Uno de los recuerdos más concretos que tengo en mi relación con los videojuegos de carreras son los momentos cuando visitaba un Arcade en compañía mis padres y una parada obligada era gastar un par de fichas en echar unas amistosas carreras o ganarle a la computadora.

A través de una cámara incontrolable, autos que rompen las leyes de la física y controles en donde a duras penas uno entiende qué hizo, recuerdo los arcades que compartí con mis padres mientras recorro los circuitos de DIRT 5.

Desarrollado y publicado por Codemasters, DIRT 5 nos ofrece aventurarnos en circuitos naturales para vivir las diversas experiencias que las competencias de Rally nos pueden ofrecer.

Apenas entré y ya me empezaron los… emocionantes arrancones.

La primera experiencia al jugar DIRT 5 es incómoda y confusa, pues nuestro debut en la pista será repleto de asistencias y configuraciones por defecto. Sin embargo, una vez terminada la carrera de introducción podremos acomodar todo a nuestro gusto.

Desafíos en hielo, tierra, selvas, autopistas y más nos esperarán en el modo trayectoria.

Si bueno, ¿a qué hora hablan de mí?

A través del Modo Trayectoria, los jugadores experimentarán la mayor cantidad de posibilidades y categorías que ofrece DIRT 5. Gracias a su diversidad de categorías y automóviles, cada pista tendrá diferentes formas de vivirse.

Sin embargo, el Modo Trayectoria tiene un gran problema en cuestión de historia o tener un progreso para cosechar patrocinadores.

A diferencia de F1 2020, donde tenemos objetivos específicos para el éxito de nuestro personaje, DIRT 5 solo ofrece una pestaña para firmar, renovar o cambiar un patrocinador mientras accedemos a más carreras.

Uno de los puntos más flojos del Modo Trayectoria es el podcast de fondo que nos contará “noticias” sobre las diferentes competencias que surgen alrededor del mundo de DIRT 5.

El problema con este programa es que ofrece poco o nada con relación a nuestra trayectoria y se centra en la rivalidad entre AJ (nuestro mentor) y su mayor rival Bruno Durand.

A pesar de que la premisa de esta modalidad es nuestra rivalidad con Durand, tarda mucho en aparecer y el podcast cuya tarea es darnos una narrativa, en su lugar pareciera una serie al azar de audios mientras navegamos en la interfaz de DIRT 5.

Espera… ¿Cómo hice eso?

Otro de los aspectos que vuelven confusa la experiencia de DIRT 5 son sus controles, pues las asistencias entorpecen en algunas ocasiones y no terminan se siente alguna ayuda en circuitos de tierra.

En este sentido, podría recomendar poner las asistencias de conducción al mínimo con la transmisión automática.

También queda a deber el cómo hacer acrobacias o derrapes, pues habrá un par de eventos en el Modo Trayectoria especializados en este tipo de maniobras, lamentablemente, tendremos que aprender sobre la marcha, pues no hay ningún tutorial directo que nos ayude.

Conclusión.

DIRT 5 recuerda mucho a los arcades o juegos de carreras de antaño donde uno sólo se dedicaba a conducir. Sus paisajes, catálogo de automóviles y adaptaciones de circuitos nos regalarán algunas horas de entretenimiento.

Sin embargo, a la larga se vuelve monótono en el Modo Trayectoria y la sección de PlayGrounds (zona donde jugadores suben sus propios mapas) le una experiencia refrescante una vez hayamos terminado (o cansado) del modo trayectoria. Claro, que el entretenimiento en podrá estar ahí gracias a la modalidad de pantalla dividida.