Ya fue estrenada Ghost in the Shell (Kōkaku Kidōtai), con Scarlett Johansson como la Mayor, y la gran pregunta del millón es ¿vale la pena? Habiendo visto la película de 1995, además de las series (las tres de Stand Alone Complex y las dos de Arise) y las películas que le siguieron (Innocence y The Rising), es complicado dar un veredicto.
Ghost in the Shell: Vigilante del futuro, como la titularon en México, nos cuenta la historia de una mujer que fue sometida a un trasplante de cuerpo. Es decir, su cerebro fue implantado en un cuerpo sintético, lo que se conoce en la literatura de ciencia-ficción como cyborg. Al parecer, ella había dado su consentimiento, cosa que después de un año del evento no recuerda. Mientras tanto, se ha estado desempeñando como una agente especial del gobierno en la Sección 9. Su jefe directo, Daisuke Aramaki (Takeshi Kitano), lidera a este grupo de operaciones especiales encargado de prevenir crímenes cibernéticos. En este brillan sólo dos, Batou (Pilou Asbæk) y Togusa (Chin Han), contrario al amplio repertorio que nos ofrecen tanto cintas animadas como el propio manga. La Mayor, como es conocida por ser quien toma las decisiones tácticas, se ve inmiscuida en un caso de pirateo severo. Alguien, a quien conocen por el nombre de Kuze, está realizando actos de terrorismo cibernético, implantando falsas memorias en algunas personas que han sido convertidas en cyborg. Extrañamente, los crímenes parecen estar dirigidos a personalidades de Hanka Robotic, la empresa que -en primera estancia- creó a la Mayor. Su misión es dar con el paradero de Kuze y acabar con la amenaza.
¿Cómo se puede juzgar la reinterpretación de un universo que ha sido reinterpretado varias veces? Ghost in the Shell: El alma en la máquina, o Ghost in the Shell: vigilante del futuro, como quiera que la conozcan en sus países (excepto Fantasma en la Concha, dejemos la desafortunada traducción literal atrás), es una cinta interesante que reúne lo mejor de todas las adaptaciones, con la mala fortuna de contar con un ritmo poco propicio para su temática y un elemento que se siente ajeno a la franquicia, pero que da paso a posibles secuelas. Me explico…
En la cinta vemos a una Mayor bastante humana, mucho más cercana al personaje del manga que al de la cinta de Mamoru Oshii. He leído en algunos foros que no les gustó la actuación de Scarlett, que creen que la Mayor debería haber sido más dura y seria. Yo difiero por completo, habiendo leído anteriormente el manga, que nos muestra a una chica sexy y alegre, aunque sin duda muy inteligente y sagaz. Scarlett hace una mezcla de ambas: ni muy muy, ni tan tan. Probablemente lo que más nos hace ruido, es que no hayan seguido la línea del Puppet master, al darle paso a un personaje secundario del 2nd Gig, y a la vez reproducir escenas, como es el caso del conductor hackeado y el tanque. Pero meditémoslo, si hubiera sido así, a la saga le quedaría sólo una vía: Innocence, la cual no se ha terminado de explorar en anime. Y, sin embargo, estos guiños son excelentes. Sobre todo, la escena final está muy bien realizada, aunque detesté que Batou no cubriera su parte en el atentado contra la vida de la Mayor.
Sin dar demasiados espoilers, les puedo asegurar que desde el punto de vista actoral, el elenco cubrió mis expectativas. Ya lo he dicho, Scarlett hace un buen papel como la Mayor. El guión es el que no le favorece en las partes en que se explora el pasado de Motoko Kusanagi y, aún cuando parecen escenas gratuitas, cheesy o innecesarias, fueron más convincentes que lo ocurrido en 2nd Gig. Sólo así se puede percibir lo diabólico del plan de Cutter (Peter Ferdinando), presidente de Hanka Robotic. Pilou Asbæk hace un buen Batou, eliminando todos sus antecedentes criminales, porque no nos daría la cinta para cubrir todos los aspectos que describe el manga y la serie. La relación afectuosa está allí, existe la confianza y es evidente. Hace a un hombre duro y convincente, aunque no está tan presente como uno desearía. Batou siempre ha sido el segundo al mando, y es obvio que debería ser más cercano (aunque la escena en el bote nos permite ver que en la segunda iteración posiblemente lo muestren). En cuanto a Aramaki, me pareció -en estricto sentido- demasiado soso. Kitano no logra darnos al jefe Aramaki de Ghost in the Shell, creando a un hombre que parece atado a su escritorio, un burócrata que no lidera a su grupo de la forma en que lo vemos desde el manga hasta las series. Cierto, le impregna el aire de seriedad que debe tener, pero le hace falta dinamismo. En toda la cinta sólo hay un par de escenas donde calza correctamente en el papel, y el resto me recordó a su Kinji Fukasaku, de Battle Royale. Será sólo impresión mía…
En cuanto a los efectos especiales, estuvieron completamente a la altura del reto y lo superaron con creces. Ese Tokyo futurista, una metrópoli superpoblada, con conjuntos apartamentales que compiten con la desaparecida Ciudad amurallada de Kowloon, con una necrópolis de idéntica magnitud, y ese ambiente nocturno que se esperaba que tuviera el más espléndido uso de tecnologías de iluminación, y que a la vez se contrasta con un ambiente que parece estar en constante conflicto con la tradición, está simplemente muy bien logrado. Así mismo, se nos muestra como el mar ha ido ganando paso en la antigua Tokyo, que se ha desocupado parcialmente para utilizarla a modo de diques contra maremotos. Todo eso de percibe en la cinta. En cuanto a los efectos especiales y la musicalización, es sin duda la adecuada.
Si hablamos de puntos negativos, podemos poner en duda la fortaleza de la Mayor al averiguar sus antecedentes. ¿Cómo es que una persona así puede terminar cooperando? ¿De verdad se justifica la programación cuando aún tenemos nuestro ghost? ¿No entraría este en conflicto? Pero no es tan así, ya que está presente una justificación, un poco flaca -si lo meditamos-, pero lo suficientemente buena como para pasar de largo ese detalle. Y sobre Batou, bueno, está bien obtener mejoras, pero creo que lo ocurrido en sus ojos no había sido parte de GiTS en ninguna de sus iteraciones. Un poco extraño y tal vez habría sido mejor no incluirlo de esa forma, para no extrañar tanto a quienes conocemos la franquicia.
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