Skyshine’s BEDLAM es el primer videojuego que lanza la desarrolladora indie Skyshine Games, formada por tres veteranos de la industria, John Mueller (Darksiders), Jeff Johnson (NBA Showtime, NFL Blitz, Redcard Soccer) y Sam Gage (Darksiders). Se trata de un juego de estrategia por turno mezclado con el género rogue-like, basado en un universo post-apocalíptico, un tanto al estilo de Borderlands, pero con su propio leit motiv. En esta ocasión tuve la oportunidad de reseñarlo. ¿Qué me pareció? Sigue leyendo para que te enteres.

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El aspecto gráfico del juego tiene una fuerte influencia en los cómics.

Bedlam es un término anglosajón acuñado en el siglo XV, apócope de Bethlehem (Belén, la ciudad de Palestina). Solía utilizarse para designar a los hospitales psiquiátricos, ya que precisamente se había hecho famoso por el Hospital de Santa María de Belén. Bedlam, fue tomado como un sinónimo de manicomio, y poco después comenzó a utilizarse para definir escenarios demasiado caóticos como para entenderlos al primer vistazo. Y así es justamente el universo de Skyshine’s BEDLAM, ubicado en un planeta devastado por las guerras y los cambios climáticos, en donde unos cuantos valientes de Bysantine, la ciudad que se encuentra al norte, se proponen alcanzar la redención, abriéndose paso entre hordas de mutantes, forajidos, inteligencias artificiales hostiles, y demás monerías, hasta alcanzar la prometida Aztec City, justo al sur.

El juego cuenta con diversas secciones. La primera de ella, la administrativa, en donde hace aparición el mapa, que nos mostrará acciones y puntos por donde podremos avanzar. Cada que avancemos un punto dentro del mapa, se desbloquearán misiones secundarias, que nos pueden otorgar algunos recursos adicionales o convertirse en una pérdida de tiempo y recursos.

El icono de la fortaleza móvil -Boneshaker- en que nos trasladamos, nos permite modificar algunas características, para mejorar el consumo de combustible, el correcto racionamiento de alimentos, hasta la óptima utilización de celdas de energía. Los tres recursos antes mencionados, son elementales para nuestro tránsito hacia Aztec City, y los gastaremos paulatinamente mientras avanzamos en medio del desierto. Además contamos con armas tácticas en el Dozer, y el listado de nuestros elementos tácticos, de los cuales hablaremos enseguida.

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Al ganar una partida, obtenemos un montón de recursos para nuestro viaje. Y no, esos 220 pasajeros adicionales no son una buena noticia.

La segunda parte del juego está constituido por áreas combate. Para enfrentarlas, contamos con los elementos antes mencionados: Deadeyes (francotiradores), Frontliners (melee), Gunslingers (pistoleros) y Trenchers (escopetas). Cada uno de ellos tiene stats distintos: los francotiradores tienen poca salud, pero puede asestar tiros mortales a una buena distancia; los personajes de melee tienen mucha salud, pero pegan poco; los pistoleros pueden atacar a una distancia media e incluso pueden contraatacar; y los personajes con escopetas suelen usarse para dar el tiro de gracia. Cada uno avanza un número distinto de espacios en el campo, así que tendremos que tomar en cuenta todos estos factores antes de enfrentar al enemigo para sufrir el menor número de pérdidas. Sin embargo, no debemos preocuparnos demasiado, pues ocasionalmente encontraremos a personajes especiales en el desierto que decidirán unírsenos. ¡Con suerte encontraremos a un verdadero toro que pueda contra todos los enemigos él solo!

En una batalla típica, cuentan también las armas tácticas de nuestro Dozer. Al principio, contaremos con unas cuantas bombas que -cabe aclarar- consumirán nuestras celdas de energía. Sin celdas, no seremos capaces de usar el armamento táctico, así que lo realmente divertido de Skyshine’s BEDLAM es el balance entre nuestras decisiones en la zona administrativa y las áreas de combate. Un mal balance, y perderemos el juego después de unos pocos turnos. En cambio, si encontramos la clave, no solo podremos terminar el juego, sino limpiar el mapa y desbloquear, con ello, lo que nos ofrece adicionalmente. Cuando uno de nuestros elementos ha matado a tres enemigos, se convierte en un veterano, y con ello adquiere una mejora significativa en las estadísticas. No solo cambia su apariencia, sino todo él. Es como si nos pusieran una pieza nueva y más poderosa en el tablero.

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A veces hay que huir para evitar la pérdida de elementos tácticos. Es parte de la estrategia.

En cuanto a la parte audiovisual, Skyshine’s BEDLAM es una verdadera delicia. Los tema musicales, algunos muy al estilo western y otros con un toque definitivamente ochentero, le dan un plus tanto en las zonas de combate como en la administrativa. El estilo cómic que manejaron en el diseño global, tanto en personajes, interfaz como en los escenarios, ha sido muy acertado. Veo en BEDLAM un proyecto uniforme, sin fallas y con una gran oportunidad, ahora que han regresado los temas post-apocalípticos, como en el caso de Mad Max. Sin embargo, como dije en un principio, esta entrega tiene su propia alma y vale en sí misma por su contenido y no por las influencias que le pudiéramos encontrar con el paso del tiempo.

Skyshine’s BEDLAM tiene, además, un buen apartado de rejugabilidad, ya que una vez que lo hemos completado con los humanos, podremos jugar con los mutantes, los marauders (merodeadores), los cyborgs y la rogue AI (inteligencia artificial hostil). Cada cual tiene su propia campaña, con su propio armamento táctico y gadgets, lo que lo hace aún más atractivo y ofrece al jugador más bang for the buck. Podremos jugarlos en los tres diversos niveles de dificultad que se ofrecen, aunque les aseguro que el nivel fácil no es precisamente regalado.

Concluyendo, Skyshine’s BEDLAM es un juego de estrategia por turnos en un escenario post-apocalíptico que ofrece al jugador una experiencia satisfactoria, aunque no del todo completa, ya que no cuenta con un set de opciones diversas, entre las que se echan de menos la resolución de la pantalla y el idioma; este último, lamentablemente está desactivado y que esperaría que pronto ofreciera la posibilidad de tenerlo en español. Sin duda, es un juego que vale la pena y que debe estar en librería de todo aquel que se llame amante del género. Le doy un ocho.

Bueno, chicos, de momento me despido y recuerden seguir mis contenidos a través de ResetMX, y síganme por medio de Twitter @elabuelokraken. Este fue El abuelo Kraken, ¡hasta la próxima!