The Sun and Moon es un plataformero, o juego de plataformas, creado por Daniel Linssen, ganador del Ludum Dare 29, un evento de desarrollo de videojuegos que se lleva a cabo en los meses de abril, agosto y diciembre de cada año. Lodum Dare fue fundado en el año 2002 por Geoff Howland y representa una de las competencias internacionales más interesantes del ambiente indie. Inicialmente apareció como una aplicación web, disponible ahora a través de Steam en una versión mejorada, para aquellos fanáticos que gusten alentar al desarrollador a continuar con su buen trabajo.

Cabe mencionar que existen muy pocas diferencias entre el juego que fue originalmente desarrollado para el Ludum Dare y la versión comercial. La más evidente de ellas, apenas entramos al juego, es un diseño más profesional y conciso destinado a satisfacer al jugador que ya ha probado la versión que le dio origen. La segunda diferencia es el tema musical, que sigue evocando la época de los 8 bit y que muta, a medida que avanzamos en los niveles. La tercera, y la más importante, es una mayor profundidad en el desarrollo del juego, con muchos más retos disponibles que constituirán grandes retos hasta para el jugador más avezado. Aquí es donde entra el nombre del juego: The Sun and Moon. Pero empecemos describiendo de qué trata…

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Lo sé, puede parecer sencillo, pero no te engañes, morirás…

En The Sun and Moon, tu avatar consiste en un pequeñísimo círculo con ojos que puede saltar y sumergirse en las superficies. Ésta constituye la física básica del juego. El objetivo primordial es conseguir las tres pastillas para desbloquear el portal que nos permite terminar el nivel. En esto es idéntico al juego original, sin embargo, se ha introducido el modo de reto, que consiste en terminar lo más rápidamente cada nivel para obtener una de los tres tipos de medallas: luna creciente, luna llena y sol, siendo esta última la mejor de todas.

El juego sería bastante sencillo de no ser por las espinas, unos objetos con forma de estrella de cuatro puntas que limitan las acciones del jugador y lo obligan a plantearse la mejor de las soluciones, tanto para alcanzar las pastillas que se encuentran sobre la superficie, como las que se hallan en sus profundidades. Como ya lo señalé, nuestro querido círculo con ojos puede saltar, pero no a gran altura; y se puede sumergir en las plataformas, como buceando en ellas, pero siempre estará presente el momentum o impulso que lleve al inicio de la inmersión, antes de que sea regresado a la superficie por una especie de contra-gravedad.

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Puedes terminar los niveles sin conseguir las medallas, pero… juguemos de nuevo ese nivel en el que no hemos conseguido una.

Dependiendo del diseño del nivel, el reto podrá ser sencillo o muy complejo. En ocasiones nos tendremos que romper la cabeza para idear una forma en la que la contra-gravedad y el impulso pueden jugar a nuestro favor o en nuestra contra. Un pequeño error de cálculo suele significar el reinicio del nivel, ya sea que caigamos en las espinas o salgamos de las plataformas hacia el vacío. Digamos que es uno de esos juegos en los que se muere mucho antes de encontrar la solución, e incluso, antes de conseguir una medalla; porque es posible terminar el nivel sin conseguir una medalla, pero entonces nos pasaremos por alto la gracia de que juego se encuentre en Steam y esté directamente vinculado con ciertos logros (por ejemplo, conseguir todas las medallas de un grupo).

Desde el punto de vista lúdico, considero que The Sun and Moon cumple más que cabalmente con los requisitos de un plataformero que se digne de llamarse a sí mismo adictivo. Puedes pasar literalmente horas arrancándote los pelos por la complejidad de sus niveles más avanzados. Te dolerán los nudillos y las yemas de los dedos, pues morirás mucho. De verdad, ¡mucho!

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Las espinas no son los únicos peligros. En niveles más altos, se presentarán objetos móviles y con diversos comportamientos. Básicamente, más muertes…

En total, cuenta con diez sistemas, y cada nivel cuenta con sus propios niveles numerados que se irán desbloqueando conforme avances en tu misión principal, que no es otra que terminar un grupo de niveles (digamos que los primeros diez, del undécimo al vigésimo, and so on). Son 150 niveles, todos ellos emocionantes, algunos fáciles y, otros, cercanos a lo imposible. El sistema de juego no es lineal, sin embargo. Irán apareciendo más niveles, y podremos escoger los que deseemos resolver, dejando para luego los más complicados. El ambiente es completamente minimalista, así como la música: un agradable track de Dubmood, el compositor de chiptune que hiciera famoso el grupo de warez y de demos Razor 1911.

The Sun and Moon no es un juego para todo mundo, por lo que es una buena idea que antes de adquirir la versión comercial, juegues la original. Si te gusta, entonces no puedes esperar más. Ofrece un montón de diversión por unos cuantos pesos. Es de esos juegos que te sirven para sacar la tensión nerviosa y convertirla en concentración. Te obliga a pensar y a idear la mejor ruta, la mejor estrategia, porque nunca es suficiente con terminar cada plataforma. Siempre querrás algo más. Y yo, El Abuelo Kraken, te deseo que obtengas muchos soles.