Doctor Strange: Hechicero Supremo se estrenó hace unos días en las pantallas de los cines nacionales. Sin duda, sorprendió que no fuese un estreno de verano. Creo que atinadamente apareció hasta este momento, porque esta cinta tiene un toque diferente al que estábamos acostumbrados a ver dentro de las cintas de superhéroes.
Desde que aparecieron los avances, se apreciaba ya el excelente trabajo en los efectos visuales, el vestuario que emulaba los dibujos de los cómics originales y el interés que despertó el ver a todo un gran elenco reunido.
Doctor Strange es personificado por el actor británico Benedict Cumberbatch, quien fue nominado al Óscar como mejor actor por al película The Imitation Game. Sin duda, fue un acierto que ahora interpretara a Strange, ya que conforme avanza la película logra convencer; El único ‘pero’ es que en ciertas ocasiones el acento de Cumberbatch suena al de un inglés muy ‘americanizado’.
La historia de Doctor Strange es para muchos ya conocida. Stephen Strange, un médico especializado en la neurocirugía -que de cierta manera me recuerda un poco a Tony Stark, al ser una persona un tanto arrogante, egocéntrico y millonario-. Inclusive, cuentan con algunos rasgos físicos en común.
En esta ocasión, Rachel McAdams lleva el papel de Christine Palmer, pareja sentimental y fiel compañera de Strange. McAdams siempre logra interpretar personajes con gran carga emocional y sentimental. Sin embargo, dentro dista de eso, no por alguna deficiencia en tu actuación; al contrario, su aportación como actriz se siente algo desperdiciada a lo largo de la película. Dentro del reparto también se encuentra Tilda Swinton, quien interpreta el personaje The Ancentral One, y quién mejor para llevar a cabo un personaje tan etéreo como ella. Será su personaje quien le muestra a Strange que la verdadera fuerza del ser se encuentra dentro de la mente, adiestrándolo para explotar todo su potencial.
Es aquí donde las fuerzas entre la ciencia y la fe comienzan a tener una guerra dentro de la mente de Stephen, y es donde comenzamos también a ver sus orígenes como superhéroe. Doctor Strange es de los pocos superhéroes que luchan en otras dimensiones y en diferentes planos astrales, que convive con el misticismo entre el tiempo y el espacio de manera simultánea. A diferencia del resto de sus compañeros que lucha con extraterrestres o enemigos de otros planetas.
Como en cualquier trama, y más cuando hablamos de géneros de acción y superhéroes, siempre el bien tiene que luchar contra el mal, siendo Kaecilius (Mads Mikkelsen) parte de los antagonistas. La caracterización y el trabajo en el maquillaje, sobre todo para el personaje de Kaelicius, es sorprendente. Y esto nos lleva a reconocer también el diseño de vestuario para cada actor que, como mencioné antes, es un trabajo muy bien logrado ya que se logra imprimir la esencia de la vestimenta que podemos ver en los cómics.
Desde que pudimos ver los tráilers de esta cinta, tuvimos la oportunidad de conocer la mejor parte de la película, al menos para mí, y me refiero a ver esas escenas donde los horizontes de las ciudades de doblan. Es inevitable acordarnos de las escenas vistas la película de Inception y el trabajo realizado por Christopher Nolan. Pero no conforme con esto, las ciudades y los edificios se desfragmentan geométricamente y enriquecen las batallas entre los personajes. Esta creatividad para deshacer las ciudades en cada batalla es muy original, ya que dejamos a un lado las grandes explosiones a las que estábamos acostumbrados a ver. Inclusive las coreografías en las peleas lleva un buen ritmo y logran convencer.
Por otro lado, vemos también un viaje alucinógeno en una buena parte de las escenas. Y que cabe señalar que, aún con toda esta gran obra visual, no roba el relato de la cinta y si valdría la pena invertir en un boleto para el formato en 3D. Particularmente, y sin caer en el spoiler, hay una secuencia donde el tiempo corre hacia atrás y es sumamente interesante ver todos los efectos visuales utilizados en dicha secuencia.
Scott Derrickson hace un muy buen trabajo al salirse un poco de lo que estábamos acostumbrados a ver en películas de Marvel, quien tiene en su haber la realización de thrillers como Sinister y The Exorcism of Emily Rose.
Existe un par de desaciertos dentro de esta cinta. La primera es el villano Dormammu, la recreación computarizada es similar a antagónicos que ya hemos visto en otras cintas: un cara gigante con ojos brillantes y voz amenazadora, aquellos que con una sola bocanada podrían comerse un planeta entero. Y la segunda, es que, hablamos de un elenco muy interesante y de peso (solo para recapitular): Benedict Cumberbatch, Chiwetel Ejiofor, Rachel McAdams y Mads Mikkelsen; pero en ocasiones se siente como muy desperdiciado.
Este proyecto en general es sumamente recomendable, es conocer cómo se mezclan los superhéroes con el misticismo y cómo las batallas se realizan en otro plano. Planos enriquecidos con esta desfragmentación de edificios que nos hacen recordar, sin duda alguna, películas como Inception y Matrix.