La primera regla del Club de los Puñetazos, es hablar del Club de los Puñetazos (J. Barbosa)
Hemos visto una gran cantidad de juegos de pelea, algunos donde emparejamos personajes con poderes irreales para ver quién es el mejor del mundo, otros más aferrados a la realidad, inspirados en las artes marciales mixtas y el boxeo, y también tenemos los juegos de simulación, donde intentamos seguir el paso de un personaje y su historia, de inicio a fin, sin dejar pasar ningún detalle.
Fusionando ambas ideas, y agregando una historia completamente llena de referencias a series y películas de los ochenta y noventa (desde el título se evidencia eso), tenemos Punch Club, un juego desarrollado por Lazy Bear Games que salió primero en PC y los dispositivos móviles, después al Nintendo 3DS y ahora lo tenemos en las consolas de última generación, revisando su versión de la Xbox One.
¿Qué nos pareció Punch Club? Sigue leyendo nuestra reseña.
COMIENZA TU CAMINO DE VENGANZA, PRACTICANDO MAS «BAX»
Cuando el juego comienza te darás cuenta que el personaje que manejarás, que no tiene un nombre en particular, observa como su padre muere asesinado. Antes de morir, le pide a su hijo que entrene y sea fuerte y de ahí, probablemente, encuentre la manera de vengar su nombre.
Años después su hijo ha decidido seguir su último deseo y pronto estará puesto a entrenar para ser el mejor peleador del mundo… sin un dólar en la bolsa.
Tan pronto como aprendes esto, la simulación comienza pues nuestro personaje deberá debatirse entre varias acciones para ir desarrollando su carrera como peleador. Obviamente como peleador aficionado, esto significa que tendrás que trabajar, entrenar, pelear, dormir y alimentarte bien.
Y mantener ese equilibrio no es sencillo, por lo menos al inicio del juego te debatirás entre repartir pizzas o trabajar en una construcción a las afueras de la ciudad, el primero no paga bien pero no pierdes mucho tiempo, el segundo paga bien, pero perderás tiempo importante para entrenar.
El entrenamiento cuesta, puede ser que hagas sparring con un entrenador profesional o te metas al gimnasio. Cuando haces sparring tendrás acceso a nuevas habilidades, cuando estás en el gimnasio podrás incrementar tres cualidades distintas: fuerza, aguante y velocidad, las cuales se irán perdiendo si no entrenas. Opcionalmente, puedes hacer calistenia gratis en casa o posteriormente comprar los aparatos que necesitas y ahorrarte el gimnasio (obvio, los aparatos cuestan mucho dinero).
Podría uno sobrevivir trabajando y entrenando, pero aquí surge el uso de diferentes parámetros que afectarán tus acciones, una es la barra de proteínas, la cual al reducirse demasiado te impedirá trabajar, entrenar o hasta dormir; otra barra, marca la motivación que se perderá si te la pasas trabajando o descansando y finalmente la barra de energía que se pierde cuando no duermes.
Claro, dormir es gratuito pero te hará perder tiempo y proteínas; éstas las conseguirás comprando pizza o cualquier otro tipo de alimento y la comida cuesta dinero, así que deberás ser muy cauto en el uso de las cuatro distintas actividades para sustentar a tu personaje, descansarlo y entrenarlo bien.
Todo esto es apenas lo básico, pues de ahí deberás poner a pelear a tu personaje, todo lo aprendido que va de saber lo básico (golpes, patadas y esquivar golpes) hasta dominar una arte marcial en específico con cierto enfoque a una de las cualidades que explotes en el gimnasio (no te preocupes, después puedes comprar aparatos o tomar «sustancias mágicas» para impulsar esas cualidades).
Para pelear, el personaje tendrá acceso a diferentes maneras de ponerse a los golpes en batallas simuladas contra diferentes enemigos, donde el elegir las habilidades y ver qué tanto han crecido sus cualidades serán factor para ganar o perder una pelea. Y como lo dije, es una pelea simulada, solo hay que acomodar las habilidades que deseas que el personaje use y dejar correr los golpes, y como buen juego de pelea ver como dos barras disminuyen, una de la energía que te mantiene en pie durante la pelea y la otra que, al agotarse, marca cansancio y te hará caer al piso si eres golpeado recibiendo más daño del normal.
