Tras el éxito de cintas como Matrix y Constantine, la carrera de Keanu Reeves ha pasado por diferentes situaciones, entre cintas taquilleras como El Día en que la Tierra se Detuvo o bodrios como 47 Ronin (aunque ha sido más notorio debido a la gran cantidad de memes que se han creado a su alrededor). Sin duda, me es difícil ubicar una cinta que me haya agradado después de Constantine. Cuando nos enteramos de John Wick: Otro Día Para Matar y su trama, le ofrecimos el beneficio de la duda.

La trama nos cuenta como Wick, un ex-asesino a sueldo tiene solo dos cosas con las que recuerda a su difunta esposa: un hermoso auto deportivo y un perrito. Cuando su camino se topa con un mafioso que obtiene lo que quiere -y su perrito paga los platos rotos-, sabemos que ha llegado el momento de desatar a esa bestia que parecía que no iba a despertar de su largo sueño, para empezar un sangriento camino de venganza. Sí, la cinta se centra en la venganza de Wick por su perrito. Conforme vamos avanzando, se nos develan más detalles del pasado de Wick, de sus colegas -que no dudarían en buscar una recompensa- (Adrianne Palicki  y Willem Dafoe) incluso anteponiendo sus principios o su amistad para cumplir con el trabajo, y de una mafia rusa que tiene que seguir  un código de honor. Todo esto le permite a la trama moverse entre los diferentes clichés que se van presentando sin tener que preguntarnos por qué ocurre tal o cual acción.

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Como buena cinta de acción, veremos muchos clichés e incluso se agregarán detalles que uno no esperaría ver, como una petición «para cenar» (que cuando la vean, entenderán que esto no lo habían visto anteriormente) o el uso de monedas de oro. En cuanto a la acción, el haber sido clasificada para adultos le ha dado al director toda la libertad de mostrar una violencia desenfrenada donde la sangre está a la orden del día y las coreografías de peleas son impresionantes, tanto a mano limpia como con pistolas (Gun Fu, algo que inventaron las cintas de John Woo y que vimos a Christian Bale practicar en Equilibrium o a Chloe Grace Möretz en Kick Ass). En pocas palabras esta venganza no se sirve fría, sino bastante caliente y con mucha salsa roja.

Las actuaciones no son tan buenas, pero tanto Keanu Reeves como Willem Dafoe y Michael Nyqvist lucen bien en sus puestos. De Reeves podemos esperar lo obvio, pero en dos escenas logran sacarle una cara distinta a la inexpresiva que siempre suele usar en sus cintas. Dafoe cubre bien sus momentos y Nyqvist como el villano sabe bien manejar los clichés y termina siendo muy odioso. Lamentablemente, otros actores nos adeudan, como la sobreactuada Adrianne Palicki.

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La venganza no espera a que pongan los Santos Óleos…

Otra falla, es el tremendo spoiler que se da al inicio y nos permite saber hacia donde va toda la trama. Y aunque el director intenta arreglar el final, ya no puede hacer mucho por evitar que su desenlace se vea muy trillado.  Lástima, sobre todo por ese tono de oscuridad que imprimió en varias de las escenas y por un soundtrack que sabe aderezar los momentos violentos -tanto con prendidos beats en pista como seductores sonidos en un lounge con alberca-.

Quitando esos detalles, John Wick es una cinta de acción que cumple y supera la parte predecible de su historia, le da un tono serio y casi solemne a lo que sonaba absurdo desde el tráiler. El director Chad Stahelski logra darnos una cinta entretenida que en mi opinión en particular, sí vale la vuelta al cine.

Calificacion: 8