No cabe duda que, tras varios éxitos en la comedia, el cine mexicano comercial ha encontrado el nicho perfecto de mercado, a ese grupo de gente que está entre los 25 y 40 años de edad que nos consideramos adultos, pero que, en ratos, no podemos negar que aún queremos hacer cosas que podíamos hacer cuando eran más jóvenes.
Y por la vorágine que implica ver varias películas con una temática similar (como Nosotros los Nobles, ¿Qué Culpa Tiene el Niño? o La Vida Inmoral de la Pareja Ideal), Treintona, Soltera y Fantástica es una cinta que se cuelga muy bien de ese nicho y apostar por meter incluso algo de feminismo a la trama.
Dirigida por Chava Cartas, con poco en cine, pero con mucho trabajo en varias series de Televisa, incluso Canal 5 participa entre los productores, la cinta cuenta con las actuaciones estelares de Barbara Mori, Jordi Mollá, Marimar Vega, Juan Pablo Medina, Angélica Aragón, Hector Bonilla y Natasha Dupeyrón entre otros actores.
Mori interpreta a Inés, una mujer de treinta y tantos años quien rompe su noviazgo de mucho tiempo y, en medio de la depresión consecuente, decide arriesgarse a aceptar su soltería, esto en medio de las presiones propias de la gente alrededor de ella, su familia, sus mejores amigos, su trabajo (que es el que saca más beneficio de esta situación), pero sobretodo de la propia Inés, quien se ve indecisa de qué hacer con esa libertad que obtuvo de pronto.
Hay un problema con la película, está claro que el guión, basado en la novela de Juana Inés Dehesa, tiene congruencia con lo que busca vender la película, pero, sin afán de meterme en líos de Venus y Marte, me atrevo a decir que agarraron a uno de los peores directores para ejecutarla.
Seamos razonables, todo intento de feminismo que tiene está película rebota como una pelota de frontón, cuando notamos que los intentos del personaje de Inés de vender una mujer feminista, libre y tolerable a la idea de no depender del hombre, no termina cuajando con las ideas que tienen otras mujeres (como el anagrama donde una chica plantea cambiar a la princesa del cuento de Inés por Anastasia Steele) y terminan esas referencias en puro chiste mal elaborado.
Posteriormente notamos que los diferentes escenarios que Inés va considerando en su búsqueda de aceptar su soltería, que nos muestra borracheras con la sobrina, amigos «friendzoneados» y hasta el uso de un aparato sexual, caen en mucha inconsistencia durante buena parte de la trama, como haciendo notar que el personaje es tan inmaduro e inconstante como la trama que quiere vendernos esta película.
Pero hay un trasfondo que la historia sabe manipular para sacarnos una que otra de cocodrilo, que son el impacto de las relaciones «libres» y la influencia de los padres, en este caso, las actuaciones, breves, pero muy consistentes de Hector Bonilla y Angélica Aragón (quien pasa de ser Maria Inés a la «Mamalena«), logran su cometido y sacarán algunas risas, pero también conmoverán cuando la situación lo amerita.
Si, ahi es en donde Chava Cartas saca la experiencia ganada en sus series de televisión y logra mantener amarrada a la audiencia para un final que redime un poco las inconsistencias que se dan después de la escena final y casi hasta poco después de la mitad de la película.
Aun así, Cartas no logra bien su cometido y nos deja un tanto insatisfechos en la forma de manejar su historia, como temiendo que alguien se ofenda si de pronto viéramos alguna pose «feminazi» o tuviera prisa por contar todo lo que la señorita Dehesa contó en su libro.
Barbara Mori luce bastante bien en la película, dándonos buenos momentos y sabe muy bien manejar a un personaje que se torna camaleónico, física y emocionalmente por momentos y logra buena química con muchos de los personajes de la cinta, especialmente con el «Sensei» interpretado por Juan Carlos Medina y con los personajes de sus papás (dicho sea de paso, Mori hizo sufrir mucho a Angélica Aragón en Mirada de Mujer hace casi veinte años). Logra sostener la cinta y no se le complica la comedia, aunque no puedo quitarme de la cabeza la inevitable comparación de su personaje de la telenovela de hace veinte años, aunque al final, sabe terminar bien la cinta.
Hay algunos personajes que lucen mucho como el de Óscar, interpretado por Jordi Mollá, personaje que da un giro tremendo a la historia de la cinta y, que, para muchos, seguramente también es la razón por qué la cinta vuelca horriblemente (ustedes dirán, es una cinta feminista y de pronto hay romance… ¿es congruente?) y el propio «Sensei«, el clásico personaje del amigo que busca ser el novio y termina siendo como el «padre adoptivo», queda bien su personaje, y duele admitir que si sabe pintar muy bien eso de la «friendzone«.
Otros quedan un tanto incoherentes, como Camila, la mejor amiga de Inés, o el caso de la sobrina antrera que tanto promovieron en las campañas de una cadena de cine para que salga en una sola escena (bastante divertida, por cierto).
La selección de las locaciones fue bastante buena, pues la mayor parte de las escenas fueron filmadas en Guadalajara y sus alrededores y es bonito ver en pantalla grande a la Fuente Minerva, al Puente Matute Remus, al Hotel Riu (donde de pronto te das cuenta que lo desperdiciaron para una de las mejores escenas de la película) y la Glorieta de los Niños Héroes (aunque no les perdonaré que hayan confundido El Centro Magno con Plaza Galerías).
La fotografía queda un tanto mal en esta ocasión donde se ve que al camarógrafo le costó su trabajo hacer bien las escenas cuando los personajes van caminando, incluso se ve que casi golpean a una actriz en una de esas tomas, pero no defrauda cuando tienen que mostrar buenas tomas de las carreteras del estado de Jalisco y las hermosas casas de campo usadas en la película.
También la banda sonora queda un tanto incidental, aunque estuvo genial la puntada de la canción de Flans en mariachi y un tanto cliché escuchar «A Quién le Importa» interpretada por Moderatto en los créditos finales.
En pocas palabras es una cinta que se supo vender bien por la constante promoción en televisión abierta, con una de las actrices más solicitadas en la pantalla chica y una historia que sabe llegar a los adultos, pero que batallará con los que gustan de películas de más calidad y con audiencias jóvenes que si verán difícil «agarrarle la onda» a esta cinta.
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