En 1983, bajo la etiqueta de National Lampoon, un serial de películas que buscaban satirizar la forma de vida de los estadounidenses de una manera cómica, surgió la película de Vacaciones, una cinta protagonizada por Chevy Chase y Beverly D’Angelo, la cual contaba las desventuras de una familia común de Estados Unidos cuando intentan viajar de Chicago a Los Ángeles para visitar un parque temático.
Esta cinta desató tres secuelas, las cuales contaron las desventuras de los Griswold en Europa, Las Vegas e incluso durante el periodo de las fiestas decembrinas, una cinta para la televisión e incluso un corto donde ahora los Griswold eran los anfitriones de unos desafortunados vacacionistas.
Bajo la premisa de refrescar la franquicia, vemos Vacaciones, la cual intenta darle continuidad a una nueva generación de Griswolds, los cuales están encabezados por Rusty, el hijo de Clark Griswold (Chevy Chase), quien ahora es interpretado por Ed Helms, que se hizo conocido gracias a la versión americana de The Office, y su esposa Debbie interpretada por Christina Applegate, conocida por sus actuaciones en las cintas de Ron Burgundy.
Vacaciones básicamente retoma los eventos de la cinta de 1983, donde Rusty, un piloto de avión de líneas económicas, decide llevar a su familia a Walley World, un parque temático que está en California, sin tomar en cuenta que tendrán una serie enorme de desventuras en el camino, que va desde seleccionar el peor coche que se hayan imaginado hasta situaciones que fueron compartidas de la cinta original, como la escena de la rubia en el Ferrari que casi copiaron y pegaron de la cinta original.
La cinta destaca por algo, un mal gusto que se siente desde el primer chiste que se ve en un montaje de fotografías desafortunadas de gente tomando vacaciones que empieza a justificar sin ninguna duda la clasificación que tiene, los chistes son subidos de tono, con el uso y abuso de malas palabras y de vez en cuando situaciones de excusado como vómitos o el uso de excremento. No se le escapa ningún detalle a la producción dirigida por los directores debutantes John Francis Daley y Jonathan Goldstein en hacer que dudemos de tomar nuestras palomitas por los momentos tan asquerosos que la cinta dispara por momentos.
Tampoco se le escapa insinuar situaciones sexuales con chistes de doble sentido o referencias directas, como el cameo de Chris Hemsworth presumiendo que «todo es grande en Texas» o la escena en la universidad donde Debbie estudia. En momentos debe sorprenderle al público si alguien metió a un niño pequeño a la sala de cine desorientado por el póster que luce desastrosamente familiar.
Aunque el guión está reciclado y es bastante vulgar, la química de los personajes es algo que logra rescatar la película, aunque Ed Helms se torna odioso en el papel del «padre desastrozo que cree que todo está bien», podemos afirmar que no falla en su labor de lograr química con Christina Applegate, que se defiende en su papel de «mujer harta de su marido inepto» y de los niños interpretados por Skyler Gisondo («no se por qué no me dejan en paz») y Steele Stebbins («mi hermano es un %&&$ y no dudo en demostrarlo»). Entre los cuatro saben sostener la cinta, aunque está claro que no se sostendrían para algo mas que una cinta, no me los imagino en una serie de televisión, quedan lejos de, por lo menos, alcanzar a la familia de Malcolm in the Middle.
Otro punto fuerte son los cameos que aparecen a lo largo de la cinta, si bien el más sensacionalista es el de Chris Hemsworth, es genial ver de nuevo a Chevy Chase y a Beverly D’Angelo otra vez como los Griswold originales, Chase es el que luce más y aprovecha para robarse su escena, también divierte ver la escena donde aparece Charlie Day y el breve cameo que tiene Norman Reedus (The Walking Dead) sin duda levantará algunos alaridos. También Michael Peña aparece en una escena un tanto hilarante, aunque no luce tanto como los otros tres personajes involucrados.
La banda sonora es otro punto que me gustó de la película, aunque puede darte una razón para odiar Kiss From a Rose de Seal, pues es una canción recurrente en la trama, al igual que Summer Breeze. Pero en sí, es una buena banda sonora para sacarla a la carretera, esperemos que tengan un mejor auto que los Griswold.
Si no sienten aversión a los chistes vulgares y quieren desconectar el cerebro para dar rienda suelta a la risa fácil para olvidarse un rato de la vida diaria, la película es una opción bastante aceptable. Pero no es una película para un gusto más exigente, es más, no puedo decir que sea palomera, pues la verdad, varios chistes me hicieron dudar en seguir comiendo.
Calificación: 5.5
Agradecemos a Warner Bros. México, especialmente a la gente de Guadalajara por su invitación a la Premier.
