Yo antes de ti es una representante más del esfuerzo de Hollywood para llevar historias de calidad a la pantalla grande, al tomar en cuenta la obra de escritores recientemente exitosos, como es el caso de Jojo Moyes, a quien le contamos ya más de una docena de novelas de corte romántico.
Yo antes de ti fue producida por la Metro-Goldwyn-Mayer (MGM) y New Line Cinema, y dirigida por Thea Sharrock. Contó con la participación de Sue Baden-Powell (Elysium, Dr. Dolittle, Equilibrium, La caja) como productor ejecutivo, el arreglista Craig Armstrong (Love Actually, Moulin Rouge, El beso del dragón, Ray) y el cinematógrafo Remi Adefarisin (Match Point, Un niño grande, Elizabeth, Johnny English), por mencionar algunas personalidades del staff. Está basada en la novela homónima, Yo antes de ti, y el guión corrió por parte de la misma escritora.
No podemos dejar atrás a su reparto, que ha sido bien seleccionado entre actores veteranos y nuevos talentos, algunos ya conocidos por su participación en series de TV. Entre ellos contamos a Janet McTeer (Tideland, Tumbleweeds, Songcatcher, Maléfica), Charles Dance (El Código Enigma, Alien 3, El último gran héroe, Gosford Park, recientemente conocido por encarnar a Tywin Lannister en Juego de Tronos), así como los actores protagónicos, Sam Claflin (Piratas del Caribe. En mareas misteriosas, Blancanieves y la leyenda del cazador, Los juegos del hambre: Sinsajo – Parte 1) y Emilia Clarke (Terminator: Génesis, Dom Hemingway, mundialmente conocida por su papel en Juego de Tronos como Daenerys Targaryen, la madre de los dragones).
Esta historia nos pone en los zapatos de Louisa Clarke (Emilia Clarke), una chica con gustos completamente estrafalarios -más que nada, kitsch– que después de perder su empleo se encuentra desesperada, ya que apoya activamente a la economía de su familia. Tiempo atrás, Will Traynor (Sam Claflin) -hijo de una familia adinerada y especialista en negocios-, sufre un accidente al ser atropellado por una motocicleta, lo que lo deja parapléjico. En la oficina de empleos, a Louisa se le ofrece la oportunidad de cuidarlo, aunque en realidad no sabe mucho de estas cosas, necesita el dinero. Así es como debe soportar las groserías y los malos tratos, más que nada por necesidad, pero con la esperanza de llegar a ablandar su corazón. Pronto se dará cuenta que él ha decidido a optar por el suicidio asistido, y hará todo lo posible por inyectarle ganas de vivir a pesar de su condición.
Este tema en específico a mi me llega muy adentro, pues he de confesarles que mi abuelo materno fue parapléjico durante los últimos diez años de su vida (una bala perdida). Fue una época difícil para mis tíos y mi madre, quienes se empeñaron en mantenerlo sano. Muy adentro, aún siendo un niño, sabía que el no deseaba seguir así. Así que cuando falleció, por complicaciones propias de su condición, sentí más un alivio que un pesar. Para un hombre que ha trabajado toda su vida, permanecer postrado durante diez años debió ser un calvario.
Comprendo completamente a Will Traynor, quien ha decidido que no desea permanecer vivo por mucho más tiempo del indispensable para descartar una posible recuperación. Will es el personaje que disfrutaba intensamente de su vida tal cual era, con todas esas actividades físicas, con sus éxitos y su hermosa prometida. Cuán difícil debió ser enfrentarse a la completa inactividad, a sentirse un inútil, a sólo ser capaz de mover un par de dedos para conducir su silla de ruedas motorizada. Comprendo a la madre de Will, Camilla Traynor (Janet McTeer), que no puede aceptar que su hijo haya tomado la decisión de acabar con su vida porque siente que no es él mismo sin todo eso que había sido antes del accidente. Entiendo a Louisa Clarke, una chica dulce que cree firmemente que puede hacerle cambiar de opinión, no importando si eso significa dañar sus propias relaciones. Para ella, lo importante es salvar a Will.
Pero como el nombre de la obra lo dice, Yo antes de ti, no se intenta demostrar que Will carece de razón al haber tomado dicha decisión, si bien algunos de los personajes pueden tener juicios de valor al respecto. Más bien, nos pone en el lugar de Louisa, quien tiene que enfrentar el problema de tratar con una persona en esa condición y convertirse en alguien importante para él. Posiblemente habrán quienes consideren que es un egoísta, pero no se puede compartir ese estado y la sensación que debe provocar en quien lo padece. Eso es lo que hay que parar a meditar antes de juzgar tan negativamente a quien ejerce su derecho a dejar de existir, algo que no existe literalmente -existe el derecho a la propia vida, pero no a morir- pero que en derecho romano es plenamente aceptado. El derecho a la vida debe incluir el derecho a disponer de ella, o no es un derecho.
Podemos hablar de las actuaciones, por supuesto. Sam Claflin llena su papel decentemente, aunque me pareció muy poco pasional incluso en la condición de Will. Le hizo falta mayor entrega emocional. Caso contrario, Emilia Clarke excedió mis expectativas, aunque en algunas partes del filme la sentí ligeramente sobreactuada -tal vez por lo kitsch o por su poca experiencia en el mundo del cine-. Digo que excede las expectativas porque los actores de televisión, sobre todo los más jóvenes, suelen encasillarse a si mismos en aquel personaje que les ha reportado mayor éxito, y por fortuna este no ha sido el caso. Puedo asegurarles que no verán nada de Daenerys Targaryen en esta cinta. Aunque las apariciones de Janet McTeer y Charles Dance son bastante escasas, nos dejan ver su gran experiencia antes la cámara, robándosela en esos momentos y haciéndonos desear que hubieran tenido una mayor participación. En otros talentos, más efímeros en pantalla, podemos contar a los actores Brendan Coyle, Samantha Spiro, Jenna Coleman y Vanessa Kirby, quienes lo hacen bastante bien.
En cuanto a los aspectos técnicos, contamos con un buen arreglo musical que nos permite entrar en ambiente, apoyando por completo los aspectos escenográficos, en donde contamos con los talentos de Nick Dent (director de arte de El Código Enigma, La dama de hierro, Alejandro Magno, etc.), Sara Wan (decoradora de Una noche en el fin del mundo, Hooligans – Defiende a los tuyos, La otra reina, Mortdecai: el artista del engaño, etc.), y Jill Taylor (encargada de vestuario de La provocación, Todo o nada, Mi semana con Marilyn, etc.).
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