Sin duda tenemos con María Magdalena una cinta polémica que ha sido víctima colateral de otra seria polémica y, no es para menos, pues la cinta seria distribuida por The Weinstein Company este año, compañía que ya se disolvió tras el escándalo de Harvey Weinstein, lo que lleva a esta producción a que aún no tenga fecha de estreno en Estados Unidos y Canadá. 

No obstante, varios países, incluyendo a México, gracias a Focus Features/Universal Pictures, tuvieron el estreno de esta cinta justo en la Semana Santa de este año y bajo la premisa de ver una historia cristiana sumamente polémica tenemos en el asiento del director a Garth Davis (Lion) y como protagonistas a Rooney Mara, Joaquin Phoenix, Chiwetel Eifojor y Tahar Rahim entre otros actores. 

María, una joven de Magdala, parece estar destinada a vivir lo que otras jóvenes de su época: casarse y ser una esposa fiel. Esta mujer decide renegar de dicho rol en la sociedad y entonces es marginada por su propio pueblo, lo cual la orilla entonces a seguir el camino de un galileo llamado Jesús de Nazareth, de quien se volverá su mejor discípulo, pero también le llevará los celos del resto de ellos, pese a que será capaz de seguirlo hasta el final de su camino: la crucifixión. 

 

María Magdalena es uno de los personajes más oscuros de los Evangelios, algunos la sitúan como la prostituta a la que Jesús le extrajo siete demonios (los siete pecados capitales) y que, se convertiría en una de sus más fieles seguidoras. Producciones recientes en el cine la ponen por delante incluso de sus discípulos más mencionados en la Biblia y hasta se ha concebido la idea de que posiblemente esta mujer también haya sido su compañera (vean Jesucristo Superestrella o lean El Código Da Vinci). 

No es entonces raro que las cintas más recientes sobre Jesús, especialmente aquellas que no se aferran a lo que dice el Evangelio como Hijo de Dios, la versión fílmica de los episodios de la serie La Biblia, ponen a la Magdalena como la voz de los discípulos y la cinta de Garth Davis no es la excepción, donde vemos a una mujer que no solo encuentra paz en las palabras de Jesús sino que está dispuesta a hacer lo posible para que su Maestro sea escuchado por todas partes. 

Es una cinta que puede sonar herética para las personas que están aferradas a lo que les han enseñado en sus templos, pero también una oda al feminismo en una era donde exigir la igualdad entre mujeres y hombres podría llevar a la activista a ser apedreada. Si, podemos pensar que la forma de manejar la historia hubiera sido bastante arriesgada hace algunas décadas pero en la época del #MeToo es una historia que parece caer como anillo al dedo, qué lástima que el escándalo que desató a ese movimiento sea el mismo que impide su distribución en Estados Unidos. 

 

Aun así no es una cinta que ameritara mucho la vuelta al cine, el mensaje religioso sigue ahí presente y no se altera a pesar del cambio del escalafón de los discípulos, quienes, obviamente muestran sus frustraciones en medio de ese desplazamiento, especialmente con dos discípulos, Pedro, interpretado por Chiwetel Eifojor y Judas, interpretado por Tahar Rahim. Ambos muestran los distintos lados de la moneda en el aspecto de sentir ese desplazamiento, algo de lo que aprovecha el guion para sostener las razones por las que ambos traicionan a su Maestro más adelante (si leyeron los Evangelios eso no es un spoiler). 

También tenemos ahí una de las caracterizaciones más deprimentes y avejentadas que tenemos de Jesús en la actuación de Joaquin Phoenix, está claro que ahí el casting quiso aprovechar más su talento histriónico que su edad, lo cual hacer ver a Jesús en un tono casi amargado y cansado, el cual debe sostenerse emocionalmente en María para poder continuar su camino de predicación y redención. 

Claro, no podemos destacar la actuación de Rooney Mara quien no duda en dar una de sus mejores actuaciones en su carrera al colocar a una María Magdalena que pasa de ser rebelde a ser una mujer que pronto se enamora de lo que Jesús predica y que sabe manejar el abanico de caracteres que le pide su personaje. Es cierto, el guion no le exige tanto, pero sabe llevar en las espaldas la cinta y de ella se agradece que logre sobresalir esta película un poco. 

 

 

Fuera de los tonos de feminismo que la historia sostiene y de las posibles herejías que un aferrado a las escrituras puede encontrar, podemos asegurar que el guion no es la gran novedad y el ritmo es un tanto lento. Si, en ese aspecto la cinta si termina sosteniéndose como una opción para aquellos que buscaron algo relacionado con la religión en la Semana Santa, en lugar de las opciones de acción y superheroísmo que hubo en el momento. 

La fotografía y la producción lucen a la altura de una cinta que buscaba dar continuidad al éxito que Garth Davis tuvo con Lion (nominada a varios premios cuando fue liberada), pero está claro que Davis tocó un tema que no domina bien y, si sumamos el asunto de Weinstein, la cinta ahí queda, como un prometedor intento que no pudo llegar a ningún lado. 

 

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