Regresa Ju-On, una vez más, ahora como relanzamiento de la franquicia. En La Maldición: El Inicio del Fin, que relata lo acontecido en la primera cinta con diferentes personajes, contamos con las actuaciones de Nozomi Sasaki, Misaki Saisho y Kai Kobayashi, entre muchos otros actores y actricez, y a diferencia de las anteriores, dirige Masayuki Ochiai. Su guión fue escrito en conjunto con Takashige Ichise, productor de las películas iniciales con las que saltó a la fama la historia original de Takashi Shimizu.
Como su nombre lo señala, la historia de La Maldición: El Inicio del Fin, gira en torno a una maldición que nace cuando ocurre un evento traumático en la vida de las personas y la ira está inmiscuida. Esto se nos cuenta a través de seis historias narradas anacrónicamente, todas relacionadas entre sí, y que parten de un lugar común: la casa donde ocurrieron los hechos. En esta película somos testigos tanto de las historias de las víctimas de la maldición como de aquellas que dieron origen a la misma, usando la misma fórmula que dio éxito a esta franquicia y que la convirtió en un verdadero clásico del cine de terror japonés.
Sin embargo, hay puntos que claramente trabajan en contra de esta entrega, en la que ya no participa el escritor que le dio vida. Las actuaciones, aunque son destacables, no llegan al nivel que vimos en Ju-On: The Curse; los efectos especiales, aunque han pasado prácticamente quince años desde entonces, desmerecen por completo; y lo peor de todo, nunca se logra crear el ambiente necesario para que la aparición de los fantasmas nos aterre de verdad. Al contrario, en la función de prensa todos nos reímos a carcajadas en las escenas que se supone deberían ser aterradoras.
Concluyendo, y desde mi opinión personal, si ya viste la primera película, no te recomiendo que veas La Maldición: El Inicio del Fin. A mi parecer, esta cinta fue creada con la misma dirección que podríamos esperar del cine de terror que hemos tenido en la generalidad de los casos durante este año, un cine donde se premia al susto facilón y no a la creación de los ambientes que nos mantengan en un estado de tensión, pues estamos construyendo mentalmente el estado adecuado para que las circunstancias que se nos presentan en pantalla, nos pongan al borde del infarto. Eso es lo peor que se podría esperar de una cinta de terror: que no cumpla con la premisa de aterrorizar, de causar miedo o, incluso, pánico en el espectador. No vale la pena verla, es pérdida de tiempo y no nutre a la franquicia.
Bueno, chicos, de momento me despido y recuerden seguir mis contenidos a través de ResetMX, y síganme por medio de Twitter @elabuelokraken. Este fue El abuelo Kraken, ¡hasta la próxima!