Un buen puzzle tiene que ser simple en su diseño, sencillo en su ejecución y profundo en su realización, ese es motivo por el cual el cubo de Rubik es el juguete más vendido del mundo y el ajedrez es el juego de mesa preferido de muchos. Tiles logra alcanzar la simpleza en su diseño, pero su ejecución y realización resultan frustrantes. 

La mecánica es entendible inmediatamente, tu objetivo es llevar un pequeño cubo blanco desde un azulejo verde de inicio hasta un azulejo rojo que marca el final, pero para lograrlo tienes que cruzar todos los azulejos que se encuentran en el camino y superar el reto específico que representan. 

El primer desafío es atravesar azulejos azules que desaparecen, pues una vez que te colocas sobre ellos se desvanecen casi de inmediato y puedes quedar atrapado en un rincón del camino sin poder regresar. La estrategia aumenta al encontrarte con varios tonos de azul, el azul más claro se desvanece de inmediato mientras el azul oscuro te permite unos segundos luego de tocarlo. 

La dificultad aumenta con otros dos colores de azulejos que dan algo de variedad al reto, azulejos naranjas que se activan en ciclos y te obligan a planear tu ruta y medir el tiempo de tu ejecución y azulejos morados que no desaparecen al tocarlos pero agregan la estrategia de buscar la forma de regresar a través de ellos. 

 

El verdadero reto 

Los niveles más avanzados son muy desafiantes, y lo mejor es que el juego cuenta con un editor de niveles que te permite crear y compartir niveles o jugar los que otros han creado, algunos niveles de la comunidad superan a los presentados por el juego, aunque otros son apenas funcionales. 

La estrategia requerida para solucionar los niveles más complicados  pudo convertir a Tiles en un puzzler de la calidad de Lumines o Loco Roco, sin embargo, sus fallas lo alejan de ese reconocimiento, siendo su mayor fracaso el control. 

El movimiento está restringido al pad direccional en el DualShock 4 y al D-pad en el control de Xbox One, aunque funciona en el juego ya que el movimiento está limitado a cuatro direcciones no deja de sentirse restrictivo, además el movimiento se siente torpe y lento, en más de una ocasión mis acciones fueron registradas muy tarde por el juego provocando que perdiera el nivel. 

Cualquier movimiento en el control suele verse reflejado un momento después en pantalla, si los acertijos no requirieran un movimiento preciso y un tiempo justo para realizarse no sería un problema, y luego de un tiempo puedes acostumbrarte a ese problema, pero es un inconveniente estar cerca de un nivel perfecto y fracasar por culpa del control y no de tu habilidad o un error en planeación. 

 

Visualmente el juego es simple y libre de distracciones, los azulejos se encuentran en un espacio negro y no hay grandes efectos visuales que cambien la presentación del juego, el diseño minimalista ralla en lo simplista y sin lugar a dudas nunca se planeó que dejara una impresión duradera. 

Otros juegos de acertijos usan una presentación minimalista han optado por dar variedad a los niveles con una mayor variedad de colores o con fondos animados o al menos con movimientos más atractivos visualmente pero Tiles es mucho más simple, azulejos y fondo negro, eso es todo, incluso una partida de Tetris en arcade contaba con más colores y animaciones que Tiles. 

 

Azulejos y Repetición 

A pesar de todo eso el juego no sufre demasiado por su falta de variedad visual, la estrella de Tiles es su modo de juego y no se ve limitado por el apartado visual, lo que en realidad hace sufrir a cualquier jugador es su tema musical. 

Y es que, literalmente solo existe un tema musical en el juego, el tema del juego va a sonar todo el tiempo, sin parar, en un loop eterno y sin sentido, y no es que el tema sea insoportable, pero luego de algunas horas se vuelve imposible seguir jugando con el sonido encendido, el tema no es muy intrusivo, y los efectos sonoros son mínimos, pero son tan repetitivos que resultan irritantes. 

Luego de unos niveles preferí jugar mientras escuchaba música en Spotify, y aunque también lo hago al jugar partidas multijugador en  Overwatch o Destiny, en este caso fue por no escuchar el tema musical y no por querer darle variedad a mi gameplay. 

Mi relación con Tiles fue… complicada, el sistema de llegar de un punto A a un punto B es tan simple y a la vez encantador que realmente quería amar el juego, los niveles incluidos en el juego me resultaron simples llegando a lo aburrido en su mayoría, pero encontré algunos retos realmente divertidos. 

Los niveles existentes en el juego son fácilmente superados por algunos subidos por la comunidad, así que el reto está ahí; pero el control, la presentación y lo monótono del soundtrack hicieron que Tiles pasara de un digno rival de Bejeweled a un juego interesante pero mal hecho. 

 

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