En 1992, un escritor estadounidense llamado R.L. Stine comenzó a liberar una serie de libros infantiles llamada Escalofríos, la cual contaba historias de miedo, desarrollando en ella algunos personajes inusuales que, en todo caso, iban a divertir y a espantar a chicos y grandes.
Encabezados por Slappy, el muñeco viviente, los diversos monstruos como el Abominable Hombre de las Nieves de Pasadena, los Gnomos de Jardín, El Hombre Lobo del Pantano Fever o la Mantis Gigante, se volvieron tan populares que, cuatro años después, la línea de libros de Scholastic llegaría a Fox Kids en una serie de televisión que en México se combinó con ¿Le Temes a la Oscuridad? para darnos una hora de miedo en la televisión nacional.
Bajo esta premisa tenemos la adaptación al cine de Escalofríos, la cual es dirigida por Rob Letterman (Monstruos vs Aliens), quien además dirigió a Jack Black, protagonista de Los Viajes de Gulliver, alternando con un elenco juvenil compuesto por Dylan Minette, Odeya Rush y Ryan Lee.
Zach es un joven de la ciudad que ha llegado con su madre a un pequeño pueblo en Delaware donde su madre será la subdirectora de la preparatoria donde estudiará. Todo indica que al joven no le irá muy bien que digamos, hasta que conoce a los vecinos que viven al lado, un misterioso hombre y su amable y rebelde hija. Un día Zach nota extraños disturbios con sus vecinos y decide meterse en la casa, solo para descubrir que su misterioso vecino es el escritor R.L. Stine, quien tiene atrapados a muchos monstruos en sus libros de Escalofríos. Cuando uno de ellos es liberado, se desencandenará un gran peligro para el pueblo, donde Stine se verá forzado a unir fuerzas con Zach para salvar al pueblo de los monstruos y regresarlos a las páginas de los libros.
Como toda historia de Escalofríos, sigue el modo en que las historias se han escrito y que se recalca como algo importante, un comienzo, un intermedio y un evento que le de un giro inesperado a las cosas para llevarnos al final, y la película sigue fielmente la línea, de modo que -como historia infantil- sabe cumplir muy bien su objetivo. Esto obviamente les prevendrá de esperar algo inesperado, salvo algunos giros en la trama que le darán un poquito más de drama a esta comedia de terror.
Aunque inicia la historia un poco lenta, tratando de fundamentar el perfil de Zack para entender lo que viene adelante, realmente comienza cuando vemos por fin a Jack Black en pantalla, quien se adueña de la película cada vez que aparece en la cinta, y si contamos que también le da voz a Slappy, el muñeco viviente, entonces vemos que se pone a sus espaldas la película y termina logrando una de sus cintas más divertidas, más ahora que Black ha bajado mucho el tono de sus chistes, algo que ya se veía venir desde su primera participación en Kung Fu Panda.
Fuera de Black, el atractivo está en los monstruos, claro. Slappy es un personaje formidable, al ser sin duda el némesis perfecto para R.L. Stine y la cabeza detrás de todo el desorden, pero las escenas donde vemos en acción al Hombre de las Nieves de Pasadena, al Hombre Lobo del Pantano Fever o a la Mantis Gigante, son hilarantes, son divertidas y dan alguno que otro susto ligero. Finalmente, no podemos olvidar que es una cinta infantil. Es triste ver que hay poco tiempo para otros personajes (bueno, los Gnomos de Jardín tienen una escena muy divertida), pero con los personajes más populares de Escalofríos tenemos suficiente entretenimiento.
Del resto del cuerpo actoral destaca Dylan Minette, quien viene a hacer su segunda comedia familiar en forma consecutiva, tras verlo el año pasado en Alexander y su Dia Malo, Terrible… -y ahí le paramos, que es un título muy largo- con un personaje más destacado que el frustrado adolescente de la cinta anterior. Como comentábamos, Zack logra tomar en momentos el filme, pero se opaca rápido. El trasfondo emocional que ponen en su personaje apenas luce lo suficiente para pesar en la trama, pero sabe sostener su lado heroico.
Los demás cumplen con su trabajo: Odeya Rush, sabiendo sostener bien a su personaje como la hija de Stine, Ryan Lee, como el miedoso pero fiel amigo de Zack, y Jillian Bell, que luce divertida en sus pocos momentos como la tía de Zack.
Los efectos visuales son bastante buenos y, de hecho, los mejores momentos ocurren cuando se enfrentan a los gnomos y al Hombre Lobo. Son escenas divertidas e imperdibles, con un buen trabajo en la banda sonora que sostiene la tensión para darnos algunos sustos, unos inesperados, otros predecibles. En todo caso, nada que nos deje alterados.
Si eres un fan de Escalofríos, encontrarás constantes referencias a la serie de libros, incluso en pequeños detalles que los fans no dejarán pasar sin decir «yo vi esto en este libro» e incluso sin decoro de por medio. El personaje de Stine presumirá los logros de la franquicia e, incluso, habrá un pequeño cameo que atraparán tan pronto lo vean.
Escalofríos es una cinta bastante entretenida para toda la familia y es perfecta para llevar a los niños, que no agradará al fan de las cintas de terror, pero generará mucho interés en leer los libros de la franquicia. Vale la pena la vuelta al cine en familia.
Calificación: 8