Dentro de la gran cantidad de títulos que están llegando al Xbox One, se encuentra Beatbuddy: Tale of the Guardian, un título enfocado para los amantes de la música y cómo esta se mezcla con tu gameplay. Originalmente desarrollado para PC, llega a la consola de Microsoft. Veamos si cada beat lo acerca al éxito o es un juego más que se pierde en el basto catálogo de juegos.

La historia inicia cuando controlas a Beat, un guardián del mundo de Symphonia, que debe vencer a un ser malévolo que desea controlar el mundo rítmico. Así de sencilla es la trama, sin contar con diálogos profundos, ya que son los mínimos y no hay per se una evolución del personaje.

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El juego luce exquisito, dibujado a mano y con colores muy vivos, nos recordarán a los presentados en títulos como Rayman Legends. Esta lluvia de colores se ve opacada por el fuerte del juego, el gameplay y su música.

Al controlar a Beat en este título puzzle de aventuras, tendremos que movernos en estos mundos acuáticos, llenos de peligros, nuestro personaje podrá nadar, nadar con cierto impulso y cargar objetos distintos para activar ciertas compuertas. Los puzzles son muy sencillos en donde deberás que rebotar en ciertos trampolines acuáticos, activar objetos o pasar en un momento específico para no sufrir daño, puzzles sencillos que no representan un reto mayor y caerán en lo repetitivo.

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Una parte medular de Beatbuddy: Tale of the Guardian son las canciones, cada nivel posee una canción distinta, sumando un escueto repertorio de seis canciones, que fueron elegidas de grandes artistas no muy conocidos. Tuve un éxtasis al oír que la primera canción pertenece a un artista que no falta en mi repertorio musical: Parov Stelar, un músico que combina el swing con la música electrónica. Las demás melodías pasan por lo electrónica, un swing con chiptunes, Jazz y techno.

Dependiendo del nivel en el que te encuentres, será la melodía que se reproduzca, y los enemigos y situaciones reaccionarán al ritmo de la canción, un ejemplo es pasar unas burbujas, que cambiarán de simples burbujas a dañinas, deberás cruzarlas con un impulso en el momento idóneo, que es en el beat de la canción. Al eliminar enemigos o rebotar, añadirá pequeños toques a la canción para amenizarla más, por ejemplo, hay unos cangrejos que harán la función de tambores en la canción, atacándolos harán que la canción pierda ese instrumento por unos segundos, para retomar después el ritmo. Cuando sufres daño, la música se irá perdiendo de nivel hasta que recuperes vida.

Un dato cultural es que varios artistas incluyeron al personaje “Beat” en sus videos, lo cual demuestra el compromiso entre artistas y el desarrollador.

No esperes un título largo, ya que si eres habilidoso, podrás terminar el título en tres horas, por lo que durará muy poco el furor que te podría generar el título. Para los amantes de los objetos coleccionables, en el escenario encontrarás diminutos cristales que te ayudan a completar el 100% de un nivel y te ayudará a obtener logros. Además, con estos cristales podrás desbloquear contenido extra que se basa principalmente en la visualización del proceso de crear este título.

Otro punto negativo es que el personaje o los mundos no varían en su jugabilidad, sólo aumentándole levemente la dificultad, ya por los niveles finales estarás bien acostumbrado al juego que no tendrás mayor problema.

Beatbuddy: Tale of the Guardian es un gran título con una gran soundtrack, que se acopla muy bien en tu juego, pero en sustancia, diversión y longitud se queda bastante corto. Recomendable a gente casual que quieran un título que puedan acabar en una sentada, y que sean amantes de música fuera de lo convencional.

Calificación: 7

La reseña se basó en un código de Xbox One otorgada por las personas de Reverb.