Mucho se va a hablar de El Regreso del Jedi, la cinta que cerró no solo la trilogía original de Star Wars sino, en ese momento, toda la saga de la Guerra de las Galaxias. ¿Buena, mala? Siempre habrá cuestionamientos al respecto.
El Regreso del Jedi es el sexto episodio de la saga que George Lucas planteó y la tercera película de la trilogía original que además cerró la trama de manera oficial por 32 años. Este jueves sabremos que sigue con El Despertar de la Fuerza.
Lucas decidió otra vez estar en el lado de los productores, al pendiente de la producción de la segunda cinta de Indiana Jones, El Templo de la Perdición, y ahora recurría a un joven director, Richard Marquand, quien había logrado un éxito razonable con El Ojo de la Aguja, una cinta de espionaje que tuvo de protagonista a Donald Sutherland. No volvimos a oír a hablar de él, desafortunadamente, pues fallecería seis años después de su incursión en la franquicia.
Plantear la tercera entrega era complicada. Originalmente se llamaría La Venganza del Jedi, pero pronto Lucas corrigió el título (pese a un gran póster que sería un afiche memorable de colección para los fans), porque la idea de un Jedi cometiendo venganza no coincidia con la forma de actuar del Jedi (el termino venganza volvería, pero para el tercer episodio de la trilogía de las precuelas y, por supuesto, serían los Sith los que cobrarían venganza).
Además Harrison Ford tenía intenciones de salirse de esta saga. Su fama ya se extendía a la franquicia de Indiana Jones y era la estrella de otra cinta de ciencia ficción, Blade Runner. Pero pronto decidió aceptar que la prisión de carbonita donde estaba Han Solo no significaba realmente la muerte. Ahora solo faltaba solucionar la parte más difícil de su trama, ¿cómo resolver el triángulo amoroso que se gestó en El Imperio Contraataca?
Además de Ford, regresaba el elenco con el que se había vuelto estrella: Mark Hamill, Carrie Fisher, Billy Dee Williams, David Prowse, James Earl Jones, Anthony Daniels, Kenny Baker y aquí observamos que fueron pocas las adiciones actorales, en todo caso, más que crear nuevos humanos trascendentales, la producción optó por personajes que fueran mas fantásticos.
De ahí que el comienzo de la trama que nos pone de vuelta en Tatooine, nos muestre a Jabba the Hutt por primera vez en pantalla como el asqueroso y enorme gusano que era, además de la gente que le protegía y adulaba, una corte llena de diversas criaturas que variaban en diseño, color, estatura, desde sensuales bailarinas (que llegaron a tal popularidad que personajes como Ayla Secura debían agradecerles su existencia) hasta los grotescos Guardias Gamorreanos.
Y esa trama del rescate de Tatooine sigue siendo formidable. Ver el desesperado intento de rescate de Leia y cómo se ve obligada a usar un traje de bailarina que simplemente le disparó las hormonas a todos los asistentes jóvenes al cine, para más tarde ver la famosa batalla en la nave de Jabba sobre el pozo del Sarlaac, en clara referencia al cine de piratas, en donde por fin vemos a Luke Skywalker como todo un Jedi destruyendo a cuantos enemigos tiene enfrente, incluyendo al enigmático Boba Fett.
De ahi la película afloja un poco para ir construyendo los detalles para el gran final que tiene la película, entre la revelación final que arregla uno de los nudos mas difíciles de la trama y la incursión en las lunas de Endor con esa memorable persecución en los Speeder Bikes para por fin ver la batalla que todo mundo esperaba.
¡Y qué batalla! definitivamente es en Endor la batalla por todos los frentes, donde el bien y el mal se dan hasta con la cubeta, un circo de tres pistas que nos tuvo a todos al borde de los asientos (¡es una trampa!), batallas de infantería en la luna de Endor, batallas entre naves de todos los tamaños fuera de dicha luna y una batalla mística dentro de la Estrella de la Muerte. ¿Qué mas podíamos pedir?
Lo que muchos notaron en esta película fueron los contrastes y el exceso a las referencias, ya mencionábamos lo que pasó en el pozo del Sarlacc. Y en Endor tuvimos lo que levantó la discusión de muchos: los Ewoks. La inclusión de estos seres fue una jugada que muchos consideraron positiva para suavizar un poco el tono que la película iba llevando. La presencia de estos pequeñas criaturas primitivas con forma de oso generó opiniones divididas. La audiencia adulta lo vio con infamia, pero seamos sinceros, nuevas generaciones de fans estaban gestándose gracias a estos ositos.
Y podemos afirmar que el hecho de que uno fuera el hermanito menor que recibía figuras de Ewoks en Navidad y conocer el heroísmo de personajes como Wicket, el Jefe Cherpa y Logray y la divertida manipulación que lograron los rebeldes para ponerlos de su lado, si R2D2 había logrado la simpatía con los niños de 1978, los Ewoks remataron las dudas de los niños de 1983, aunque seguro que muchos de ellos dejarían a los Ewoks de lado más tarde (pero seamos sinceros, los Cariñositos, los Berbils (Thundercats) y muchas otras criaturas tiernas les deben una).
Además, otro detalle que aflojó un poco la película fue que ya no se intentó profundizar en los personajes secundarios. Ya no había más que cerrar las tramas en personajes como Han Solo y Leia y mover a otros en la inercia de los eventos finales. Solo nos quedaban entonces tres personajes para cerrar los cabos: Darth Vader, Luke y el Emperador Palpatine.
La inclusión de Palpatine también dejó mucho de que hablar, ¿cómo era posible que el Maestro Sith pareciese mas un brujo? Eso fue complicado de entender la primera vez que lo vimos y no fue hasta que se extendieron más los mitos de los Jedi y los Sith para entender el uso de los rayos del lado oscuro de la fuerza. Con Palpatine quedaron muchos cabos sueltos que Lucas tuvo que resolver en la trilogía de las precuelas.
Vader y Luke eran las dos caras de la moneda, el bien y el mal encarnados, esa batalla que empezó como un duelo de personalidades, para pasar a un duelo de sablazos láser y, finalmente, ver el enfrentamiento de voluntades, ver finalmente El Regreso del Jedi.
La película seguirá siendo memorable para muchos, si no por las batallas finales, por las decisiones que Lucas tomó para resolver muchos detalles de la trama, buenas o malas, antes, durante o incluso en las reediciones de la película (como la inclusión de Hayden Christensen en la edición del DVD, o pegar el grito de «¡Noooooo!» de Episodio III en la versión del Bluray). Fue un final justo para una gran saga que se acabó por consolidar como una de las franquicias más exitosas del cine.
La trilogía había terminado y era tiempo de consolidar dicho éxito extendiendo todo hacia adelante, atrás y a los lados de la trilogía, series, cómics, videojuegos y libros surgieron, y pronto se generaría una mitología espacial, la cual se extenderá aún más el próximo jueves.
