Este viernes comenzará en Cinemex el Segundo Matsuri de Cine Japonés, y si bien, la oferta en anime no es alta, dado que el Matsuri explorará más las películas live action, tanto clásicas como de la actualidad, la cinta que abre el festival es un auténtico clásico del anime: Akira.

Akira es una cinta basada en el manga que Katsuhiro Otomo escribió entre 1982 y 1990, de ahí que la cinta animada, filmada en 1988, haya tenido que hacer una historia sumamente distinta a la vista en el manga, no obstante, esto no impidió, debido a que el guion fue escrito por el propio Otomo (con la colaboración de Izo Hashimoto), que la versión animada de Akira se volviera un clásico por su propia cuenta.

Con las voces de Mitsuo Iwata, Nozomu Sasaki, Mami Koyama, Taro Ishida y Mizuho Suzuki entre otros actores de voz, la cinta se estrenó exitosamente en Japón y se ha consolidado como una de las mejores películas animadas de todos los tiempos.

Una violenta explosión destruye Tokio y la Tercera Guerra Mundial se desata. Unos años después, en la ciudad de Neo-Tokio que busca ser la sede de los Juegos Olímpicos del 2020 (¿coincidencia?), una batalla entre motociclistas muestra que uno de ellos, Tetsuo Shima, tiene poderes psiónicos, por lo que es atrapado por el gobierno para convertirlo en una peligrosa arma. Es entonces que su mejor amigo Shoutaro Kaneda y su banda de motociclistas deciden unirse con un misterioso grupo de guerreros psiónicos, los Espers, para buscar la manera de salvar o eliminar a Tetsuo antes de que sus poderes pongan en peligro a Neo-Tokio.

 

Kaneda y el derrape mas cool en la historia del cine.

Cuando comienzas a ver esta animación pronto te das cuenta que, si no habías visto anime antes, estás entrando a un territorio sumamente violento, con conceptos muy intensos de ciencia ficción y situaciones que harán cuestionar si esta cinta debería verla todo el público. La respuesta es rápida, el cinéfilo pronto se dará cuenta que Akira no es cualquier cinta animada, es una historia compleja y cruda, donde realmente no tenemos héroes definidos, tan solo un grupo de antihéroes que tendrán que unir fuerzas para vencer un mal común, uno que compromete la vida de todos los demás.

Y cuando empezamos a entrar en el ambiente de Neo-Tokio, sentimos que, para ser una cinta de 1987, Akira lucía bastante adelantada en cuanto a la calidad de la animación, que si bien, todavía no llegaban los efectos por computadora, estábamos viendo que lo que lograron los dibujantes parecía casi hecho con una computadora e incluso mejor que muchas animaciones que usan este medio en nuestros días. Es un estilo de animación que no ha envejecido y sigue siendo influencia de muchos dibujantes, tanto de anime como de animaciones americanas a la fecha.

Tenemos que tener en claro que, dada la importancia de adaptar un manga tan exitoso, tuvieron que reunirse  diferentes compañías japonesas para poder realizar dicha adaptación y juntar una cantidad monstruosa de dinero para podernos dar este portento animado que, sin quererlo, también revolucionó la industria del anime, que en ese entonces basaba más su animación en técnicas de reciclamiento y énfasis en la toma poderosa. Después del éxito de Akira, aunado a los triunfos de Studio Ghibli, el anime (y la industria de la animación en general) comenzó a cambiar a favor de mejorar su narrativa.

 

Tetsuo, uno de los villanos mas peligrosos en la historia del anime.

Además tenemos una historia que si te hace mantenerte sentado durante los 124 minutos, aunque, advierto, no todo mundo podrá mantener la atención tanto tiempo entre los conceptos científicos que la historia tiene, el entender toda la situación que vive Neo-Tokio en esos momentos y, sobretodo, las sangrientas batallas que Tetsuo librará durante la historia, sobretodo en la segunda parte de la historia donde no escatima recursos el estudio de animación para darnos una de las transformaciones más horribles y dolorosas que el cine animado ha tenido.

Pero también la cinta no escatima en darnos impresionantes fondos futuristas, esa ciudad completamente inmersa en la tecnología (en la visión de la gente de la época) y el diseño de los personajes, las armas y los vehículos de la película, ¿quién, al final de la película, no quería una motocicleta de Kaneda y más después del derrapón que se convertiría en una escena icónica de la película?

También en la forma en que los personajes son diseñados tenemos una fortaleza, Kaneda no es el típico héroe de anime que desearíamos seguir, es un delincuente, uno que tendrá que usar la cabeza para poder ayudar a resolver el conflicto y, seguramente, después de los eventos, si es que sobrevive, continuará siendo un delincuente, pero esto no evita que se vaya ganando el respeto de la audiencia, dada la dificultad de su aventura.

 

No es el heroe que la ciudad quiere, pero si el que el mundo necesita.

Tetsuo tampoco es el villano perfecto, es un personaje con un complejo de inferioridad quien de pronto se adueña de un gran poder que le hace llenar sus carencias, pero, como suele ocurrir, la forma irresponsable de usar dicho poder y la ambición de ser aún más poderoso hace que Tetsuo se vuelva un enemigo temible, que si bien puede tener un trasfondo patético, este es usado correctamente para dejarnos aterrorizados.

Es interesante ver que, pese a que hay un personaje que le da nombre a la cinta, rara vez lo vemos, de hecho la motivación por encontrarlo es lo que nos genera más interés por continuar esta historia, si, como buen videojuego, si así estaba el sub-jefe, ¿cómo va a estar el jefe final?

Ahí tenemos diferentes personajes de reparto que hacen más fuerte la ecuación de personajes, el Coronel que no se va a tocar el corazón para causarles daño a aquellos que ponen en peligro la humanidad, los Espers, grotescos pero concentrados y nobles y las figuras femeninas en la trama, una que se gana el interés de Kaneda a punta de balazos y otra que intenta dar el soporte emocional a Tetsuo arriesgándolo todo.

Finalmente, no debemos dejar de pasar la oportunidad de ver este clásico, si bien no es para todo el público, debido a su contenido tan violento y tan complicado de entender, si nos encontramos con una cinta que marcó un cambio importante en la historia de la animación, una trama y animación que no han envejecido y que vale la pena poderla vivir en las salas de cine. Y, si no alcanzan a verla en el Matsuri, no se preocupen, también está en Netflix.

 

Nuestro héroe se retira

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