Esta temporada llega a los cines, a partir del 11 de diciembre, la película Krampus: El Terror de la Navidad, una producción de Legendary Pictures, dirigida por Michael Dougherty (Truco o trato, Superman Returns (El Regreso), X-Men 2), que escribe el guión junto con Todd Casey (Green Lantern: Caballeros esmeralda) y Zach Shields. Krampus: El Terror de la Navidad se basa en una tradición pagana de los países alpinos.

El Krampus es una criatura folclórica cuyo objetivo es espantar a los niños pequeños, sobre todo a los más traviesos y desobedientes. Según la costumbre, Papá Noel nunca viene sólo, y antes de que él llegue, justo el 5 de diciembre arriba el Krampus, arrastrando cadenas por las calles y haciendo tocar sus campanillas. Su aspecto es, como ya lo mencioné, el de un fauno con una larga lengua saliendo de su hocico y una mirada enferma y atemorizadora (su contraparte latina sería el Hombre del Saco). Aunque sus orígenes son antiquísimos, se sigue celebrando en Austria, en donde se tiene incluso un desfile anual, el Krampuslauf Graz, que constituye un atractivo turístico. Pero centrémonos. Tuvimos la oportunidad de ser invitados por Universal Studios, y esta es nuestra reseña al respecto.

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Cuando en vísperas de Navidad, Max (Emjay Anthony) tiene una pequeña disputa familiar, decide ignorarla y no unirse a las fiestas hundido en una fuerte desilusión. Esta afrenta en contra de la tradición navideña provoca la ira de un ente conocido como Krampus, una especie de bestia semejante a los faunos que hace el papel de contraparte de Santa Claus o Papá Noel. Su objetivo es castigar a quienes se atreven a ultrajar el espíritu navideño, y normalmente nunca llega a dar regalos, sino a castigar y a tomar aquello que lacera a la navidad. Esta figura monstruosa asalta la casa de Max, haciendo que los populares iconos adquieran vida propia, convirtiendo el hogar de la familia en una pesadilla. Sus protagonistas son Adam Scott (Black Mass. Estrictamente criminal, La vida secreta de Walter Mitty), Toni Collette (Héctor y el secreto de la felicidad, Mejor otro día), Allison Tolman (Fargo), David Koechner (Justified: La Ley de Raylan, Behind the Candelabra) y el joven actor, ya mencionado, que da vida a Max.

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Esta película, a decir verdad, me ha gustado. No es para nada pretenciosa y, hasta se podría decir que cae en el género horror comedy. Ustedes recordarán películas como Los Gremlins, de Joe Dante, o Critters, de Stephen Herek. De ese estilo es Krampus: El Terror de la Navidad. No me queda duda que si hubiera sido hecha en los años 80, ya sería un verdadero clásico por su entretenida mezcla de fantasía, horror y humor negro.

Desde la secuencia inicial, Dougherty crea un sátira de la navidad y las situaciones que pueden ocasionar los encuentros familiares. Se toma su tiempo para desarrollar bien a la mayoría de los personajes y, luego que el Krampus aparece en la historia, se mete de lleno en la comedia de terror y nos brinda un gran espectáculo hasta el desenlace. Dougherty se da el gusto de jugar con los cánones del género, dando como resultado momentos que ayudan a fortalecer los vínculos entre los personajes y el espectador.

En el cuerpo actoral sobresalen Adam Scott, Toni Collette y Conchata Ferrell (Two and a Half Man), en el rol de una tía muy especial, además de Emjay Anthony, que se perfila como un joven talento en el mundo del cine.

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Sin embargo, tiene algunos problemas que hacen que pierda bastante. El Krampus sale poco en pantalla, centrándose demasiado en sus ayudantes, cuando debería ser el antagonista principal -una especie de anti-héroe que logra su objetivo por medio del miedo-. Algunas personas podrán sentirla demasiado ligera, más encaminada al absurdo, ya que hacen falta escenas gore y mucha más sangre para darle mayor impacto visual. Empero, no desmerece en lo absoluto por los monstruos que cobran vida, la caracterización del Krampus y sus duendes, y ese relato de la abuela que vemos a través de la animación stop-motion. Vale la pena destacar el trabajo de Douglas Pipes, el compositor que ha transformado las canciones navideñas en terroríficas piezas que pondrán los pelos de punta a más de uno. Le doy un siete.