Qué duda cabe al afirmar que Warhammer 40,000 es una de las franquicias más importantes en juegos de estrategia y táctica de guerra. Creo que en ello todos podemos estar de acuerdo. Ha sido, sin duda, extremadamente exitosa y cuenta con una fan-base bastante respetable y fiel. Sin embargo, en esta ocasión, nos entregan por medio de Steam Early Access un juego diferente, y a mí, El abuelo Kraken, me toca hablar un poco acerca de lo que ofrece y de lo que se puede esperar en el futuro no muy lejano, cuando el juego esté completo.
El nombre de esta entrega es Warhammer 40,000: Regicide, y creo que se entenderá perfectamente la razón del nombre en cuanto iniciemos una partida a través de cualquiera de sus modos de juego, ya sea multiplayer, skirmish o campaña. Se trata de una mezcla entre uno de los juegos de mesa más antiguos que existen, el ajedrez, y la táctica de guerra por turnos. Hay que aplaudir el concepto que engloba este nuevo desarrollo, ya que son muchos los tableros tematizados en películas y videojuegos, pero pocos los que integran una nueva variable a la forma de jugarlo.
En nuestro turno podremos hacer un movimiento de una pieza -ya sean marines tácticos (peones), marines de asalto (caballos), marines devastadores (alfiles), exterminadores (torres), bibliotecario (reina) o capitán (rey), siempre cumpliendo con las reglas clásicas del ajedrez- y una serie de acciones de ataque o defensa en algunas de nuestras piezas -cuatro acciones o menos por turno, dependiendo del total de piezas que queden en el tablero-. Los objetivos dependerán del estilo de juego. Por ejemplo, en la partida multiplayer y el modo skirmish, jugamos el tablero completo con todas sus piezas en las posiciones tradicionales y sin ningún tipo de obstáculo, mientras que en la campaña, las misiones definen las piezas y sus posiciones en el tablero, que puede tener algunos obstáculos y objetivos especiales, tanto primarios como secundarios.
El modo más interesante, a la larga, es el multiplayer, ya que una vez que concluyamos la campaña y sus objetivos, la mayor rejugabilidad se encuentra en compartir la experiencia con amigos y extraños. No solo nos topamos ante la gran cantidad de estrategias que podemos aplicar en un juego de ajedrez, sino además ante la posibilidad de que estas cambien en base a los ataques que recibamos de nuestro contrincante. Para ponerles un ejemplo, si adelantamos un peón dos filas, este podrá ser atacado a distancia por el frente enemigo, así que esto mina su escudo y su salud, al grado de que puede morir -desaparecer del tablero- sin que el enemigo haya arriesgado aún una sola pieza. Así que las condiciones mutan constantemente, por lo que debemos pensar en mayor número de movimientos factibles para poner en jaque al rey, y que el movimiento que hagamos no arriesgue a piezas fuertes ante los peones, que igualmente pueden hacer un gran daño. Además, con el tiempo ganaremos experiencia que nos servirá para adquirir nuevos poderes, como el escudo y la sanación.
En la versión que nos ocupa, contamos ya con el primer acto, constituido por diez divertidas misiones en contra de los orcos. Cada una de ellas tendrán sus objetivos específicos, y como lo señalé previamente, los elementos de cada tablero varían, por lo que la estrategia es diferente para cada una de ellas. Cada misión integra objetivos primarios y secundarios, y cada uno de ellos ofrece una recompensa específica en experiencia, para que vayamos mejorando nuestros gadgets en la armería.
Aunque el desarrollo del proyecto es bastante reciente, te puedo asegurar que vale la pena involucrarse, tanto si amas los juegos de ajedrez con spin-off como si eres fan de la franquicia. La apariencia del juego es muy buena, y los tableros son agradables. Los controles son sumamente amigables e intuitivos, y se nota que han estado trabajando con ganas para que pueda ejecutarse sin problemas en equipos modestos o PC gamer.
Bueno, chicos, de momento me despido y recuerden seguir mis contenidos a través de ResetMX, y síganme por medio de Twitter @elabuelokraken. Este fue El abuelo Kraken, ¡hasta la próxima!
