La década de los ochenta ha sido, sin duda, una de las mayores influencias en la cultura actual. Muchos de los que rondamos el rango de los 35 a 45 años, crecimos en ese periodo, rodeado de películas de bajo presupuesto, pero algunas de estas cintas hechas con muchas ganas, conteniendo bandas sonoras de sintetizador, canciones con letras motivantes, efectos prácticos y acción, mucha acción.

Ese periodo hizo que Chuck Norris se alzara casi como un dios para nosotros, que todos intentáramos aprender artes marciales con Jean Claude Van Damme o Steven Seagal o disfrutáramos tiroteos de alto calibraje con Stallone, Schwarzenneger, Willis o Gibson, en medio de colores chillones, explosiones espectaculares y guiones completamente ilógicos que aspiraban a los Razzies y a dejarnos con la boca abierta por semejantes locuras.

Basado en todo esto, un cineasta sueco decidió tomar el riesgo y con tan solo 630 mil dólares obtenidos a través de una campaña en Kickstarter, David Sanberg escribió, dirigió y protagonizó Kung Fury, una cinta de apenas 31 minutos que pueden ver en YouTube (y si no quieren salir de ResetMx den play en el vídeo y la verán ahora mismo). Y créanme, si crecieron en la década de los ochenta o viendo estas películas más adelante en su canal de televisión favorito, serán los 31 minutos mejor desperdiciados de su vida.

Kung Fury es un agente de policía que adquirió en un extraño evento la capacidad de pelear artes marciales como los mejores. Cuando Adolfo Hitler viaja en el tiempo para matar a Fury, este decide contraatacar y «hackear» el tiempo para matar a Hitler en su propia línea de tiempo.

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Hasta Hitler sabe Kung Fu…

Parece simple, y es simple, no esperen una historia profunda, menos cuando dura tan poco, pero una vez que le aprietas al boton de play, verás desfilar frente a tus ojos un desplante formidable de clichés de las cintas de acción de bajo presupuesto de la década de los ochenta (hasta cómo se reproducía una película en formato casero). Incluso algunos rayan en lo absurdo pero, déjenme decirles algo: nada de esto sobra.

Desde la primera escena de acción que vemos en la película hasta los créditos vemos tantas referencias a películas de la época e incluso anteriores a los ochenta que tendrán que ver la cinta para identificarlas todas. Desde la vestimenta de Kung Fury, que se relaciona a la cinta The Warriors, a la aparición de dinosaurios, hackers, vikingas, nazis y hasta el escenario, la ciudad de Miami, que es tan referida en cintas como Invasión a los Estados Unidos, la serie Miami Vice o el videojuego Grand Theft Auto: Vice City.

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Este hacker sabe usar bien una Power Glove, todo argumento es inválido.

Son treinta minutos de una cinta que al ojo del cinéfilo exigente que no vivió la época de los ochenta, no pasará de una producción mal hecha, con malas actuaciones, un guión ilógico y todo el deseo de ganar un razzie. Pero quien entiende bien toda la parafernalia de ese periodo, tenemos una cinta que vale la pena explorar una y otra vez para identificar todos los detalles que se cuelan a la cinta.

Sandberg demuestra en su filmación la capacidad que tiene de aprovechar el poco dinero que tuvo para la cinta, con la magia de los efectos visuales y la edición, logra hacer una cinta aceptable con locaciones limitadas, incluso con vestuarios limitados (con decir que solo tenía un uniforme de policía y tuvo que regrabar una escena varias veces para filmar a los extras con el mismo traje) y dejarnos con el ojo cuadrado.

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Y Thor… a éste no le hace falta ver más box.

No tiene grandes actores en la lista, aunque es divertido Jorma Taccone, el cómico de Saturday Night Live, como Hitler, y el cameo de David Hasselhoff en el filme que hace referencia a uno de sus personajes icónicos de esa década, y hasta canta el tema musical, el cual nos hace recordar el impacto que tuvo el actor en Europa. Sandberg logra hacer bien su personaje de policía rudo con voz aguardentosa, cara de pocos amigos y frases con doble sentido que generan risas, logrando emular bien las actuaciones que daban actores como Steven Seagal o Charles Bronson, sin caer en una mala actuación.

Kung Fury ya es una cinta de culto y lo mejor es que el público pago en Kickstarter por ver la producción completa y no tendrá que ir al cine, contratar un servicio de streaming o bajarla pirata. Está ahí para el goce de 10.5 millones de visitantes (que seguro una buena parte ya la vio mas de una vez) y aunque dura poco, nos deja en claro que Sandberg podría hacer algo aún mas formidable si le dejan la libertad creativa y económica para hacer otra cinta similar.