Hace unos días leí algo que Shigeru Miyamoto comentó cuando se le preguntó por qué Nintendo no había prestado sus licencias para hacer más películas. La respuesta de Miyamoto fue un tanto contundente: los videojuegos son un medio interactivo de entretenimiento mientras las películas un medio pasivo de entretenimiento. Esto hace que la adaptación de un videojuego al cine sea muy difícil, que va desde cintas que más o menos hicieron la tarea como Mortal Kombat o Silent Hill, pasando por el abuso del director o los productores de «tomarse licencias» como Resident Evil hasta el fiasco de Super Mario Bros. En todo caso, es mas fácil reseñar a Hitman: Agente 47 como la adaptación de un videojuego que como la cinta de acción que trata de ser.
Dirigida por el debutante Aleksander Bach, tiene en los estelares a Rupert Friend (Homeland), Zachary Quinto (Heroes) y Hannah Ware (Shame) y, como lo habrán notado, es el segundo intento de adaptar la serie de videojuegos de Hitman, siendo el primer Agente 47, Timothy Olyphant.

La trama nos cuenta que el Agente 47 está en la búsqueda de la hija del científico que ayudó a crear a los agentes, unos asesinos genéticamente modificados para ser las máquinas perfectas de matar, pero la chica no solo esta en la mira del Agente 47 sino también de un grupo llamado el Sindicato que busca desesperadamente esa tecnología para hacer mejores asesinos.
El guión de la historia es bastante predecible, después de un inicio que -no puedo negar- es impresionante y evoca a los mejores momentos de los videojuegos de Hitman. La cinta tiene problemas con el ritmo, te da escenas de acción que al inicio son trepidantes, pero después, cuando vemos la intención del personaje de Hannah Ware, se alentan intencionalmente para buscar darle al cinéfilo esa sensación que tiene un gamer al jugar Hitman, la capacidad de tomar decisiones rápidas para hacer que el personaje pueda cumplir su misión, ya sea matar a los esbirros del Sindicato o pasar inadvertido en un lugar público, y -no puedo negarlo- la intención es muy buena.
Pero también el director olvida que no a todos nos gustan los videojuegos de ese estilo y que muchos se sentirán desesperados de ver estas pausas que suena innecesarias y que harán que se sientan las tomas un tanto desesperadas. Pero quitando la acción, la cinta se siente plana. No hay realmente mucha química en los personajes, ni un motivo para sentirse tan identificados con los personajes principales, solo cierto interés para completar el objetivo principal de la trama y nada más.

Otro detalle que debemos considerar es que la cinta cae en ratos víctima del colocamiento de productos. Las escenas de acción que involucraban vehículos nos hacen ver el eterno cliché comercial de que los autos Audi son los mejores para este tipo de escenas y que Singapur es un lugar extremadamente bonito, pues eran inevitables las constantes tomas a sus edificios modernos y aeropuerto.
El punto que debemos reprochar es el hecho de que, existiendo la tecnología para los retoques, el director no se haya esforzado en evitar que Rupert Friend tuviera huellas capilares en su cabeza. El Agente 47 es absolutamente calvo y es evidente que el director no supo tapar esos detallitos. Incluso la versión anterior supo disimular un poco eso y la versión actual si hace notar esa abundancia capilar.
Friend cumple la tarea en la interpretación de su personaje, que básicamente debe ser frío, sin emociones, casi como Terminator, pero sin chip adentro. Nomás le falto no parpadear para jurar que era un Terminator. No es trascendente su trabajo, pero hace justicia a su personaje.

El resto del elenco queda a deber: el personaje de Hannah Ware es un tanto latoso a mi gusto y deja claro que poner los ojos vidriosos no significa que este haciendo bien sus escenas de drama. En tanto a Zachary Quinto, con el preámbulo de pensar que fue el inestable Sylar en Heroes, hace que su superagente tenga poca credibilidad y sobretodo después de una escena donde uno juraría que lo que haría después sería abrirle a algún enemigo la cabeza moviendo sus dedos como en la serie que lo hizo famoso.
Sin caer en las complicaciones de trama que tuvo la cinta anterior con sus contextos religiosos y filosóficos, Agente 47 hace la tarea como una cinta de acción simplona que dejará con una leve sonrisa de satisfacción a los fans de la serie, pero que no apetece mucho en la oferta cinematográfica de fin de verano. Si quieren ver una cinta de acción sin preocuparse de lo buena o mala que está, la cinta cumple con su objetivo, pero si no eres fan del juego o no cubres el requisito anterior, será mejor que veas otras opciones.
Calificación: 6