Hay títulos que se quedan grabados en nuestra mente, ya sea por apartados gráficos grandiosos, o por lo malo o lo bueno, o por ser una propuesta distinta y única, en este último rubro es donde cae el título de The Mooseman. 

Primeramente la historia nos adentrará con una cultura y ubicaciones poco explotada y conocida en el mundo de los videojuegos, ya que nos sitúa en una época pagana, en Rusia, donde destacaba las lenguas ugrofinesas –una zona entre Rusia, Estonia y Hungría entre otras. Controlaremos a un pagano con un báculo, se adentrará a las profundidades de los bosques y cuevas mientras se te relata un cuento que está basado en la región de Perm en Rusia, esta narrativa es nueva para nuestros oídos occidentales. 

La narrativa tiene sus detalles: Durante el juego nos relatarán cosas de la cultura de aquellos lares, en algunas veces será un poco sencilla de entender, esto cuando checamos la pictografía en las paredes y troncos, en las cuales, se sobreentenderá un poco lo que sucede, esta historia e información se complementa al ir recolectando dibujos y estos desplegarán información adicional de los distintos entes que existen en sus creencias. Asimismo, aparecerán pequeños fragmentos de textos entre escenas y en algunas interacciones de personajes. 

Como una nota adicional, desconozco si es la intención de los desarrolladores o es un simple bug, en donde los textos cuando cambiaban los escenarios, se mantenían en el idioma original, siendo ilegible para la mayoría de los gamers y perdiendo un gran punto de interés en la historia. 

Visualmente, el juego se ve como si fuera dibujado a mano, con matices oscuros y pinturas, hay sentimiento de profundidad y se siente como ver un papiro o algún arte antiguo, por lo que se disfrutarás e todo momento cada uno de los distintos escenarios. 

Al controlar a nuestro personaje, descubriremos que el juego a grandes rasgos es un walking simulator, si no estás muy familiarizado, son de esos títulos cuyo principal gameplay es simplemente caminar y observar los gráficos y como se va desarrollando la historia, por lo que la interacción en nivel controles y acciones será muy escueta. 

Con el stick moveremos a nuestro personaje de izquierda a derecha, y con un botón podremos activar el cruce entre mundo real y de los muertos, asimismo con otro botón podrás prender una luz y que te proteja de los pocos enemigos que hay en el juego. 

Durante tu travesía, te encontrarás con ciertos puzles que van en función al cambio de realidades, ya que afectan al entorno y ciertos objetos tendrán distintos patrones, por ejemplo una simple piedra se transformará en un gusano que te ayudará a mover la piedra en la otra realidad. 

The Mooseman también te da otras mecánicas, como que controlarás a un arquero en algún momento o que se vuelva un título de sigilo para ocultarte de los enemigos, en otras controlaremos a un ave gigante. 

Un detalle negativo es el HUD del juego, cuando quieres navegar en el menú, el highlight del texto no se visualiza ni ubica correctamente, por lo que en la navegación entre coleccionables era terrible, asimismo solo se cuenta con el idioma del inglés, pudiendo ser un impedimento para algunos y finalmente, extrañamente en las opciones no hay forma de controlar el volumen predeterminado del juego. 

En el apartado sonoro, las melodías pueden ser un poco macabras, casado al término de que una de las realidades es un mundo “de los muertos” por lo que en momentos el juego te tensará en ambiente, asimismo oiremos música folklórica por lo que es una experiencia auditiva. 

La duración no es tan larga, pero le da un poco de replay value el que encuentres ciertos elementos escondidos en el escenario. 

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