo de esas ideas, y tenemos una película que compartirá muchos detalles con la afamada producción anterior de Tarantino, Django Sin Cadenas, al grado de que tendremos comparaciones inevitables entre ambas cintas, algo que suena como un gran desafío para Tarantino el intentar superar una cinta tan querida por todos.
Describir a los personajes de la película por completo sería revelar demasiados detalles de la trama, así que resumiremos la historia de esta forma: dos cazarrecompensas que se encuentran en el camino a Red Rock, Wyoming, el Mayor Marquis Warren (Samuel L. Jackson) y John Ruth «El Verdugo» (Kurt Russell), que llevará a una prisionera llamará Daisy Domergue (Jennifer Jason Leigh) a su ejecución, así también se une un hombre llamado Chris Mannix (Walton Goggins) quien dice ser el sheriff de Red Rock. La tormenta los obliga a parar en un lugar llamado La Mercería de Daisy donde otros tipos esperan, Bob (Demián Bichir) un mexicano cuidando del lugar, Oswaldo Mobray (Tim Roth) quien se supone es el verdugo del pueblo y un vaquero llamado Joe Gage (Michael Madsen) asi como un General Confederado llamado Sandy Smithers (Bruce Dern). Todos están ahí por algo, ¿en qué momento comenzarán a develarse los secretos de cada personaje y el inevitable enfrentamiento sangriento dará lugar?
Tarantino trata de manejar la historia en seis episodios, al puro estilo de cintas como Tiempos Violentos y Kill Bill, incluso atrasando el reloj cuando lo necesita. Lo que nos lleva a una película que tiene una duración impresionante: su versión original dura 187 minutos, pero la versión que vimos fue la de 167 minutos. Tiempo que puede ser muy corto para alguien que realmente quiera disfrutar de una cinta de Tarantino, mientras puede ser bastante largo para quien no aprecia al director.
De hecho vemos una historia ambiciosa, llena de detalles para cada uno de esos Ocho Odiados, aunque Tarantino decide enfocarse más en tres o cuatro de ellos, los cuales tratan de dar sus mejores actuaciones. De ahí tenemos un Kurt Russell, quien domina el principio de la historia, y un Samuel L. Jackson quien va tomando protagonismo de manera progresiva hasta que domina el segmento final de la película. Pero ambos actores se ven opacados, sí, durante toda la película, por Jennifer Jason Leigh. Su personaje es dominante y podemos decir que tras ser un referente cómico en varios segmentos, termina convirtiéndose en el personaje que domina de la mitad en adelante. Es un personaje camaleónico que nos deja una sorpresa, que de hecho hasta logra darnos una escena que va de lo hermoso a… ese momento en que ya no le prestarán jamás una guitarra antigua a una producción de Tarantino (no es spóiler, fue una noticia que sonó recientemente).
Otro factor dominante es cuando escuchamos la música, y si Tarantino es un genio para empatar la música con sus producciones, algo que a Tarantino no le ha fallado y si tomamos en cuenta el detalle de que en esta ocasión, quiso evitar una demanda del legendario Ennio Morricone colocándolo como compositor de esta cinta, tenemos la mejor banda sonora del año, que evoca las viejas cintas de Spaghetti Western con las que se hizo famoso el compositor italiano y hay momentos incluso donde la música alimenta más a la tensión de las escenas.
De este modo tengo que afirmar, Ennio Morricone que nunca fue tomado en cuenta en las nominaciones al Óscar por clásicos como El Bueno, El Malo y El Feo o Cinema Paradiso, va a tener mas que merecido el Óscar y no por su trayectoria, sino por la primera banda sonora que compuso en 35 años.
El otro detalle técnico importante es la fotografía, donde Robert Richardson hace un trabajo estupendo, finísimo, que -evocando al viejo estilo de filmación con un formato de 70 milímetros que tristemente no luce mucho en las pantallas mexicanas- logra hacer una película que tiene un manejo de los colores y las sombras. Richardson logra pintar ese ambiente helado afuera de la Mercería y un ambiente cálido e intenso dentro de dicha cabaña. Solamente unas tomas mejores en un ambiente similar le ganarían a Richardson y, tristemente, están en El Renacido.
Sin embargo yo veo un problema con esta cinta: si bien Tarantino trata de evocar al estilo de historias que contaba Agatha Christie en sus novelas por momentos, también vemos una constante repetición de los temas que ha manejado en sus películas y es aquí donde las comparaciones entre Django y Los Ocho Mas Odiados aparecen. Tenemos el tema del racismo que ahora se extiende no solo entre blancos y negros sino también hacia los mexicanos; tenemos también esos momentos de violencia sangrienta, la cual como siempre Tarantino nos regala esa violencia que siempre remata hermosamente frente a la cámara.
Y ahí tenemos también momentos de construcción de personaje bastante tardados, incluso conversaciones que alargan demasiado la trama y con un segmento en la cinta que pudo ser un tanto más corto para el favor del público que va por la historia, ese giro que explica demasiado cuando ya casi todo estaba dicho. Estoy seguro que recortar este segmento hubiera sido valioso para mantener la atención en el filme.
No podemos decir con este argumento que es la peor cinta de Tarantino porque el adjetivo «peor» no existe en Tarantino, pero si está en un grupo de películas que yo consideraría «las menos buenas», aunque, de las ocho películas, la veo un tanto superior a Jackie Brown y a A Prueba de Muerte, cintas que comparten con Los Ocho Mas Odiados esa tendencia a usar elementos de las cintas de explotación que toman control del filme, sacrificando un poco la calidad del resto de los elementos.
Si son fans de Tarantino, es inevitable que la vean y tengan el tiempo de compararla con las otro cintas. Si no son tan fanáticos del trabajo de Tarantino, prepárense para una cinta bastante larga y que derrocha demasiados detalles, que no sabrán apreciar si no vemos a otras películas del director. Les recomiendo que se tomen su tiempo viendo Django sin Cadenas o Tiempos Violentos para que estén listos a lo que Tarantino nos mostrará en el filme. Se los garantizo, no se arrepentirán de las casi tres horas de duración.
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