Iceflake Studios nos trae el título de Race Arcade, un juego de carreras que apela a la nostalgia, a aquellos juegos con vista aérea donde los controlábamos sin exigirle demasiado a los juegos de aquel entonces.
El juego nos adentrará al mundo de los carros, desde una vista aérea, como cuando jugábamos a los Micro Machines, por lo que no existirán vehículos o escenarios detallados o realistas, simplemente un arte retro para cada una de las 100 pistas disponibles.
Los controles son como los utilizados en las viejas arcadias, usarás un gatillo para acelerar, otra para frenar y el stick para mover el vehículo, a diferencia de los juegos que inspiraron a Race Arcade, los vehículos si se moverán y sentirán diferentes, siendo unos más inestables y otros mucho más rápidos, tristemente el control de éstos en su mayoría es torpe y complicado.
Tendrás un escueto surtido de vehículos, teniendo dos a elegir y estos son expandibles a seis si los adquieres con monedas, las cuales las ganarás al finalizar en las primeras posiciones de los torneos, estos vehículos van de tractores hasta OVNI´s. Asimismo podrás personalizarlos con distintos colores, pero no existe más allá de eso, ni calcomanías o powerups o mejoras, solo colores.
El juego tiene un modo de campaña en donde te pondrá a disputar contra la CPU diversas carreras en cada torneo, iniciando con cinco carreras y así desbloquear nuevos torneos con muchas más pistas y una mayor dificultad de la AI. En cada torneo se te gratificará con monedas si quedas en las tres primeras posiciones, éstas se usarán simplemente para la compra de los pocos vehículos desbloqueados.
Asimismo, tiene otros modos de juego como partida rápida y carreras contra reloj, en donde competirás contigo mismo y aparecerá el clásico fantasma para que te enfoques a derrotarlo.
Si esperabas jugar este título con amigos, tendrás la fortuna de que es compatible con hasta seis jugadores simultáneos, un buen feature que pocos juegos lo han explotado en consolas, pero acarreando detalles de diseño como que tu pantalla se dividirá en 6 pantallas chicas, perdiendo mucho detalle de la cámara y haciendo un caos si no tiene un televisor grande. Si deseabas echarte una partida en línea, seguirás esperando ya que no hay multijugador en línea.
Una cosa es ser inspiración del ambiente retro, y otra es tener una banda sonora pésima, solo un par de todas en 8 bits, que terminan siendo más un tedio y no añade ni un valor de nostalgia por los 8 bits ni a darle algún tipo de emoción a la carrera. En los efectos de sonido cumplen con lo básico, aunque un detalle es que los volúmenes de audio están altos, por si eres multitasking de cambiar a una APP mientras juegas, o actives tu televisor, tendrás que estar ajustando el volumen varias veces.
Dentro de los puntos negativos esta su muy mal logrado sistema de diseño de niveles, habrán casos que los mapas muestren rocas las que podamos atravesar, otras en las que no, habrá vueltas que pareciera que puedes acortar la ruta al pasar por la tierra y evitar una vuelta prolongada, para cerciorarte que al hacer esto, en algunos casos, te invalidan esa vuelta, pero sin darte algún anuncio o notificación de que haces trampa o se te castigará, perdiendo totalmente esa partida… y hay casos donde hay excepción a la regla, por lo que dudarás siempre de si tomar o no una ruta más corta.
La dificultad de la AI está muy desbalanceada, principalmente cuando controla vehículos avanzados como la motocicleta, en donde correrá sin ton ni son, sin verse afectado por los controles.
Otro detalle es el mal uso de la cámara, ya que hay cierto zoom predefinido en las partidas, por lo que no es posible visualizar todo el escenario, provocando en partes y mapas en específico que no veas que vuelta sigue hasta que ya estas recorriéndola, es mejor dejar pasar a la CPU para que te guíes y sepas por dónde ir.
Race Arcade falla en no cimentarnos en una atmósfera de carreras, no sientes acción, adrenalina, y tampoco cumple en emular o hacerte sentir de la vieja escuela, se queda debiendo mucho por todos los flancos que hace esta una experiencia vacía.
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