Revisar la trayectoria del binomio que han formado Diablo Cody y Jason Reitman en el mundo del cine es como meterse en una montaña rusa en la que igual han probado el éxito que le permitió a Cody ganar el Oscar por la cinta Juno como escritora, pero también a soportar el peso de la indiferencia de la audiencia con una cinta como Young Adult. 

En todo caso Diablo Cody siempre ha escrito guiones que buscan empoderar a un personaje femenino en cuestión, a veces para bien, como la joven madre soltera de Juno, a veces para mal, como la endemoniada chica de Jennifer´s Body, pero hay que decirlo, ¿cómo empoderar a una madre sumida en la depresión como ocurre en la cinta Tully? 

Esta cinta que tiene otra vez al binomio que forma Reitman en la dirección y Cody en el guión, tiene las actuaciones de Charlize Theron, Mackenzie Davis, Mark Duplass, Roy Livigston y Elaine Tan entre otros actores. 

 

¿Qué le pasó a tu cuerpo?

Marlo es una mujer que es madre de dos hijos y que da a luz a una tercera hija al inicio del filme. Pronto la depresión post-parto y el cansancio que causa cuidar a un bebé la obliga a tomar el consejo de su hermano y contratar a una niñera nocturna que le ayude. Es entonces cuando aparece una joven llamada Tully dispuesta a ayudarla con el bebé, pero, ¿hasta qué punto la nueva niñera será capaz de enderezar su vida? 

Cody no tiene ningún recato en guardar el retrato de una familia disfuncional, la cual nos retrata a Theron encarnando a una mujer quien literalmente toma el peso de criar a sus hijos, mientras se retrata en Ron Livingston al marido que decide ahogar sus frustraciones en trabajar intensamente y jugar videojuegos, a una hija insegura de su edad y llena de referencias a la cultura pop actual y a un hijo con un trastorno mental que se torna en uno de los pivotes de la historia. Agreguen a la ecuación a una rebelde pero dulce y carismática niñera, la cual pronto nos empieza a llenar de dudas, y es que el retrato que Mackenzie Davis hace de Tully es tan perfecta que, si, empiezas a temer por Marlo. 

Y claro, ahí de pronto aparece una referencia a la cinta La Mano que Mece la Cuna que nos hace pensar que Cody podría arriesgar la historia de muchas maneras, y es entonces que decide jugar con nuestra cabeza, al aprovechar el entorno en que los personajes se van desarrollando y esto nos permite el trasfondo de la historia, uno donde el giro de tuerca más importante se da en un momento clave de la cinta y prácticamente nos hace salir del cine con muchas preguntas en nuestra cabeza. 

 

A veces ser padre no solo significa cumplir con las tareas asignadas…

No, no es una cinta de suspenso, pero si un drama en el cual podemos ver ese viaje emocional que los treintañeros suelen tener en estos años, el confrontar nuestro presente con nuestro pasado y, más importante, el ver hasta dónde nuestra vida ha cumplido con sus sueños y expectativas, una oda a la juventud que ya se fue contra la triste realidad de los años del adulto joven que, pese a todo ese crecimiento, esa madurez, sigue siendo inconforme con lo que tiene. 

Pero Cody también nos muestra los riesgos de la falta de atención a la pareja, cosas que desatan los eventos de la película y que nos permite ver la evolución del personaje de Theron que raya en diferentes situaciones que nos hacen pensar que parece codear con la cordura y con la locura en tres segundos y, de ahí raya el peso que tiene Marlo en esta película. La caracterización de Theron es cruda y realista, olviden a la mujer glamorosa que vemos en los eventos de Hollywood sino a la regordeta y reprimida madre de tres hijos que añora ver su belleza de regreso, a la mujer que se hunde en la amargura y la tristeza de la rutina y que desea un momento de libertad. ¿Será que Theron podría estar gritando «Oscar» en pleno mes de mayo? No lo duden. 

Sin embargo el ritmo del filme es lo que pesa un poco en la película, está claro que la química de Marlo con el resto del elenco es el motor que hace que la cinta funcione, pero en ratos Reitman falla en lograr engancharnos con la cinta y hay momentos en que sentimos que algo anda de relleno. Además un poco más de edición y seguramente esos detalles que la cinta intenta esconder no la hubieran terminado de hacerla algo predecible. Además quedan volando detalles en el filme, una hija completamente desperdiciada y un hijo, cuya sub-trama merecía un poco más de exploración, sobretodo en su resolución, deja la historia un tanto incompleta. No obstante hay un montaje que combina bien una canción indie, con los infortunios de los primeros días de Marlo como madre de su bebé que sin duda nos muestran ese descenso caótico hacia la depresión y a la ansiedad que, es hermoso y triste a la vez. 

 

Tully parece salida del cielo para ayudar a Marlo con sus problemas

La parte más agradable es esa química que hay entre Theron y Davis, las dos mujeres realmente saben tener ese tipo de relación que va de lo incómodo a lo casi romántico, de sentir cómo realmente Tully comienza a sacudir el tapete alrededor de Marlo y su mundo comienza a cambiar de manera repentina. Mackenzie es bastante convincente con el personaje que nos quiere vender y, si, es seguramente la niñera que muchas madres quisieran tener ahorita. 

De ahí puedo aplaudir los retratos que Livingston hace del marido desenfocado de Marlo, quien prefiere jugar Gears a ayudar a su esposa. Si, es el retrato del marido de nuestros tiempos que sin duda hará que varios de nuestros lectores sientan un codazo en las costillas de su pareja al ver este filme. La evolución de Doug es interesante y deja mucho aprendizaje para los futuros nuevos padres. 

La fotografía es bastante linda, dando muestras de la cinta independiente que es, no obstante, sabe trabajar bien con las luces de película para poder reflejar los sentimientos de Marlo conforme avanza la historia, de hecho hay algunos montajes de fantasía que logran ver un buen trabajo de los efectos prácticos que incluye esta producción y debemos considerar el arte de la portada que se acomoda perfectamente a la psique de la película, dando la advertencia de que es un filme para un nicho específico. 

La química entre Mackenzie Davis y Charlize Theron es formidableComo ha ocurrido en las cintas de Reitman, la banda sonora es sumamente variada pero cargando fuerte en la música indie tanto de los noventa como de la época actual, con quizá una o dos canciones que transgreden el tranquilo soundtrack pero que tienen mucha función en la trama como escuchar Call me Maybe o una canción de heavy metal que tienen funcionalidad dentro de la historia que cuenta la película. 

Tully no es una cinta para todo el público, los niños se aburrirían y los adolescentes sentirían que no es una historia que quieran ver, los adultos jóvenes se sentirán identificados rápidamente con los problemas que Diablo Cody retrata en esta película, generando un nicho un tanto limitado pero que quedará contento con el resultado de la película que, si bien, su estreno en Estados Unidos quedó opacado por Avengers y Derbeces, no dejó de llamar la atención de varios que claman que tiene material para que pudiera contender por algo a finales de este año. En lo particular, es una excelente exploración de los problemas de las madres adultas y yo si la recomiendo para ese nicho de mercado. 

 

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