Llega a cartelera una película adaptada de las populares novelas juveniles de los últimos años. Ciudades de papel, dirigida por Jack Schreider y basada en la obra homónima de John Green, cuenta con un reparto de jóvenes talentos, entre ellos Nat Wolff, Cara Delevingne, Austin Abrams, Justice Smith y Halston Sage. A diferencia de otras novelas juveniles, no se sitúa en un mundo distópico, donde unos cuantos héroes deben luchar en contra del sistema. No, Ciudades de Papel es una película juvenil de corte romántico, mucho más cercana a la realidad y, por tanto, mucho más orgánica.
Quentin (Nat Wolff) es un chico preparatoriano que ha estado enamorado secretamente de Margo (Cara Delevingne), su vecina desde la infancia, pero la intrépida forma de ser de Margo les fue alejando. Él se convirtió en un joven estudioso y de pocos amigos, entre los que cuenta a Ben (Austin Abrams), un güerito con muchas fantasías en su cabeza, y Radar (Justice Smith), un joven afroamericano con los pies sobre la tierra. Las cosas no habrían cambiado, de no ser porque Margo lo llega a convencer para embarcarse en una venganza en contra de su ex-novio y todos sus amigos, en una noche muy loca y especial para ambos. Después, Margo desaparecerá sin dejar rastro. O al menos eso parece, hasta que Quentin encuentra algunas pistas que probablemente lo llevarán a su encuentro. A él, y a sus inseparables amigos, Ben y Radar.
El discurso central se centra en aquella figura, un tanto oculta a los ojos del público, de las entradas ficticias en los mapas impresos, que se hacían a modo de trampa para detectar rápidamente los plagios. El mismo método se ha empleado en enciclopedias y otro tipo de literatura de compendio documental, algo que ha sido bastante discutido sobre todo en el ámbito de la biblioteconomía. Pero, en el caso de los pueblos de papel, o ciudades de papel, como aquí les llaman, se trataba de sitios que solo existían dentro del mapa, pero que una vez en la zona se podía comprobar que se encontraba desierta.
La verdad es que no se necesita ser especialista o crítico para darnos cuenta que nos encontramos ante una obra bastante rica en sus personajes y sus personalidades. Margo es una filósofa existencialista. Compara a la sociedad con seres de papel, viviendo vidas de papel en casas de papel y ciudades de papel. Un visión claramente nihilista. Para ella, la misma vida se había vuelto poco original, vacía hasta cierto punto, carente de emociones y de experiencias que le den un sentido superior al solo hecho de existir. Y esa es justamente la razón que la hace huir de esa realidad, hecha a medida, para fabricar la suya propia.
En cuanto a Quentin, es el típico muchacho que quiere una vida normal porque eso es lo que aprendió de sus padres, y no desea meterse en problemas. Sin duda, se ve tentado por esa otra vida emocionante y desafiante, lo que lo lleva a buscar a Margo, tal vez deseando que vuelva a su lado, a conformarse nuevamente con lo que el sistema tiene para ellos. ¡Oh, vana esperanza! ¿Cuándo se ha visto que una gacela pueda vivir en cautiverio?
Ben y Radar son los personajes que dan soporte al protagonista, aunque a veces actuarán como antagonistas, sobre todo al finalizar el viaje a Nueva York. Ben es el prototipo de adolescente con las hormonas desbordadas, la parte salvaje que empujará a Quentin a salir de su zona de confort, mientras que Radar, un chico un poco inseguro en el aspecto emocional, tendrá que vencer algunos miedos y permitir que su novia, Angela (Jaz Sinclair), los acompañe en la aventura. El personaje pegoste -un tanto innecesario- ha sido Lacey (Halston Sage), amiga de la infancia de Margo, que espera encontrarla para reconciliarse con ella después de un malentendido.
Ciudades de papel no solo nos habla de la camaradería que surge en la adolescencia, de esas chispas de lo que podemos llamar amor, y de la esperanza de encontrar a la persona ideal. También nos habla de cómo estas figuras no son más que ilusiones creadas por nuestra mente y por el mismo sistema en el que estamos insertos, por nuestro conformismo y el hermetismo que a veces guardamos para no sentir, para no vivir. Y en este aspecto, podemos asegurar que Margo encarna al ser humano completo que ha tomado su destino en sus manos, mientras que Quentin y el resto de los chicos, no son nada más que parte del ganado que alimenta al sistema y que, habiendo tenido la oportunidad de ser diferentes, se han acobardado y han decidido continuar con sus vidas. Margo es, sin duda, una crítica feroz y bizarra a la realidad de este mundo.
Hay escenas que son francamente divertidas, tanto dentro de la venganza conducida por Margo como en el mismo viaje a Nueva York. Algo de esta película me ha recordado a la inolvidable Cuenta conmigo, de Stephen King, y sin embargo, no logro ubicar qué ha sido realmente. Aunque casi todo lo más interesante ocurre durante el viaje, es la llegada y la revelación lo que -aunque previsible- nos deja un poco con los ojos húmedos. Al final, la vida no es como la imaginamos y sabemos tan poco de las personas con las que nos relacionamos, que tendemos a crear figuras mentales, un vicio propio del estar bien acomodados en la zona de confort, donde no nos pueden hacer daño. O, al menos, eso creemos.
Concluyendo, Ciudades de papel es, sin duda alguna, la mejor apuesta para este fin de semana. Tiene frescura, tiene comicidad, tiene dramatismo y tiene un mensaje que nos hará pensar sobre nosotros mismos. Le doy un ocho.
Esto es todo por ahora. Este es el Abuelo Kraken @elabuelokraken para ResetMX, nos leemos en la siguiente reseña.
