Un Holograma para el Rey es la adaptación fílmica del libro homónimo de Dave Eggers. La película es dirigida por Tom Tykwer, compositor, guionista y director de cine alemán que ha participado en producciones cómo Cloud Atlas, El Perfume, Corre Lola Corre, entre otras.
La película es protagonizada por Tom Hanks, quien se dice sacrificó su acostumbrado alto salario a cambio de una cinta personal, intimista, sencilla y entrañable. El dos veces ganador del Oscar interpreta a Alan Clay, un hombre de negocios en plena crisis de los 50 que un día es enviado a Arabia Saudita para convencer al rey de adquirir los servicios de un avanzado sistema de conferencias holográficas que fabrica su empresa.
Pero al llegar a Oriente, nada es como estaba planeado y Alan descubre un mundo tan ajeno como excitante. Él y su equipo de trabajo están instalados en medio del desierto y la estancia cada día se vuelve más insoportable, no logran concertar la cita con el rey para presentarle el proyecto, sin oficinas, ni acceso a una red de WiFi, todo aparentará ir en picada hacia el fracaso.
Además de que el señor Clay es un individuo invadido por los recuerdos de su ex-esposa e hija que, junto con la incertidumbre de la negociación, las excentricidades de su nuevo lugar de trabajo y un raro padecimiento, desatarán en él una cadena de acciones que le permitirán conocer nuevas personas y acumular experiencias para, sin preverlo, redescubrir su vida.
La trama mezcla episodios comunes de una comedia romántica, un melodrama familiar y otros aspectos de una sátira política. Todo esto acumulado en una historia simple que la hace disfrutable.
A Tom Hanks, lo vemos en lo que sabe hacer, nada extraordinario, en el papel de un vendedor cincuentón sin remedio y sin ángel. Pero atinadamente, tanto en la historia como para la película, encuentra al patiño perfecto, un cómico chofer adúltero y revolucionario llamado Yousef (interpretado por Alexander Black).
El creciente lujo de la nueva Arabia es un personaje que resalta en esta comedia, en la que nos representan las virtudes, vicios, secretos y misterios de una de las potencias mundiales más notorias de esta era. Un muy buen logro, puesto que se aleja de los dos habituales caminos clásicos de representaciones árabes, el bélico o el vanguardista adinerado. Vemos una historia diferente, desde una perspectiva muy gringa, pero con contrastes interesantes.
Para Tom Tyker esta es la película que sucede a Cloud Atlas y a su trabajo en Sense8. Da la impresión de que después de tan enmarañados argumentos en estas producciones, nos entrega una premisa sencilla, un desarrollo directo y una ligereza narrativa.
El gran problema de Un Holograma para el Rey es que, en su sencillez, pierde estructura. Reconocemos tres arcos narrativos, el primero es corto, la historia previa de Alan en Estados Unidos que se intenta explicar con flashbacks y un par de sueños bizarros no muy claros. Aunque no hay mucho de donde sostenernos, poco a poco descubrimos más del personaje sin problema. Vago y queriendo hacer a Tom Hanks un comediante que no entretiene. El segundo es la mejor parte de la película, el cual es la narrativa de este pobre hombre que le es imposible sacudirse el jet-lag del viaje, que no es capaz de ser el líder que su equipo necesita, no le da resultados a su jefe, está deprimido… en fin, es un reverendo bobo en la extensión de la palabra. Pero es donde entra al quite, el casi desconocido Alexander Black, Yousef el chofer, quien también se vuelve el guía de turismo para el personaje de Tom, y quien divierte completamente.
Pero la película se detiene aquí. Se sienten tan desconectados estos dos arcos con el desenlace del tercero que, haciendo analogía, pareciera, como si estuvieras viendo la tele mientras cenas muy a gusto, y encuentras una increíble comedia como BigBang Theory, pero en comerciales te paras por un refresco y regresas para encontrarte que tu pareja le ha cambiado a una lady-series al puro estilo de Grey´s Anatomy.
La diversión y el desarrollo de esta pareja de amigos a la fuerza, se detiene abruptamente sin conocer realmente su final. Para dar paso a una mala versión del churro romántico noventero de Hanks, Tienes un e-m@il versión Arabia Saudita, donde dos personajes sin realmente mucha química, Alan y la doctora Zahra (interpretado por Sarita Choudhury), son sumergidos a una historia romántica exprés con las clásicas tomas de escritura de “cartas” en un computador leídas en voz en off.
Si éste fue el intento de ambos Toms de traernos la versión masculina y laboral de Eat, Pray and Love… con las mismas interrogantes del sentido de la vida, reencontrar las ganas de vivir, y recuperar la emoción de cada día, se quedan sumamente cortos.
Con un final muy predecible y no tan conmovedor, incluso tristemente contado en el tráiler, pero aun así una película que presenta aspectos distintos y alternativas interesantes. Una buena comedia para adultos, no por el uso de lenguaje profano, sino por ser una comedia “más inteligente” y de personajes ya en su etapa de madurez. Un Holograma para el Rey, es una producción que vale la pena, quitándole su parte final.
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