La nostalgia es uno de los productos que el cine nos ha tratado de vender en los últimos años, sobretodo a aquellos que vivimos viendo programas y películas de los setenta y ochenta (en mi generación había mucho de lo primero, especialmente en las caricaturas y series policíacas que no se cansaba de repetir la televisión a mediados de los ochenta) y esa nostalgia se convierte en un producto muy vendible en Hollywood. Tal es el caso de Dos Tipos Peligrosos, una cinta de comedia policíaca dirigida por Shane Black (Iron Man 3) y que combina las actuaciones estelares de Ryan Gosling (Drive) y Russell Crowe (Gladiador), además de un elenco que combina talentos jóvenes como la recién confirmada para la cinta de Spider-Man, Angourie Rice, la modelo Margaret Qualley quien fue confirmada para salir en Death Note de Netflix y Matt Bomer (Magic Mike XXL) además de la veterana Kim Basinger (Los Ángeles al Desnudo).
Un misterioso accidente ha ocurrido donde una actriz porno muere y otra joven ha desaparecido, es entonces cuando un detective privado busca a la chica perdida y en el camino se encuentra con un golpeador profesional con quien se verá obligado a unir fuerzas para empezar a desenvolver un misterio que no solo afecta a la industria del cine porno sino también a la industria automotriz.
Cuando oímos Shane Black, lo primero que se viene a la cabeza es ese infame giro de tuerca de Iron Man 3 donde vemos salir a quien se dice llamar El Mandarín del baño y seguimos muchos queriendo condenar al director por dicha escena, pero Dos Tipos Peligrosos es en donde realmente vemos a Black en su zona de confort, en una cinta que realmente sabe utilizar bien todo lo que tiene a la mano para hacer una cinta entretenida y nostálgica.
Y es que esta cinta tiene todos los detalles para que los que vivimos esa década en televisión -y los que la vivieron en carne y hueso- puedan disfrutarla: crisis del petroleo, pornografía en el cine, chiquillas metiches y aparentemente más listas que los adultos (Angourie Rice, haciendo clara referencia a Wilma de Scooby Doo), abejas asesinas, contaminación, excesos y música disco por todos lados, vamos, ni Lynda Carter se salva en las referencias.
Lo mejor de todo es que estos ingredientes se manejan bien, todos aparecen agitados pero no revueltos en una historia donde Black no duda en meter los suficientes elementos cómicos y giros de tuerca suficientes para tenernos entretenidos de principio a fin.
La fuerza de la película radica en la actuación de Ryan Gosling que hace un papel completamente fuera de su zona de confort y nos muestra a un detective mediocre y chillón, que se emborracha sin pensarlo y se desmaya con su propia sangre. Aparentemente es el detective mas inepto del mundo pero que guarda toques de brillantez en medio de su neurótica actitud, es por mucho el punto focal de la mayoría de los chistes que funcionan en esta película.
Quizá no tan agraciado es Russell Crowe quien, obeso y fortachón, es el rudo en la cinta. Un personaje que, pese a su forma de ser, tiene un corazón de oro en ratos y divierte verlo en momentos. Quizá no tan brillante su actuación como la de Gosling, pero si se siente esa influencia de Bud Spencer en su personaje, quizá con un poco más de cerebro por momentos, además de denotar un aspecto más limpio que el de su forzado compañero.
Y de ahí tenemos una actuación secundaria que no puede ser ignorada, una actriz australiana llamada Angourie Rice, quien luce brillante como la hija bastante madura del detective, quien no duda en hacer lo impensable para ayudar a su padre en el caso y se mete en varios enredos, algunos bastante cómicos y otros que casi terminan en tragedia, pero dando ese dosis de genialidad al inusual dúo de detectives.
Esta claro que los demás personajes, entre ellos los villanos, no prevalecen mucho en la trama, donde Kim Basinger tiene una aparición breve pero bastante útil, un Matt Bomer que pone rostro y balazos al mismo tiempo y una transformable Yaya da Costa que puede ser una sumisa secretaria o una matona con un enorme afro cuando la situación lo requiere.
Del guión podemos notar esos toques de nostalgia acompañada de situaciones que van de lo absurdo a lo entretenido, desde la inesperada secuencia inicial hasta la escena del sueño, en uno de los momentos más alucinantes y absurdos de la película.
Quizá uno de los errores es el hecho de que algunas escenas se ven en el tráiler y matan un poco la sorpresa, pero otros chistes son bastante buenos y habrá momentos en los que mínimo sales con una sonrisa si es que no ríes a carcajadas.
La banda sonora tiene el groove de la época e igual escuchas a Temptations que a los Bee Gees y a Earth, Wind and Fire, en medio de escenas que recuerdan mucho a cintas como Noches de Placer. Bueno, no puede haber mejor banda sonora cuando te metes a una fiesta con celebridades del cine para adultos, ¿no?
En pocas palabras tenemos una película entretenida, nostálgica y que realmente suena a un escape del cine veraniego que tanta mediocridad ha desparramado en estas últimas semanas. Definitivamente, es una buena opción para verla en los cines mexicanos en el poco tiempo que aparecerá y para mí es la redención de Black, después de lo ocurrido con Iron Man 3.
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