En el año 2011 fuimos testigos del reinicio de una saga que no parecía interesarnos mucho, y, siendo sinceros, El Planeta de los Simios, que había empezado tan bien en 1968, había perdido su fuerza durante la década de los setenta y el intento de Tim Burton por revivirlo fue bastante malo, de ahí que el mal recuerdo de Burton parecía opacar cualquier reintento por mejorar la saga.

No obstante, entre un guion bastante inteligente y la actuación en captura de movimiento de Andy Serkis, la cinta, (R)evolución, se convirtió en un gran éxito y dio pie a dos secuelas, la magnífica Confrontación del año 2014 y, por fin, La Guerra, que llega a los cines este fin de semana bajo la dirección de Matt Reeves y nuevamente con Andy Serkis interpretando al simio Caesar, mientras Woody Harrelson, Judy Greer, Steve Zahn, Amiah Miller y Toby Kebbell complementan el elenco.

 

Andy Serkis regresa como Caesar clamando a gritos por una nominación al Oscar.

Han pasado dos años desde los eventos de Confrontación, y la enorme manada de simios que lidera Caesar es acosada por un grupo de militares llamado Alfa y Omega, dirigidos por el siniestro Coronel (Harrelson). Tras una terrible emboscada que le deja grandes pérdidas emocionales a Caesar, es entonces que nuestro simio intentará vengar la caída de los suyos e intentar acabar el conflicto de una vez por todas.

Sin duda, tenemos un título que puede desorientarnos a todos, si bien la historia hace notar que si estamos en medio de una auténtica y sangrienta guerra donde una de las facciones no busca dejar ni siquiera prisioneros, tenemos de pronto una especie de road movie, un largo viaje que emprende el simio, algunos camaradas y una niña muda (Amiah Miller), un viaje que ofrece venganza, pérdidas y, posiblemente, la redención.

Es una cinta que nos hace ver la madurez y experiencia del personaje principal, que ya no es más un simio de experimentos, ni una mascota, ni siquiera un simio que busca negociar con los humanos, simplemente un simio que está en el crepúsculo de sus días, cansado, deprimido y tan solo movido por el deseo de venganza, en el cual Reeves comienza a juguetear con las breves pero intensas escenas donde utiliza a Koba (Kebbell), el rival de la cinta anterior, como medio de reflexión para nuestro personaje.

 

Amiah Miller sorprende como Nova durante el desarrollo de la película.

Y si bien Caesar parece reflejar bien el papel del vaquero que decide buscar al forajido para vengar la caída de su granja, vemos en Woody Harrelson a alguien más que un simple forajido en el personaje del Coronel. En él vemos los sentimientos más negativos que un humano puede tener, no solo para los simios, sino también para aquellos que se tornan de pronto inferiores o más débiles que él.

En una de las escenas más destacadas de la película vemos un excelente momento que nos da Harrelson, de cómo puede volverse un humano un monstruo ante las circunstancias, alguien que, prácticamente se torna una figura religiosa para sus fanáticos y un terror para el resto, de pronto vemos la fuerte influencia de Apocalipsis Ahora y de Full Metal Jacket y no son solo las referencias visuales, tan evidentes como el constante uso de las palabras Donkey y Kong en la cinta.

Está claro que el director no se guarda tampoco hacer referencias a otras películas y la fotografía retrata perfectamente esas referencias a la primera cinta, una toma en la playa en donde cualquier fanático de la saga anterior podría sentir que pronto Heston estará golpeando y maldiciendo en la arena. Pero Reeves no se limita a las referencias, el trabajo de la cámara también sabe tomar momentos íntimos, como la primera escena de Nova, donde el uso de las sombras retrata perfectamente el temor de la niña ante los que serán sus nuevos amigos, en contraste a una escena posterior, donde la luz juguetea con la niña haciendo notar su inocencia, pero sobretodo, su actitud positiva.

 

Simio Malo logra refrescar la tensión que implica la búsqueda de Caesar.

La narrativa en la cinta no es sencilla de agarrar, y es entonces cuando notamos cierta lentitud, pero el ritmo se mantiene constante, no es todo tragedia ni venganza, pronto vemos la presencia de un simpático personaje llamado Simio Malo (Steve Zahn) que nos da esos breves momentos de risas, a veces penosas, a veces completamente libres, que ayuda a refrescar un poco la tensión que tenemos durante la búsqueda de Caesar.

Es cierto, uno podría salir decepcionado de no ver realmente una guerra abierta, pero la guerra también implica prisioneros, campos de concentración, escapes y rebeldía, además tenemos que decirlo, la batalla final, si bien no llega a lo épico, si es bastante emocionante y da pie a un excelente epílogo, uno que realmente nos dejará con la sensación de un ciclo completo y de que las tres películas las podemos ver en sucesión sin dejar un cabo suelto.

Aunque, también uno cuestionara que quedaran todavía muchos detalles volando entre esta cinta y la cinta original de El Planeta de los Simios, puede ser que esto pudiera dar pie a que podamos tener una cuarta parte, aunque, siendo sinceros, con lo concluyente que queda esta cinta, sentimos que no queda mucho que contar en una posible cuarta parte y hasta podría sonar ese episodio como un innecesario remake de la cinta de 1968 (esperando que, no intenten conectarla con la cinta de Burton).

 

El Coronel no dudará de nada, ni siquiera en usar simios para matar o maltratar otros simios.

De las actuaciones debemos resaltar varios actores, y ahí tenemos a Andy Serkis, el mejor actor de captura de movimiento que ha tenido la historia del cine, su interpretación de Caesar es formidable y, si bien, siento que no llegó al nivel de La Confrontación, si tiene lo suficiente para que alguien levante una petición en change.org y exija a la Academia que de menos lo nominen al Oscar (de nada sirve, entiéndanlo, que le den a la cinta Mejores Efectos Visuales) porque realmente lo merece, sobre todo tras el esfuerzo dado en tres cintas.

Y si la Academia sigue de necia con eso, entonces deberían voltear hacia Woody Harrelson, su actuación es sumamente poderosa y, como mencionaba arriba, una sola escena debería darle suficiente atención para ir por Mejor Actor de Reparto, aunque hay dos o tres escenas más que merecen su atención.

De ahí agregaría  a Steve Zahn, quien realmente divierte como Simio Malo y a Amiah Miller como Nova, quien realmente hace un gran esfuerzo para lograr a esa niña con problemas para hablar quien logra una evolución bastante adorable durante la película, de niña temerosa a una valiente amiga de los simios.

La banda sonora de Michael Giaccino, llena de referencias a las otras películas de la saga, es un trabajo formidable y sabe conjuntar bien el trabajo de toda una trilogía, además de introducir nuevas tonadas que saben aderezar bien los momentos de furia, tristeza y melancolía que la película propone.

El Planeta de los Simios: La Guerra es la conclusión de una trilogía que supo revivir a la franquicia de El Planeta de los Simios y darle la dignidad que había perdido con el horrible remake de Tim Burton. Si bien, no es una cinta que se sienta para todo público, dada la lentitud de su narrativa y su duración (140 minutos), si será gratificante levantarse en la conclusión y sentir que la atención que le pusimos a la saga que comenzó en el 2011 llegó a buen puerto y… si, exijo la nominación al Oscar para Andy Serkis.

 

[marstheme_review post_id=»140603″]