Al inicio solo tendrás una liga semiprofesional para avanzar como peleador, pero conforme avanza la historia, el personaje encontrará más opciones, como una red ilegal de peleas callejeras donde ganas dinero pero pueden lesionarte, un grupo de peleadores que solo se agarran a golpes para «saber vivir» (no ganas dinero, te pueden lesionar pero aprendes mucho «de la vida», mientras no digas que existe ese grupo) o incluso hacer equipo con una lagartija mutante para pelear contra el crimen.
GOLPEA, PATEA, ESTA TODO EN LA…¿YA TE VAS A TRABAJAR?
Lo desconcertante de Punch Club es que parece apresurarte a hacer que tu peleador este listo para los golpes lo más pronto posible, pues su historia exige un rápido avance, en el cual vemos que nuestro héroe estará metiéndose poco a poco entre las diferentes historias que se van contando, como enfrentar delincuentes, las mafias internas dentro de sus ligas deportivas y hasta darse la oportunidad de conocerse a si mismo.
Pronto tendrás al amigo fortachón que te ayudará a entrenar, el interés amoroso, el entrenador devoto, el manejador tramposo y hasta un gato amigable que tiene un final bastante triste (que viene en el tráiler por supuesto).Y en el afán de querer avanzar más en la historia se siente esa tensión por no avanzar, que por más que entrenes, trabajes, descanses y te muevas, el tiempo no parece ser suficiente para consolidar a tu peleador en la liga o de que ya atrasaste todo por una lesión que no viste venir en otro tipo de eventos.
Además la curva de dificultad es un tanto frustrante, por ejemplo, cuando estás en la liga semiprofesional, el llegar por lo menos al quinto lugar implica primero vencer a peleadores realmente fáciles hasta que de pronto te topas con uno que tiene el doble de cualidades que tu personaje y es prácticamente invencible, lo cual implica que tendrás que abandonar las peleas un poco y sobre-entrenar a tu personaje para tenerlo listo, pero esto también impacta en tu posición en la liga. Deberás pensar mucho tus movimientos antes de sufrir derrotas gratis.
También esta la distribución del tiempo entre pelea y pelea, pues el moverse de un lugar a otro puede costar tiempo, el cual se puede compensar viajando en camión, aunque esto te costará dinero, el mismo que necesitas para comer o para equipar tu casa con aparatos de gimnasia que pueden ahorrarte tiempo y dinero a largo plazo. Definir la estrategia para superar todo eso es complicado y sin duda para los jugadores casuales, este juego pronto puede caer en el hastío, aunque los fans de juegos como The Sims, podrán encontrarlo muy sencillo pues no tiene tantos parámetros como otros juegos de simulación.
La historia tiene elementos graciosos, con muchas referencias a los ochenta y noventa en donde puedes seguir un camino similar a cierto boxeador de Filadelfia, otro similar a cualquier cinta de Van Damme, otro similar a Casey Jones o incluso uno muy extraño, similar a cierto Club de la Pelea, seguir cada una de estas tramas nos llevará a finales distintos y las decisiones que tomes pueden redundar en el final al que llegues en el juego.
La música y los gráficos toman clara influencia de los viejos juegos del NES y de hecho, las gráficas mejoradas para la consola se pueden alterar en las opciones del juego permitiendo al jugador quitar esas mejoras para tener una sensación a que realmente esta jugando un juego de los ochenta o noventa.
En pocas palabras, Punch Club se define como un juego muy completo en cuanto a la simulación de la carrera de un peleador, sea cual sea el camino que escojas para nuestro personaje, no obstante la complejidad del juego puede espantar a los que no están adentrados en la simulación y quizá el hecho de que las peleas también son simuladas pueden espantar a los fans de los juegos de pelea. El estilo retro que maneja el juego puede ser un aliciente para los jugadores de vieja escuela para intentar llevar a su peleador a ser el mejor peleador profesional… o quizá el justiciero que la ciudad no quiere pero necesita.
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