La Semana Santa ha llegado y con ella las películas de corte religioso que seguramente llamarán la atención de aquellos que buscan en el cine un mensaje adicional al que encontrarán en los templos cristianos y católicos durante esta semana. Ya habíamos platicado la semana pasada de El Mesías, una cinta que cuenta un episodio de la infancia de Jesús, la figura central del cristianismo y, sin mayores preámbulos, platiquemos ahora de La Resurrección de Cristo, la segunda de cuatro cintas cristianas que tendremos en este periodo en los cines. Es dirigida por Kevin Reynolds (quien dirigió al Jesús mas conocido del cine, Jim Caviezel, en El Conde de Montecristo) y cuenta con las actuaciones de Joseph Fiennes (Elizabeth: La Reina Virgen), Tom Felton (Draco Malfoy de la saga Harry Potter), Peter Firth (Equus) y Cliff Curtis (While Rider).
La premisa de la cinta es sencilla, Fiennes interpreta a Clavius, un poderoso militar romano a quien le encargan la tarea de enterrar a Yeshua (Jesús, interpretado por Cliff Curtis) quien acaba de morir crucificado. Sin embargo, el cuerpo no aparece al tercer día y es tarea de Clavius investigar si realmente el cuerpo fue robado por los discípulos de Yeshua, sin saber realmente en qué creer -si consideramos que Clavius solo cree en el dios de la guerra y jamás tuvo la oportunidad de saber que predicaba Yeshua-.
El tema del misterio de la Resurrección de Cristo no es nuevo y de hecho este mismo tema es el que parte la historia de Clavius en dos, pero veo un fuerte problema. Si bien aquí si notamos un poco más de esmero en la producción, sobretodo en la escenografía, el vestuario y las caracterizaciones a comparación de El Mesías, noto un serio problema con la historia, pues le falta meterle un poco más de pasión, y me refiero a que la historia se va en una investigación que se torna hasta un tanto aburrida en medio de interrogatorios que le hace Clavius a diversos testigos y a la propia María Magdalena.
Y cuando ocurre un evento muy importante en la cinta, vemos la transformación de Clavius y darse cuenta de como han cambiado las cosas cuando dicho evento ocurre, como buena cinta cristiana donde vemos al clásico (perdón por el spoiler) «born again Christian» (Cristiano renacido). Ahí la cinta pierde un tanto el equilibrio y, peor aún, salvo dos o tres escenas importantes la cinta se torna un tanto sosa.
A eso hay que sumar a un insufrible Fiennes, que se ve que le falta el talento que su hermano Ralph tiene, y por eso no se ha despegado de este tipo de producciones, una actuación que apenas cumple y que supera un poco a lo hecho por los demás actores. Ya no se diga de un Tom Felton que sale en ratos y su única escena importante la sabe sacar bien, aunque en cierto modo no dejas de pensar en Draco.
Tengo que afirmar que la elección de Curtis como Yeshua, nos lo muestra realmente como un judío y no el clásico modelo ario que vemos en las pinturas e imágenes religiosas. Aunque solo aparece en varios momentos de la cinta, sabe hacer pesar su personaje, al igual que un Poncio Pilatos (Peter Firth) que mantiene ese nivel que debe mostrar el líder romano: inseguro e impreciso sobre los eventos que pasan alrededor de él, un personaje que no destacaría como villano sino como el infortunado líder que no sabe que hacer con el problema que trae enfrente.
Podemos decir que dos personajes destacan en el medio y el final del filme: Bartolomé (Joe Manjón) y Pedro (Stewart Scudamore).
Como decía el nivel de producción de la cinta es aceptable, buena fotografía, una banda sonora que sabe sostener a la película y un vestuario adecuado a los estándares de la época. Lo único que no me agradó tanto fueron los efectos visuales, especialmente al final de la cinta… si la ven, entenderán lo que digo.
Ya para concluir, los temas religiosos son recurrentes en las salas de cine y es bueno explorar esta temática, especialmente cuando no hay mucho en el cine (aunque este Jueves, Santo, dos superhéroes nos salvarán del aburrimiento, -sí, la coma es intencional-), aunque esta cinta realmente no aportará mucho y seguro la verán sin problemas en alguna maratón de películas religiosas (si la acomodan después de La Pasión de Cristo, funcionaría muy bien).
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